Todas las familias

Tras el 15 de mayo, quiero reconocer el papel esencial que las familias desarrollan en la cohesión y el bienestar social. Y recordar la necesaria apuesta por mejorar su protección social, jurídica y económica, pues lamentablemente, como estamos viendo, los efectos sociales y económicos de la pandemia se prolongarán en el tiempo, más allá de la crisis sanitaria.

Especialmente en el contexto de la pandemia las familias han mostrado sus fortalezas, como soporte emocional, económico y social, pero también se han enfrentado a sus vulnerabilidades y nuevos desafíos. Hemos visto como son las familias, y dentro de ellas fundamentalmente las mujeres, quienes cuidan a los niños y niñas que no asisten a la escuela, al tiempo que continúan con sus responsabilidades laborales, y quienes no dejan de atender y preocuparse por los mayores o personas dependientes.

Los efectos de esta crisis están mostrando la cara de la desigualdad a través de las numerosas brechas que no solo persisten, sino que se han agrandado con la pandemia de Covid-19 (brechas sociales y económicas, de género, o digitales, entre otras) que exigen una respuesta al nivel de los desafíos que tenemos por delante y una atención preferente a las familias más vulnerables.

Por último, es un buen momento para recordar lo obvio, y reconocer expresamente la diversidad que atesoran las familias, recalcando la necesidad de legislaciones que respondan y protejan a las diferentes estructuras familiares, garantizando la protección efectiva de las distintas realidades familiares elegidas con libertad.