Alerta sanitaria
Esto es todo lo que sabemos hasta el momento sobre la oleada de hepatitis infantil de origen desconocido
La Organización Mundial de la Salud baraja la posibilidad de que la causa detrás de esta hepatitis infantil sea un adenovirus del tipo 41
La Organización Mundial de la Salud ha asegurado que la nueva oleada de hepatitis infantil de origen desconocido es un tema “muy urgente” al que están dando “prioridad absoluta”. Hasta el momento, el organismo internacional ha contabilizado 228 casos de esta enfermedad en niños de entre el mes y los 16 años de edad... casi el doble que hace 10 días. Aunque hay otros 50 casos sospechosos que están siendo investigados. La mayoría de los casos se han dado en Europa, aunque ya hay 20 países afectados en todo el mundo. Entre ellos está España, donde ya se han registrado 22 casos sospechosos y 8 confirmados.
¿Qué sabemos de esta hepatitis de origen desconocido?
En esencia, la hepatitis es una inflamación del hígado que provoca su mal funcionamiento y el aumento de transaminasas en la sangre. Por ese motivo, uno de los indicios más claro de daño hepático suele ser unos valores elevados de estas proteínas en las analíticas de sangre. Los síntomas asociados a la hepatitis son bastante inespecíficos e incluyen el cansancio persistente, los vómitos y las náuseas, el dolor abdominal y la diarrea. Aunque la manifestación más clara suele ser la ictericia (la piel adquiere un tono amarillento), que suele venir acompañada de una orina anormalmente oscura y de unas heces demasiado claras.
En cuanto a las causas, lo más frecuente es que los niños afectados por hepatitis se hayan visto expuestos a algunos virus. Aunque también pueden producirse por tóxicos o -incluso- por alguna enfermedad metabólica o genética. En realidad, las hepatitis de origen desconocido no son noticia. Siempre que se presenta un cuadro de hepatitis, los profesionales de la salud encargados del caso realizan un estudio para buscar su origen.... pero hay algunas ocasiones en las que no se encuentra.
La novedad de esta nueva ola está en la cantidad de casos de los que no se ha podido averiguar su origen que se han registrado en un lapso tan corto de tiempo. La OMS baraja la posibilidad de que la causa detrás de esta hepatitis infantil sea -en realidad- un adenovirus del tipo 41. Aunque estos suelen estar asociadas a dolencias leves que afectan los revestimientos de las vías respiratorias, los ojos, intestinos, vías urinarias, sistema nervioso, etc. Por el momento, todas las hipótesis permanecen abiertas. Y de todas las teorías, cada vez están cogiendo más fuerza aquellas que la relacionan con el COVID.
En la mayoría de los casos de esta oleada de hepatitis infantil de origen desconocido, los afectados no presentaron fiebre y no tenían dolencias previas. Tampoco se encontraron los virus que suelen ir asociados a otros tipos de hepatitis. En general, la enfermedad se suele superar bien, aunque ya se han registrado 4 muertes (3 de ellas en Indonesia) y alrededor de un 10% de los menores han necesitado un trasplante de hígado después del encontronazo con la enfermedad.
Al no tener certezas sobre la causa detrás de esta hepatitis, no tenemos manera de actuar de forma preventiva contra ella. Por eso, lo único que cabe para evitar la infección es tomar las precauciones habituales. Es decir, que el niño se lave las manos frecuentemente, que aprenda a toser en el codo y que mantengamos limpio nuestro hogar.
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