Entrevista

«Tarde o temprano se recomendará la tercera dosis de la vacuna a todos los grupos»

Adolfo García-Sastre preside el comité científico del Primer Foro Mundial de Pandemias que se celebrará en Ifema Madrid del 19 al 20 de noviembre

El virólogo Adolfo García Sastre es presidente del comité científico del primer Congreso Mundial de Pandemias, que se celebrará en Ifema Madrid del 19 al 20 de noviembre
El virólogo Adolfo García Sastre es presidente del comité científico del primer Congreso Mundial de Pandemias, que se celebrará en Ifema Madrid del 19 al 20 de noviembreLa RazónLa Razón

Es presidente del comité científico del primer Congreso Mundial de Pandemias, que se celebrará en Ifema Madrid del 19 al 20 de noviembre, punto de encuentro de todos los agentes involucrados en prevenir y dar respuesta a futuras crisis de salud pública.

¿Hasta cuándo viviremos con esta pandemia?

El SARS-CoV-2 ha venido para quedarse, pero la pandemia no será interminable. Llegará un día en que se declare acabada aunque quede virus circulando.

¿Se atreve a dar una fecha?

No se considerará terminada hasta que el número de casos severos sea bajo en la mayoría de los países del mundo. Eso sólo se conseguirá mediante tasas de vacunación elevadas o por inmunidad natural generalizada. Eso no es así en la mayor parte del mundo, y por lo tanto, aún nos queda un largo camino por recorrer para considerar la pandemia acabada.

¿Las nuevas variantes vuelven a cambiar las reglas del juego?

Ahora mismo, la mayor proporción de enfermedad severa se encuentra entre los no vacunados. Más problemático que las nuevas variantes son las tasas vacunales tan bajas de muchos países.

Visto lo visto, no se descarta que vivamos nuevas pandemias... ¿Cómo serán?

Desde el uso generalizado de los antibióticos las pandemias han sido causadas por virus, pero, con la aparición de bacterias resistentes, no podemos descartar una posible causada resistencias a cualquier antibiótico a nuestra disposición. Y desafortunadamente, las condiciones necesarias para la aparición de virus pandémicos siguen existiendo, así que podemos esperar un nueva pandemia causada por un virus, seguramente por el de la gripe, pero no se sabe con certeza dónde y cuándo aparecerá.

En España la tasa de vacunación es de las más altas, pero estos días vemos que la cifra de contagios de nuevo es ascendente. ¿Estamos a las puertas de una nueva ola?

Es normal que, con una línea de base de infección, aunque sea baja debido a la vacunación, si se dejan de usar las normas de contención –basadas en distanciamiento social, uso de mascarillas en lugares cerrados, limitaciones de aforo y movilidad, etc.–, la línea de base de infección aumente, y por lo tanto experimentemos un ascenso en contagios. Sin embargo, los picos de enfermedad severa y muertes no llegarán a ser tan altos como los alcanzados anteriormente, precisamente porque la vacunación no frena completamente el virus, pero sí que disminuye los casos graves.

¿La tercera dosis de la vacuna será necesaria en toda la población o es de la opinión de que solamente para las personas más vulnerables?

Tarde o temprano se recomendará también al resto de los grupos, porque con el tiempo la inmunidad irá decreciendo y llegará un momento en el que el uso de una tercera dosis disminuya las tasas de enfermedad. Eso sí, no se llegará a un número de casos tan elevados, ya que la inmunidad no se pierde por completo.

¿Marcará un antes y un después el hecho de inmunizar a los menores en la mayoría de países desarrollados?

Con la mayor parte de los adultos vacunados, la principal fuente de contagios que quedará serán los niños. Por fortuna, ya se ha aprobado para uso en menores de cinco a 11 años la vacuna de Pfizer en EE UU, y se espera que se apruebe seguramente para antes del fin de año el pinchazo a partir de los seismeses de vida. Esto decrecerá aún más la propagación del virus.

Usted trabaja también en el desarrollo de una futura vacuna. ¿Qué tendrá de especial respecto a las ya conocidas?

La inmunización que estamos desarrollando tiene como ventaja que se puede fabricar y distribuir en la mayor parte de los países en vías de desarrollo, los cuales tienen grandes dificultades en adquirir y en distribuir las vacunas actuales. Se produce de la misma forma que las de gripe, su costo resulta también mucho menor y son estables sin necesidad de ultra congelación.

Y en cuanto a los tratamientos... ¿Llegará a tiempo alguno realmente efectivo frente a la Covid-19 o ya vamos tarde?

Como no disponíamos ni de vacunas ni de medicamentos contra la Covid-19, no se ha podido llegar a tiempo con ellos para parar los casos durante muchos meses. Con las vacunas hemos llegado tan pronto como era viable. Es imposible acelerar aún más el desarrollo de una inmunización sin saltarse pasos esenciales para probar que realmente son seguras y efectivas, como es el caso de las que se están usando. Y además hemos tenido suerte de que el SARS-CoV-2 no sea altamente resistente a la vacunación. Las mismas estrategias vacunales que funcionan contra la Covid-19, como los vectores de adenovirus, no han funcionado contra el virus del sida, por ejemplo. El desarrollo de terapias específicas es un proceso laborioso, y la mayor parte de las que se intentan desarrollar no llegan a funcionar debido a distintos factores, entre ellas la toxicidad o la efectividad en humanos. Pero necesitamos todavía dos tipos de medicamentos para la Covid-19: uno para paliar la enfermedad severa una vez que se ha iniciado esta patología grave y otro para tratar a los infectados antes de que desarrollen síntomas severos. Se está trabajando en los dos y esperemos que se puedan encontrar cuanto antes tratamientos efectivos. Algunos de ellos que están en ensayos clínicos ahora resultan muy prometedores, pero aún están por ver los resultados.

¿Cómo definiría la actuación de España durante la pandemia? ¿Qué es lo mejor y lo peor que hemos hecho?

Lo peor ha sido la falta de preparación. Se sabía desde hace tiempo que si una pandemia viniera, que no había suficiente infraestructura ni personal hospitalarios para tratar a los afectados. Y que se tenían que implementar rápidamente medidas de contención y vigilancia antes de que el número de casos se volviera muy grande. Pero no existía el marco y la capacidad adecuada para hacer frente a una pandemia. Hemos perdido muchas vidas debido a esta falta de preparación, pero también es verdad que se han salvado muchas otras gracias a la adopción de estrategias de contención y a la implementación rápida de la vacunación. El encontrar el delicado balance entre las medidas de contención y la disminución de la propagación del virus no es tan fácil, sobre todo al principio, cuando aún desconocíamos los factores asociados con la propagación del virus.

Lleva más de un año y medio investigando sobre el SARS-CoV-2. ¿Qué es lo más sorprendente que está encontrando?

Es un virus que está aún explorando su capacidad de adaptación a humanos, y si puede cambiar más para hacerse más transmisible lo hará. Es en esos aspectos de adaptación en lo que estamos trabajando ahora para poder comprender mejor la trayectoria que pueda tener en el futuro.

¿Intuyen ya cuáles son las razones que justifican por qué algunas personas no se contagian y por qué otras sufren la afección de una forma tan severa?

Sabemos ya de algunos factores que contribuyen a una enfermedad grave, como son defectos que algunas personas sufren en su sistema de inmunidad innata, que es el primero que se moviliza para combatir las infecciones. Pero aún desconocemos la mayor parte de estos factores.

También trabaja en una vacuna universal contra la gripe. ¿En qué situación están?

La mejor forma de combatir futuras pandemias es disponer de vacunas y tratamientos que sean eficaces contra múltiples variantes de un mismo virus, que ataquen zonas conservadas en todos los virus y variantes de la misma familia. Esa es la estrategia que estamos explorando para combatir la gripe: vacunas que den lugar a una protección no sólo contra los virus circulantes en este momento, sino contra cualquier otro, incluido el virus de la gripe aviar. La investigación clínica que se requiere para saber si funcionan es larga, complicada y muy costosa, así que por desgracia no sabremos hasta dentro de varios años si nuestra estrategia funciona. Pero si lo hiciera, acabaría con la necesidad de vacunarse anualmente contra la gripe, solo se necesitaría una vez e impediría las pandemias de gripe, ya que protegería contra virus distantes, que son los que causan oleadas cada 10-50 años.