Big data

Siete de cada diez judíos creen que el antisemitismo ha crecido en España durante los últimos años

El odio a Israel es un problema real e importante para el 85% de los judíos residentes en Europa

El 85% de los judíos europeos, entrevistados para el estudio Segunda encuesta sobre la discriminación y los delitos de odio contra los judíos en la Unión Europea, realizado en 2019 por la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales, considera que el antisemitismo es uno de los problemas más acuciantes en los Estados miembros de la UE. En el caso concreto de los judíos residentes en España ese porcentaje de las personas que consideran el antisemitismo como un elemento de tensión muy grande o grande es del 78%.

Se cumplen 75 años de la fundación del Estado de Israel en aquel lejano 1948. En los veinticinco años siguientes los israelíes debieron sufrir cuatro grandes guerras, todas ellas iniciadas por sus vecinos árabes, todas ellas intentos de invasión y de echarles al mar que se estrellaron contra el muro de la férrea voluntad de supervivencia del pueblo judío: Guerra de independencia 1948, Guerra de Suez 1956, Guerra de los Seis Días 1967 y Guerra del Yom Kipur 1973.

Este pequeño país y con una muy reducida población logró doblegar la embestida de enormes ejércitos árabes. Al igual que hoy Ucrania expulsa de su territorio al lobo ruso.

Fue a raíz de la última derrota militar de los países árabes, en 1973, cuando los gobiernos árabes más pragmáticos descartaron ya en lo sucesivo nuevos enfrentamientos bélicos contra Israel, aceptaron los hechos consumados y empezaron a reconocer al Estado hebreo,

Egipto y Jordania dieron los primeros pasos, luego Baréin, Emiratos árabes Unidos, Sudán, Marruecos, … ocho de los 22 miembros de la ya fracturada Liga Árabe.

Palestina va perdiendo apoyos. Esta renuncia de los Estados árabes es sustituida en el último medio siglo por organizaciones terroristas que persisten en su inútil lucha contra Israel.

Nuestra civilización occidental, su moral y legislación, se basa fundamentalmente en aportes del cristianismo y del judaísmo. Podemos por tanto calificar nuestra cultura de judeo-cristiana.

No obstante, el pueblo judío ha estado sometido en los últimos miles de años a persecución; iniciándose esta precisamente en oriente próximo por parte de sus vecinos incluso antes de nuestra era cristiana.

En Europa empezó la purga más recientemente, en la Edad Media y alcanzó su máximo en la Alemania nazi y en la Rusia estalinista.

La excesiva tasa de inmigración musulmana en Europa hace remontar el antisemitismo y ahora ya no es tanto entre los europeos, sino que el relevo por el odio a todo lo judío procede en estos tiempos de los inmigrantes procedentes de países musulmanes en nuestro suelo.

Prueba de ello es que el 89% de los judíos europeos cree que el antisemitismo ha aumentado durante los últimos cinco años en su país de residencia y el 73% en España.

Es duro formar parte de una comunidad amenazada y atacada de forma casi permanente. No hay tregua alguna por parte de los yihadistas. Ni siquiera después de la peor matanza de judíos desde el holocausto nazi, pues el propósito de los fanáticos árabes, y debemos insistir en ello tantas veces como sean precisas, de una parte singular de las teocracias del mundo que financian a grupos terroristas como Hamás no es la derrota de Israel, ni siquiera la existencia oficial de un estado palestino, sino la erradicación física de todo vestigio de judaísmo sobre la tierra. Hablamos, por tanto, de una lucha en defensa de la vida de sus ciudadanos por parte de la única democracia de Oriente Medio, la única que respeta la libertad, la igualdad y todos los derechos fundamentales inviolables. Fuera de Israel, hay totalitarismo en cualquiera de sus acepciones.