Salud mental
Los trastornos depresivos y la ansiedad aumentaron más de un 25% por la pandemia
Los países con altas tasas de contagio y con restricciones a la movilidad registraron los mayores aumentos de estos cuadros. Las mujeres y los jóvenes, especialmente de 20 a 24 años, fueron los más afectados
En vísperas del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el domingo, un estudio publicado hoy en “The Lancet” confirma todas las sospechas. La pandemia provocó un marcado aumento de los trastornos depresivos y de ansiedad a nivel mundial.
En concreto, las primeras estimaciones mundiales publicadas en este estudio sugieren que en 2020 hubo 53 millones de casos más de trastorno depresivo (un 28% más) y 76 millones de casos adicionales de trastornos de ansiedad (un 26% más) debido a la pandemia.
Unos incrementos alarmantes, ya que cabe recordar que antes de la pandemia, estos problemas de salud mental, que pueden aumentar el riesgo de suicidio, fueron los principales contribuyentes a la carga mundial de morbilidad y afectaron a millones de hombres y mujeres de todas las edades en todo el mundo.
Durante la pandemia, las mujeres se vieron más afectadas que los hombres, así como las personas más jóvenes en comparación con los grupos de mayor edad. Además, los países con altas tasas de infección y grandes reducciones en el movimiento de personas, como consecuencia de medidas como los cierres de escuelas, tuvieron los mayores aumentos en la prevalencia del trastorno depresivo y los trastornos de ansiedad.
“Nuestros hallazgos destacan la necesidad urgente de fortalecer los sistemas de salud mental para abordar la creciente carga de depresión clínica y los trastornos de ansiedad en todo el mundo”, explica en el estudio el autor principal, el Dr. Damian Santomauro, del Centro de Investigación de Salud Mental de Queensland, en Australia.
“Incluso antes de la pandemia -prosigue-, los sistemas de atención de la salud mental en la mayoría de los países históricamente han carecido de recursos y han estado desorganizados en la prestación de sus servicios. Satisfacer la demanda adicional de servicios de salud mental debido a la Covid-19 será un desafío, pero no tomar ninguna medida no debería ser una opción”.
En este sentido, considera que hay que “promover el bienestar mental, enfocar los factores que contribuyen a la mala salud mental que ha empeorado por la pandemia y mejorar el tratamiento”, de ahí que resulte fundamental mejorar los servicios de apoyo.
¿Cómo hicieron el estudio?
Hasta la fecha, ningún estudio había analizado el impacto global de la pandemia en la prevalencia del trastorno depresivo clínico y los trastornos de ansiedad en 2020. La mayor parte del trabajo anterior consistió en encuestas en lugares específicos durante un período corto de tiempo.
El nuevo estudio es el primero en evaluar los impactos globales de la pandemia en la salud mental, cuantificando la prevalencia y la carga de los trastornos por edad, sexo y ubicación en 204 países y territorios en 2020. Para ello, los autores realizaron una revisión sistemática de la literatura para identificar datos de encuestas de población publicadas entre el 1 de enero de 2020 y el 29 de enero de 2021. Se utilizaron estimaciones de la tasa diaria de infección por Covid-19 y el movimiento de personas como indicadores del impacto de la pandemia en las poblaciones.
La revisión sistemática identificó 5.683 fuentes de datos únicas. El metanálisis indica que el aumento de la tasa de infección por Covid-19 y la reducción del movimiento de personas se asociaron con una mayor prevalencia de trastorno depresivo clínico y con trastornos de ansiedad, lo que sugiere que los países más afectados por la pandemia en 2020 tuvieron los mayores aumentos en la prevalencia de los trastornos.
Si no hubiera habido pandemia, las estimaciones del modelo sugieren que habría habido 193 millones de casos de trastorno depresivo (2.471 casos por 100.000 habitantes) en todo el mundo en 2020. Sin embargo, el análisis muestra que hubo 246 millones de casos (3.153 por 100.000), un aumento del 28% (53 millones de casos adicionales). Más de 35 millones de los casos adicionales fueron en mujeres, en comparación con cerca de 18 millones en hombres.
En cuanto a los cuadros de ansiedad, las estimaciones del modelo sugieren que habría habido 298 millones de casos de trastornos de ansiedad (3.825 por cada 100.000 habitantes) a nivel mundial en 2020 si no hubiera ocurrido la pandemia. Sin embargo, fruto de la Covid-19, se registraron 374 millones de casos (4.802 por 100.000) durante 2020, un aumento del 26% (76 millones de casos adicionales). De ellos, casi 52 millones de los casos adicionales fueron en mujeres, en comparación con alrededor de 24 millones en hombres.
Los jóvenes se vieron más afectados por el trastorno depresivo y los trastornos de ansiedad en 2020 que los grupos de mayor edad; especialmente las personas de 20 a 24 años (1.118 casos adicionales de trastorno depresivo por 100.000 y 1.331 casos adicionales de trastornos de ansiedad por 100.000).
“La pandemia ha exacerbado muchas desigualdades existentes y determinantes sociales de la salud mental. Lamentablemente, por numerosas razones, las mujeres siempre tenían más probabilidades de verse más afectadas por las consecuencias sociales y económicas de la pandemia. Las responsabilidades domésticas y de cuidados adicionales tienden a recaer en ellas, y además tienen más probabilidades de ser víctimas de violencia doméstica (violencia de género), un hecho que aumentó en las distintas etapas de la pandemia”, afirma la coautora Alize Ferrari, líder del equipo de trastornos mentales GBD en el Centro de Investigación de Salud Mental de Queensland.
“El cierre de escuelas y las restricciones más amplias que limitan la capacidad de los jóvenes para aprender e interactuar con sus compañeros, combinados con el mayor riesgo de desempleo, también significaron que los jóvenes se vieron más afectados por el trastorno depresivo clínico y los trastornos de ansiedad durante la pandemia. Es fundamental que los responsables de la formulación de políticas tengan en cuenta factores subyacentes como estos como parte de las medidas para fortalecer los servicios de salud mental“, añade.
Los autores de este estudio -revisado por pares y financiado por Queensland Health, el Consejo Nacional de Investigación Médica y de Salud y la Fundación Bill y Melinda Gates- reconocen que su estudio se vio limitado por la falta de datos de alta calidad sobre los efectos de la pandemia en la salud mental en muchas partes del mundo, particularmente en países de ingresos bajos y medianos.
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