Alimentación

Así es la dieta que ayuda a controlar el asma

Reducir el consumo de lácteos y evitar las grasas saturadas y el alcohol mejoran la enfermedad respiratoria

En la imagen, frutas y verduras variadas
En la imagen, frutas y verduras variadasPexelsPexels

La dieta cumple un papel esencial en nuestra salud, también cuando se trata de enfermedades respiratorias crónicas, una de las patologías más vulnerables en el contexto de la pandemia de la Covid-19. Por ello, ayudar a controlarla desde el plato resulta una herramienta muy eficaz para evitar posibles complicaciones por el nuevo coronavirus. Así lo ratifica un nuevo estudio publicado en la revista científica «Nutrition Reviews», que confirma que una dieta a base de vegetales puede ayudar a prevenir y controlar el asma, mientras que los productos lácteos y los alimentos ricos en grasas aumentan el riesgo.

«El asma se produce por una inflamación del árbol bronquial debida a la hiper respuesta del sistema inmune, y un aumento del estrés oxidativo en el organismo. Existen diferentes factores que pueden favorecer este proceso, pero el papel de la dieta es especialmente importante», advierte Carolina Massagués, nutricionista clínica del Hospital La Fuenfría y miembro del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Madrid.

Ante este escenario, la pregunta del millón es: ¿Qué alimentos hay que tomar para mejorar el asma? «Numerosas evidencias señalan que el consumo de frutas y vegetales previene el desarrollo de esta patología, como consecuencia de su contenido en antioxidantes, como vitaminas C y E, betacaroteno y flavonoides. Ante esta situación, y teniendo en cuenta que un elevado porcentaje de la población no llega a consumir las cinco raciones al día de frutas y verduras que se aconsejan, se debe recomendar, como primer paso en el asma, cubrir las ingestas de estos alimentos», asegura Massagués, quien añade que resulta necesario «el aumento del consumo de alimentos como el pescado, frutos secos o el aguacate por su mayor contenido en aceites saludables omega 3».

Y ese consumo es tan importante en pacientes asmáticos como en las mujeres embarazadas y en su etapa de postparto, ya que «la mayor evidencia científica es la que relaciona la lactancia materna, independientemente de la exclusividad o la duración, con una reducción del riesgo de asma infantil: 22% menos probabilidades de que un niño tenga esta patología alguna vez», explica Alma Palau, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.

Alimentos prohibidos

Pero casi tan importante como aquello que debe aumentarse en el plato, también es lo que debe evitarse. Según apunta el estudio publicado en «Nutrition Reviews», los lácteos y los alimentos con alto contenido en grasas saturadas pueden ser perjudiciales, una idea que también respalda Massagués, quien insiste en que «hay que disminuir los procesados, los fritos o la bollería por ser altos en grasas saturadas», advierte Massagués. Y resulta imprescindible desterrar el alcohol, pues «los asmáticos parecen ser particularmente sensibles a las bebidas alcohólicas y, en algunas personas, estas reacciones pueden ser potencialmente mortales. Se ha demostrado que el etanol aumenta la permeabilidad del revestimiento del tracto digestivo y daña la mucosa del intestino».

Frente a ello, el agua es la solución, ya que, tal y como asegura Palau, «el primer cuidado que debe tener una persona con asma es mantener un buen estado de hidratación. Esto se consigue ingiriendo aproximadamente de 1,5 a dos litros de agua diarios, que equivalen a aproximadamente a seis u ocho vasos que deberían ingerirse a un ritmo aproximado de uno cada dos horas».