Pandemia
Demuestran que la infección por SARS-CoV-2 tiene más riesgos neurológicos que la vacuna frente a la Covid
La aparición del síndrome de Guillain-Barré y la parálisis de Bell son algunas de las manifestaciones que pueden desarrollarse
Aunque España goza de un buen nivel de inmunización frente a la Covid-19, todavía quedan algunas personas reticentes a recibir el pinchazo que les protegería frente a un posible contagio por SARS-CoV-2 por temor a sus consecuencias para la salud. Sin embargo, la seguridad de las vacunas vuelve a quedar demostrada con un completo estudio publicado hoy en la revista científica «Nature Medicine». En concreto, un grupo de investigadores de la prestigiosa Universidad de Oxford (Reino Unido) ha confirmado que la infección por Covid-19 conlleva un riesgo mucho mayor de complicaciones neurológicas que la primera dosis de la vacuna contra el SARS-CoV-2.
En el estudio, los investigadores detallan los resultados de un análisis de registros sanitarios anónimos de más de 32 millones de personas en toda Inglaterra. Con esta ingente cantidad de datos, los científicos evaluaron el riesgo de desarrollar complicaciones neurológicas en los 28 días siguientes a la primera dosis de las vacunas Oxford-AstraZeneca o Pfizer-BioNTech, así como en los 28 días siguientes a una prueba de PCR positiva de Covid-19.
Bajo esta premisa, los científicos encontraron un riesgo mayor, aunque bajo, de padecer las raras afecciones neurológicas del síndrome de Guillain-Barré y la parálisis de Bell tras la primera dosis de la vacuna de Oxford-AstraZeneca y un riesgo mayor, aunque bajo, de sufrir un accidente cerebrovascular hemorrágico tras la primera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech. Sin embargo, el miedo a no sufrir este posible efecto secundario no se convierte en un argumento de peso para aquellos que no quieren pasar por el pinchazo, ya que, a tenor de los datos arrojados en este informe, la infección por Covid-19 se asoció a un mayor riesgo de desarrollar complicaciones neurológicas que al recibir cualquiera de las dos vacunas.
Diferentes riesgos
“Encontramos diferentes riesgos para distintos tipos de afecciones neurológicas según la vacuna que se recibiera. Sin embargo, estos fueron sustancialmente menores que los riesgos que se producen en asociación con una prueba de PCR Covid-19 positiva. Por ejemplo, estimamos un exceso de 145 casos de síndrome de Guillain-Barré por cada 10 millones de personas en los 28 días posteriores a una prueba positiva de SARS-CoV-2, en comparación con 38 por cada 10 millones para los que recibieron la vacuna de AstraZeneca”, explica Martina Patone, estadística médica del Departamento de Ciencias de la Salud de Atención Primaria de Nuffield, de la Universidad de Oxford, y coautora del estudio.
De esta manera, los datos resultan demoledores, ya que aunque los ensayos clínicos iniciales de las vacunas no eran lo suficientemente grandes como para poder detectar acontecimientos neurológicos adversos muy raros, los que se producen en menos de 1 persona de cada 10.000, este estudio pudo lograrlo al examinar los datos del mundo real de más de 32 millones de registros sanitarios en Inglaterra. En concreto, el estudio utilizó lo que se conoce como un diseño de ‘serie de casos autocontrolados’, que compara la frecuencia de los acontecimientos adversos, en este caso, las complicaciones neurológicas, en diferentes intervalos de tiempo dentro de la misma persona; antes, en un período corto después y en un período posterior después de una exposición como una vacuna Covid-19 una prueba positiva para el SARS-CoV-2.
Este análisis proporciona información importante sobre qué afecciones neurológicas podrían estar relacionadas con la vacunación o la infección por Covid-19. En general, los resultados de este estudio muestran que los riesgos de ingreso hospitalario con complicaciones del sistema nervioso asociados a la infección por Covid-19 son mayores que los riesgos asociados a la vacunación por Covid-19, lo que pone de manifiesto los beneficios de la vacunación.
Los autores puntualizan, no obstante, que el estudio tiene varias limitaciones, entre ellas que solo se examinaron los riesgos asociados a la primera dosis de la vacuna, ya que los datos sobre los resultados tras las segundas dosis eran limitados en el momento de realizar este estudio. Además, no pudieron distinguir entre los diferentes tipos de síndrome de Guillain-Barré debido a la forma en que se codificaron los registros sanitarios. Solo se incluyeron los ingresos hospitalarios y la mortalidad, por lo que es posible que no se hayan incluido los pacientes con una enfermedad neurológica más leve y que se haya subestimado la carga global de acontecimientos adversos neurológicos derivados de la vacunación y la infección.
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