Embarazo
¿Qué hacer si tu pareja y tú sois jóvenes pero no conseguís el embarazo?
Entre la población joven también existen problemas de infertilidad, por lo que también necesitan la ayuda de la medicina reproductiva
Muchas de las parejas jóvenes que quieren ser padres y no lo consiguen aun intentándolo de forma natural durante un año siguen sin pensar ni aceptar en ningún momento que tengan un problema de fertilidad, ya que esta enfermedad no está asociada a las personas jóvenes, pero ¿están exentas esta parejas de problemas de infertilidad por su juventud? En absoluto, lamentablemente diversos estudios y estadísticas demuestran que entre la población joven también existen hombres y mujeres que no pueden tener hijos de forma natural y que deben de acudir a la medicina reproductiva para intentar lograrlo.
Para obtener información sobre este gran problema para muchas parejas jóvenes, hemos entrevistado a uno de los médicos más pioneros del mundo en todo tipo de técnicas de reproducción asistida, el doctor y científico Jan Tesarik, fundador y también director —junto a la bióloga y embrióloga Raquel Mendoza Tesarik— de la Clínica MARGen.
Doctor Tesarik, ¿cuándo cree que una pareja joven debe de plantearse buscar ayuda en la medicina reproductiva?
En primer lugar, hay que confirmar que se trata de verdad de un problema de fertilidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infertilidad es una enfermedad definida por la imposibilidad de lograr un embarazo evolutivo después de por lo menos 12 meses de relaciones sexuales sin protección. Si la pareja trata de procrear durante un periodo de tiempo más corto, o tiene las relaciones poco frecuentes e irregulares, no se puede aún hablar de la infertilidad de una manera conclusiva.
Por lo tanto, hay que empezar por confirmar si de verdad se trata de la infertilidad. Si es así, la pareja tendría que buscar una ayuda médica sin perder demasiado tiempo, ya que algunos factores, sin ser tratados adecuadamente, pueden causar rápidamente una deterioración permanente de fertilidad, incluso en parejas jóvenes. Aunque la incidencia de infertilidad en las parejas entre 20 y 30 años de edad se sitúa tan solo entre 7% y 15% según diferentes estadísticas, el tratamiento adecuadamente elegido y realizado por un equipo médico y biológico altamente especializado es aconsejable para evitar daños irreversibles de la fertilidad.
¿Cuáles son los primeros pasos del protocolo cuando una pareja joven llega a su clínica?
Cuando una pareja se presenta a nuestra clínica, el primer paso es buscar ciertos síntomas que pueden apuntar a la probable causa de la infertilidad. Durante la primera consulta el médico hace una serie de preguntas en este sentido. La pareja tiene que comunicar la presencia de los síntomas al médico, quien utilizará esta información para elegir exámenes diagnósticos adecuados que pueden confirmar o excluir la causa sospechada.
La mayoría de los síntomas asociados con la infertilidad femenina tienen que ver con la duración y la regularidad de los ciclos menstruales. Ciclos menstruales irregulares y poco frecuentes son sugestivos del síndrome de ovario poliquístico, una de las causas de infertilidad más frecuente en mujeres jóvenes. En algunos casos del síndrome de ovario poliquístico, las menstruaciones pueden ser casi ausentes. Ciclos cortos, por su parte, pueden evocar un problema de la fase lútea, una causa posible de la infertilidad y de abortos espontáneos. Pérdidas de sangre independientes del ciclo y menstruaciones anormalmente abundantes pueden señalar la presencia de fibromas, miomas o pólipos intrauterinos.
Dolor pélvico, persistente o intermitente, a veces acompañando las relaciones sexuales, es otro síntoma importante. Muchas veces la causa del dolor es la enfermedad llamada endometriosis, otra causa frecuente de infertilidad en mujeres jóvenes.
Índice de masa corporal demasiado alto o bajo está frecuentemente asociado con la infertilidad. Este tipo de anomalías puede ser una simple consecuencia de un estilo de vida poco saludable. Sin embargo, muchas veces está causado por varios desequilibrios hormonales y se puede arreglar mediante su tratamiento.
En cuanto a los hombres, a parte del índice de masa corporal demasiado alto o bajo, con las mismas causas posibles que en la mujer, se encuentran sobre todo varios problemas de la función sexual, tales como la disminución del deseo sexual, dificultad para mantener la erección, dificultad para eyacular o bajo volumen del líquido eyaculado. Dolor, inflamación o bultos en la zona testicular, infecciones respiratorias recurrentes, incapacidad para oler, crecimiento anormal de las mamas, y vello facial o corporal escaso son otros síntomas que pueden predecir un problema de fertilidad masculina.
Después de realizar esas evaluaciones previas, el siguiente paso es proceder a exámenes diagnósticos específicos para confirmar la causa sospechada de la infertilidad y proceder a la terapia. Un examen ecográfico pélvico y el seminograma son los métodos diagnósticos de base para abordar, respectivamente, los casos de la infertilidad femenina y masculina. Según la eventual presencia de algunos de los síntomas anteriormente mencionados, el médico prescribe otros exámenes específicos para la condición patológica sospechada.
Una vez detectada la causa, o una combinación de varias causas, de los problemas de fertilidad existentes, el médico decide cómo proceder con la terapia. Los métodos terapéuticos pueden ir de los más sencillos, tales como un ajuste de los hábitos dietéticos y del estilo de vida o tratamientos orales con diferentes sustancias, hasta los más complejos, incluyendo diferentes técnicas de la reproducción asistida.
¿Cuáles son las causas más comunes de esta infertilidad en personas jóvenes?, y en tal caso, ¿qué tratamientos aconseja?
Las cuatro causas más comunes en mujeres jóvenes son la endometriosis, el síndrome de ovario poliquístico problemas de peso y anomalías morfológicas de la cavidad uterina. La causa de la endometriosis es un flujo retrógrado de algunas células del endometrio (revestimiento interno de la cavidad uterina) durante la menstruación. Esas células remontan a través de las trompas uterinas hacia la cavidad abdominal en lugar de descender hacia la vagina para ser evacuadas con la sangre menstrual. Las células que alcanzan la cavidad abdominal se asientan en la superficie de varios órganos, mayoritariamente los ovarios, donde acaban formando quistes que disminuyen la calidad y la cantidad de los óvulos. En caso del síndrome de ovario poliquístico se desarrollan numerosos folículos (pequeñas vesículas que albergan los óvulos), pero falla la ovulación (liberación del óvulo del folículo dominante y su entrada en la trompa uterina). El aspecto poliquístico de los ovarios resulta de la acumulación de folículos que no pueden ovular y cuyos óvulos se deterioran progresivamente. En cuanto al peso, tanto una delgadez extrema como una obesidad perjudican la calidad de los óvulos. Las anomalías de la cavidad uterina disminuyen la receptividad uterina (capacidad del útero de acoger y nutrir al embrión recién formado). Por parte de los hombres, las causas más frecuentes de la infertilidad son anomalías de la formación de los espermatozoides en los testículos y la fragmentación del ADN espermático. Esta última condición es particularmente peligrosa para la fertilidad, ya que no es siempre acompañada por anomalías del seminograma y solo puede ser detectada por exámenes especiales.
Para crear el algoritmo terapéutico más adecuado, el médico evalúa la edad y las anomalías detectadas tanto en la mujer como en el hombre y establece un programa personalizado, con el fin de combinar la máxima eficacia con el mínimo coste posible. En este sentido, con mi equipo de la clínica MARGen de Granada, dirigido por mí y por mi antes citada compañera de profesión e hija, Raquel Mendoza Tesarik, hemos realizado varios estudios en los cuales hemos desarrollado técnicas diagnósticas no invasivas para evaluar el aparato reproductor femenino, y los tratamientos innovadores de las dos causas de infertilidad más frecuentes en las mujeres jóvenes, el síndrome del ovario poliquístico y la endometriosis. En casos de problemas de peso, antes de recomendar una dieta apropiada es preciso determinar si la condición no está causada por un problema del sistema endocrino. Si este es el caso, una dieta por sí misma no tendrá el efecto deseado sin tratar el problema endocrino subyacente. Por el fin, en casos de la fragmentación del ADN espermático hay que buscar y quitar su causa (tabaco, exposición a sustancias tóxicas) y proceder a un tratamiento medicamentoso, básicamente con sustancias antioxidantes por vía oral. En caso de la reproducción asistida se elegirán los métodos de laboratorio que minimizan problemas de malformaciones morfológicas y fragmentación del ADN espermático.
Como bien ha dicho, una pareja joven debe de sospechar que hay un problema de fertilidad cuando transcurre un año sin poder concebir, pero ¿hay algunos síntomas que ya les pueda hacer pensar antes que existe este problema?
De hecho, hay síntomas que nos hacen sospechar que hay un problema de fertilidad antes de que transcurra un año sin poder concebir. Períodos menstruales irregulares, dolor pélvico durante la regla o independiente de la regla y problemas de peso hacen sospechar que hay un problema de fertilidad femenina. Estos síntomas son particularmente importantes en las mujeres que no tienen pareja o no buscan la maternidad en el inmediato, por lo cual no mantienen relaciones sexuales sin protección con su pareja. En cuanto a los hombres, la mayoría de casos de infertilidad es asintomática.
¿Qué les diría usted a las personas que sufren esta infertilidad? ¿Qué porcentaje de éxito se tiene en estos casos?
En la mayoría de los casos de infertilidad en parejas jóvenes el pronóstico es bueno. Sin embargo, hay que tomar esta situación en serio y visitar una clínica especializada sin perder demasiado tiempo.
Los directores de la clínica MARGen subrayan ante todo al finalizar esta entrevista la necesidad de realizar un plan estrictamente personalizado para la solución del problema de infertilidad para cada pareja, y concluyen: Nuestra responsabilidad es hacer todo lo posible para determinar la causa de la infertilidad y elegir el tratamiento correspondiente, basado en el criterio de la óptima relación costo-efectividad.
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