Santoral
¿Qué santo se celebra hoy, sábado 29 de abril? Todo lo que debes saber del santoral de hoy
A pesar de que Santa Catalina de Siena no aprendió nunca a escribir, consiguió llegar a ser Doctora de la Iglesia
El santoral católico es el listado de santos y beatos que son honrados por los fieles en una fecha concreta. Estas efemérides se mantienen y se celebran, para que los católicos de todo el mundo mantengan el recuerdo de su sacrificio y para que su vida de rectitud sirva como referencia y guía moral para todos ellos. El santoral de este martes, 29 de abril, conmemora la vida de Santa Catalina de Siena. Si quieres saber más, continúa leyendo:
¿Quién fue Santa Catalina de Siena?
Catalina Benincasa, más conocida como Catalina de Siena, nació en el año 1347 en la ciudad italiana de Siena, en el seno de una familia tremendamente muy numerosa. Tuvo 22 hermanos, aunque la mitad de ellos acabaron muriendo durante la infancia. Era la hija de un tintorero llamado Jacomo Benincasa. Su madre se llamaba Lapa di Puccio di Piagente (o Piacenti).
Catalina fue una fervorosa creyente aun cuando era muy niña. Se cuenta tuvo una visión cuando tenía seis años y que eso le empujo a hacer voto de castidad. Lejos de ser únicamente una chiquillada, lo cierto es que acabó acatando sus propios votos de consagrarse totalmente a su fe, practicando continuamente la oración e incluyendo en su rutina severas prácticas de penitencia.
Entre los 16 y los 18 años, la joven ingresó en las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, que eran de la Tercera Orden Dominica; que eran llamadas «mantellate» por su manto negro sobre un hábito blando ceñido con una correa, y que se dedicaban a la atención de pobres y enfermos. En los años sucesivos vivió, según las costumbres de las Mantellate, en casa de sus padres, pero totalmente retirada y dejaba la casa solo para asistir a la Santa Misa, para acudir a sus misiones de caridad y para asistir a las reuniones de su comunidad religiosa.
De esta forma, a su intensa vida de oración se le añadió también la atención a los pobres y los enfermos. Enfermos que eran numerosísimos por aquel entonces, debido a la epidemia de peste negra que asolaba la ciudad. Su obra caritativa, su carisma y sus logros en la conversión de los pecadores se hicieron cada vez más conocidos en la ciudad… y pronto fuera de ella.
Sus hagiógrafos sostienen que Catalina experimentó una serie de visiones del Cielo, del purgatorio y del infierno; lo que sintió como una llamada de Dios para denunciar la corrupción que asolaba la Iglesia en aquel momento. Así que empezó a involucrarse en la política convulsa de la época precisamente para luchar contra los miembros del clero que actuaban por intereses políticos… y que habían dejado de lado su fe.
Catalina comenzó a escribir cartas, o mejor dicho a dictarlas (no recibió educación formal y no sabía ni leer ni escribir). Mantuvo correspondencia con las principales autoridades de Italia, entre las que se incluían laicos, clérigos, obispos, abades y cardenales. En estas misivas, Catalina les exhortaba por el regreso de la paz en la península, para poner fin al conflicto entre el Papa y las ciudades italianas. Mantuvo también correspondencia con el papa Gregorio XI y, de hecho, viajo a Aviñó para instarle a regresar a Roma. Y gracias a su labor, el Papa regresó en enero de 1377.
Catalina falleció unos años después, cuando sólo tenía 33 años. No sin antes haber publicado su libro Diálogo, en el que sus pensamientos sobre las profundidades de la mística cristiana. En el año 1461 el papa Pio II la declaró santa en el año 1461. Después, en 1939, Pio XII la declaró patrona principal de Italia, junto a San Francisco de Asís.
En octubre de 1970, Pablo VI le otorgó el título de Doctora de la Iglesia, siendo la segunda mujer en obtener esta distinción después de santa Teresa de Jesús. En el año 1999, bajo el pontificado de Juan Pablo II también la convirtió en una de las Santas Patronas de Europa, junto a Santa Brígida de Suecia y santa Teresa Benedicta de la Cruz.
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