Quisicosas

Solo los tontos siempre dicen la verdad

Tras su repentino cambio de identidad, adujo que no había podido agredir sexualmente a su víctima, dado que «soy una mujer que quiero estar con hombres»

En Gran Bretaña las agresiones sexuales de mujeres han aumentado un 84 por 100, no porque los comportamientos sociales hayan variado, sino porque agresores trans, antaño varones, figuran como féminas en las estadísticas y siguen atacando. Ciento treinta y nueve mujeres trans estaban allí en cárceles femeninas en 2016, la mitad agresoras sexuales. En España, la «Asociación contra el borrado de las mujeres» exige saber dónde está Jonathan Robaina, asesino confeso de su prima Vanessa, pero el Ministerio de Justicia no da los datos, amparándose en la privacidad de la que ahora se autodenomina «Lorena Robaina». Se sospecha que disfruta de una penitenciaría femenina.

Jonathan Robaina comunicó su transición sexual durante el juicio por el asesinato de Vanessa Robaina en Betancuria (Fuerteventura), justo dos días después de que la Ley Trans fuese aprobada en Canarias. Es difícil saber si estaba enamorado de ella o la odiaba, pero lo cierto es que le obsesionaba. La empujaba desde niña, la perseguía, golpeaba la pared medianera cuando coincidían en casa. Un año antes le puso una navaja en el cuello e intentó despeñarla por un barranco. Vanessa era una chica hermosa y rubia, con un pelo maravilloso, y Jonathan un tirillas desgalichado, con gafas y leve retraso mental. Algo se fue enfureciendo en su interior, pero ella siempre le quitó hierro al asunto. En julio de 2018, sabiendo que los padres de Vanessa estaban fuera de casa y ella dormía, entró con una llave robada y un martillo en la mano y la despertó a golpes. Aunque Vanessa reaccionó y se levantó, le infligió más de 30 martillazos en la cabeza, la violó analmente con un objeto, la estranguló y eyaculó sobre el cuerpo. La madre la encontró envuelta en el edredón y en medio de un charco de sangre. Era el final de una fijación enfermiza.

Vivir junto a una persona así no es fácil. Lo menos que cabe pedir es conocer quién es tu compañero de celda. ¿Es justo negar los datos a las presidiarias?

Ese juez, José Luis Goizueta, es difícil ponerse en su lugar. Cuarenta y un años de cárcel dictó en el caso Robaina, catorce y medio por agresión sexual. ¿Era violencia de género lo que le hizo Lorena a Vanessa? Sentenciar es cada vez más difícil y sutil. Jonathan perseguía chicas por internet, fue denunciado por acoso y antes que a Vanessa asediaba a sus compañeras de cole. Tras su repentino cambio de identidad, adujo que no había podido agredir sexualmente a su víctima, dado que «soy una mujer que quiero estar con hombres». Siempre negó haber violado a Vanessa. Aunque el ADN lo contradijo, los tontos siempre dicen la verdad.