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La Iglesia abre la puerta al fin del celibato en zonas remotas

El Papa plantea la posibilidad de ordenar sacerdotes a hombres casados en la Amazonía y en islas del Pacífico, según recoge el texto preparatorio del próximo Sínodo.

El Papa Francisco
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El Papa plantea la posibilidad de ordenar sacerdotes a hombres casados en la Amazonía y en islas del Pacífico, según recoge el texto preparatorio del próximo Sínodo.

Se trata de una vieja discusión en la Iglesia. ¿Qué hacer en las zonas más recónditas del planeta, donde existen comunidades cristianas, no hay sacerdotes y es muy complicado que éstos puedan llegar? En estos casos se ha hablado de la figura de los «viri probati» hombres que ya tienen una familia y que no cumplen con la obligación del celibato, a los que se les podría permitir practicar el sacerdocio como se hacía en la Iglesia primitiva.

El asunto genera mucha controversia y desde ayer está de nuevo en discusión, tras la publicación del documento preparativo para el Sínodo de los Obispos para la región de la Amazonía, que se celebrará el próximo octubre. En el texto preliminar, «se pide que para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable».

La frase, elaborada por los obispos de la región sobre la que se centrarán los debates, viene precedida por una consideración del celibato como «un don para la Iglesia». De momento, se trata sólo de una propuesta, que después deberá ser estudiada por los padres sinodales. Su ámbito de aplicación estaría únicamente inscrito a los países de la cuenca del Amazonas o pequeñas islas del Pacífico, donde no llegan sacerdotes ni misioneros. Y su aplicación última dependería exclusivamente del Papa. Sin embargo, el tema es una patata caliente para los guardianes de la ortodoxia, que temen que abrir la puerta a que hombres con familia ejerzan el sacerdocio podría suponer un primer paso para el fin del celibato. Tanto es así, que durante la presentación del documento en el Vaticano, el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, rechazó hablar del término «viri probati». Según él, no se plantea esa figura, «que se ha convertido casi en un mito», sino otra cosa. El documento también pone especial atención en no mencionarlo expresamente, aunque se trate del mismo concepto. Juan Pablo II ya se mostró contrario a introducir esta reforma, aunque Francisco sí que expresó en el pasado que se debía «analizar si son una posibilidad». En lo que no ha dejado nunca ninguna duda el Papa argentino es en la obligación general del celibato.

Diaconado femenino

Otra cuestión que está aparcada en estos momentos es la del diaconado femenino, como reconoció el mismo Bergoglio. Es decir, la opción de que haya mujeres que puedan celebrar sacramentos como hacen los diáconos. Sin embargo, el texto del Sínodo para la Amazonia vuelve a ser ambiguo en el rol de la mujer. Cuando habla de la ordenación sacerdotal no menciona la palabra «hombres», sino «personas», por lo que cabe la duda de que haya también una apertura en función de género. Y, además, se reclama de forma explícita «identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica». El documento reclama mayor presencia femenina en la Iglesia, ya que «en algunas comunidades no siempre es valorada».

Estas discusiones centrarán la atención mediática del sínodo, aunque su convocatoria lleva también aparejada un fuerte mensaje medioambiental, como ya dejó constancia Jorge Mario Bergoglio con su encíclica «Laudato si».

La protección del ámbito religioso se completa con el respeto por la naturaleza, en una región amenazada por la deforestación y más recientemente por las políticas del presidente brasileño, Jair Bolsonaro. El texto propugna una «ecología integral» y critica que «la vida en la Amazonia sufre la destrucción ambiental y la sistemática violación de los derechos humanos fundamentales de la población amazónica».