Sin Perdón

Sobornos, prostitutas y vodka

«La lista de escándalos que afectan al PSOE desde la Transición hasta nuestros días es impresionante»

En estos tiempos en que Sánchez se pelea con Iglesias y sus acólitas para erigirse en el paladín del feminismo mientras muestran su ineficacia con la chapucera ley del «solo sí es sí», el escándalo del exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes es muy esclarecedor de la doble moral sobre la corrupción. Hay que aclarar que la condición de «exdiputado» la ha adquirido como consecuencia del estallido de este sórdido escándalo de comisiones, juergas nocturnas, visitas a burdeles, transferencias bancarias, pagos en efectivo, botellas de vodka… Es la habitual reacción cuando se producen este tipo de situaciones repugnantes. No es una actuación de la que se pueda sentir orgullosa la dirección del PSOE. El Tito Berni era un gran feminista. Un dirigente socialista ejemplar, que se hacía fotografías con el presidente del Gobierno, mientras era agasajado por empresarios que buscaban favores para sus negocios en Canarias. Por supuesto, Sánchez no tiene ninguna culpa, aunque es la constatación de que la corrupción es transversal y hay desaprensivos en todos los partidos.

El riesgo se produce cuando se gobierna y se pueden sortear los controles. Cuanto más rígidos son, más eficaces, aunque tampoco se puede caer en lo que hizo la República de Venecia que consiguió crear en la Edad Moderna un sistema burocrático ineficaz y catastrófico en su lucha contra la corrupción. La rigidez alcanzó niveles tan increíbles que no se tomaban decisiones o se alargaban en el tiempo. Es uno de los aspectos que ayudó a su decadencia y desaparición. Lo sucedido en Canarias es una trama organizada con la sordidez propia que comporta la corrupción. La lista de escándalos que afectan al PSOE desde la Transición hasta nuestros días es impresionante, aunque le falta el altavoz mediático que sufrió el PP. Es fácil imaginar el provecho que sacarían los inquisidores de la izquierda si lo sucedido tuviera como protagonista a un diputado del PP y hubiera fotografías suyas con el líder del partido. La exquisitez actual sería muy distinta. No hay más que ver el trato que se ofrece a las tramas en la Comunidad Valenciana o en el paraíso cántabro de Revilla. Esto es lo que conocemos, gracias a la delación de uno de los implicados, pero me pregunto sobre lo que permanece en la oscuridad.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)