
Sin Perdón
El pozo sin fondo de la Guerra de Ucrania
«La guerra va para largo y es imposible que se pueda ganar»
No es fácil cuantificar el coste de la Guerra de Ucrania. No lo es ni en las vidas humanas ni en los recursos económicos, así como en el esfuerzo que se tendrá que realizar para la reconstrucción. No hay que olvidar que la propaganda es una de las herramientas más poderosas en un conflicto bélico. Es un tema complejo, ya que las aportaciones económicas benefician a los grandes conglomerados que se dedican a la industria militar. El paraguas de la lucha por la independencia ucraniana es perfecto para encubrir y justificar los esfuerzos. El compromiso aliado con Ucrania comporta que la UE haya aparcado sus sagradas reglas fiscales, dicho irónicamente, para que los socios se instalen en una feliz espiral de endeudamiento y déficit público con el objetivo de mantener un esfuerzo económico que no se traduzca en recortes en sus países. Esto no sería muy popular. El apoyo social desaparecería si los europeos se tuvieran que apretar el cinturón. Por tanto, es una ecuación perfecta, salvo para el sufrido pueblo ucraniano que lleva el peso de la guerra mientras que los aliados se limitan a su financiación y a hacer discursos propagandísticos.
Este viernes hubo un nuevo compromiso de apoyo militar. En esta ocasión es de 21.000 millones. Esto confirma que la guerra va para largo y es imposible que se pueda ganar. A Rusia le falta completar la operación militar para que los territorios que anexionó formalmente lo estén realmente. Es un tema fundamental, ya que Putin anunció su incorporación oficial y no piensa cambiar de idea. Una victoria clara y contundente es difícil, porque los ucranianos están dispuestos a luchar y cuentan con el compromiso europeo de financiar el esfuerzo armamentístico. Es decir, se trata de suministrarles un material que es producido por sus industrias. Esto sirve para mantener o incrementar el empleo, así como enriquecer a sus propietarios y los lobistas que participan en el reparto del pastel. La otra clave fundamental es que beneficie de forma proporcional a cada uno de los países aliados. El problema de Estados Unidos es que gasta en defensa más de 900.000 millones, tiene una deuda enorme y un déficit presupuestario espectacular. Por tanto, tiene interés en que finalice la guerra.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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