El puntazo

Vox como quebradero de cabeza

Es un dilema menos complejo de lo que parece si Génova se desentiende del ruido exterior e interior que incordia tanto y por supuesto desdeña el relato tóxico pero barato de Moncloa

Para el Partido Popular la relación con Vox suele derivar en una ecuación compleja con exceso de variantes por despejar y desenlaces grises. Tras la guerra arancelaria, con el discurso trumpista de Santiago Abascal, más de lo mismo. La formación de Núñez Feijóo se debate entre la necesidad de contar con el partido a su derecha para encauzar los Presupuestos clave en territorios como Aragón y la Región de Murcia y la censura al alineamiento de Vox con el promotor del terremoto comercial que puede conducir a una recesión mundial. Es un dilema menos complejo de lo que parece si Génova se desentiende del ruido exterior e interior que incordia tanto y por supuesto desdeña el relato tóxico pero barato de Moncloa. Se trata de conducirse sin complejos y conforme al interés de los ciudadanos. Los Presupuestos aseguran estabilidad y proyecto sin que puedan coartar la crítica al absurdo seguidismo arancelario.