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Uno de cada cinco diabéticos hospitalizados con Covid-19, muere en menos de un mes

Los resultados actualizados del estudio CORONADO se suman a otras evidencias científicas que apuntan a que estos pacientes deberían estar en los grupos prioritarios de inmunización.

Ampliación UCI del Hospital Regional Universitario De Málaga. JUNTA DE ANDALUCÍA
Ampliación UCI del Hospital Regional Universitario De Málaga. JUNTA DE ANDALUCÍAJUNTA DE ANDALUCÍAJUNTA DE ANDALUCÍA

Identificar qué variables pueden ser agravantes, y cuales atenuantes en la evolución de los diabéticos con Covid-19 que requieren hospitalización, puede ayudar a personalizar los recursos y los tratamientos que se usen para conseguir salvar más vidas. Esta es una de las principales conclusiones a las que han llegado los investigadores Bertrand Cariou y Samy Hadjadj, diabetólogos del Instituto del Tórax, que, en el inicio de la pandemia, pusieron en marcha el estudio ‘CORONADO’, en colaboración con el Hospital Universitario de Nantes, el Instituto Nacional de la Salud francés (INSERM) y el Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS). Un trabajo que, en mayo de 2020, arrojó unos resultados preliminares muy preocupantes: que el 10% de los pacientes con diabetes y Covid-19 murieron en los 7 días posteriores al ingreso en el hospital. Posteriormente, ampliaron la muestra a 2.796 participantes de 68 centros de toda Francia, y los datos, publicados en la revista Diabetologia, muestran que uno de cada cinco pacientes muere en un plazo de 28 días, mientras que alrededor de la mitad son dados de alta.

De los pacientes incluidos en el análisis, el 64% eran hombres, con una edad media de 70 años y un índice de masa corporal medio de 28 kg/m2 (que entra en el rango de sobrepeso). Se detectaron complicaciones diabéticas, microvasculares (como retinopatía, neuropatía o nefropatía) y macrovasculares (como riesgo cardiovascular o hipertensión) en el 44 y el 39 % de los participantes, respectivamente. En un plazo de 28 días, el 50% de los pacientes recibieron el alta hospitalaria con una mediana de duración de la estancia hospitalaria de 9 días, mientras que el 21% fallecieron. Del resto de los pacientes, el 12 % seguía hospitalizado en el día 28, mientras que el 17% había sido trasladado a centros diferentes de su hospital inicial.

Los pacientes más jóvenes, tratados con metformina para su diabetes, y que desarrollaron síntomas de mayor duración al ingreso, fueron el grupo que mayor probabilidad mostró de alta hospitalaria. Por el contrario, los antecedentes de complicaciones microvasculares, el tratamiento anticoagulante habitual, la dificultad respiratoria en el momento del ingreso, los niveles anormales de enzimas hepáticas, los recuentos más altos de glóbulos blancos y los niveles más altos del marcador inflamatorio sistémico proteína C reactiva, se asociaron con una menor probabilidad de recibir el alta y un mayor riesgo de muerte.

Por otro lado, los pacientes cuya diabetes era tratada regularmente con insulina (lo que posiblemente indicaba un estado más avanzado de la diabetes) tenían un riesgo de muerte un 44 % mayor en comparación con los que no eran tratados con insulina.

Diabéticos, grupo prioritario en la vacunación

Pero estas no son las únicas evidencias por las que los especialistas están pidiendo la priorización de la vacuna contra la Covid-19 para los diabéticos. Un análisis dirigido por investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido) ha mostrado que las personas de mediana edad con diabetes tipo 2 tiene un riesgo radicalmente más alto de morir a causa de la infección. La investigación muestra que, en comparación con personas de una edad similar sin diabetes tipo 2, el riesgo de mortalidad de Covid-19 por tener diabetes tipo 2 aumenta cuanto más joven es una persona.

Esto supone que, aunque el riesgo es bajo en términos absolutos, este incremento tiene un gran impacto sobre las personas de mediana edad, ya que eleva el riesgo existente de Covid-19 relacionado con la edad. De este modo, una persona de 50 años con diabetes tipo 2 tiene un riesgo de mortalidad por la infección equivalente a una persona de 66 años sin diabetes; es decir, es como si tuviera 16 años más. Algo que está planteando dudas sobre las estrategias de vacunación en toda Europa, incluida España, que no les ha incluido entre los grupos prioritarios.