Sanidad
Investigadores españoles crean el primer dispositivo del mundo que administra fármacos sin agujas
Emplea ondas subcutáneas para aumentar el tamaño de los poros de la piel y permitir la entrada de nanomoléculas
Medicsen Smartpatch podría convertirse en el primer dispositivo del mundo que administra fármacos sin agujas. Los creadores de este proyecto español esperan, de hecho, que esto ocurra dentro de alrededor de dos años, después de que lo idearan en principio para una niña diabética que rechazaba el tratamiento de insulina, lo que le impedía llevar una vida normal. Aquella niña necesitaba inyectarse al menos tres veces al día, lo que equivale a más de 1.000 inyecciones al año.
El dispositivo fabricado para ayudarla produce unas ondas inocuas que aumentan el tamaño de los poros naturales de la piel, permitiendo la entrada de macromoléculas de hasta 2000KDa. Los fundadores aseguran que es indoloro y seguro, y que los poros se cierran cuando el dispositivo se detiene. Además, está automatizado con un software predictivo que calcula las necesidades de insulina que precisa el paciente, aporta consejos de estilo de vida y soluciona dudas como si se pude o no tomar un zumo en un plazo de 30 minutos.
Su tecnología podría adaptarse a otro tipo de enfermedades o pacientes. Las inyecciones de insulina son actualmente uno de los tratamientos más utilizados en pacientes con diabetes, pero la mayoría de ellos, hasta un 80%, reconoce estar insatisfecho y demanda nuevos métodos. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido sistemas alternativos a las agujas que permitan disminuir la transmisión de enfermedades y mejorar la calidad de vida.
“Nuestro dispositivo podría representar un cambio significativo en la vida de millones de pacientes. Las ventajas son innumerables: es estandarizable a múltiples fármacos y patologías,adaptable a todo tipo de piel y capaz de entregar automáticamente la cantidad correcta de fármaco en el momento adecuado sin interacción del usuario, reduciendo los errores en los cálculos”, asegura en un comunicado Eduardo Jorgensen, uno de sus creadores.
Este dispositivo está en fase de ensayos en animales para empezar en humanos a partir de 2021, con la idea de que pueda comercializarse en 2023 en Europa y en 2025 en EE UU. Esta innovación ha sido seleccionada entre más de 300 iniciativas procedentes de 10 países. El próximo 17 de marzo un jurado designado para la semifinal europea de los Premios Fundación Mapfre a la Innovación Social elegirá a los tres finalistas europeos que participarán en la final que tendrá lugar en mayo. El jurado está compuesto por expertos en econsistema de impacto, emprendimiento e innovación social, y representantes de la Fundación Mapfre e IE University.
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