Hallazgo español

¿Puede la vacuna contra la gripe reducir su riesgo de accidente cerebrovascular?

Un estudio español publicado en «Neurology» halla una vinculación clara entre el pinchazo de la influenza y la posibilidad de sufrir un infarto o un ictus

Inmunización
Una persona se vacuna contra la gripe en SevillaEduardo BrionesEuropa Press

Después de que la pandemia de la Covid-19 haya demostrado la importancia vital que tienen las vacunas, la nueva campaña de la gripe que ya calienta motores resulta determinante para personas de riesgo y pacientes con patologías de base. Los beneficios son numerosos y han quedado más que demostrados meses atrás, pero ahora podría haber una nueva ventaja a la hora de recibir este pinchazo, ya que ponerse la vacuna anual contra la gripe puede estar asociado con un menor riesgo de accidente cerebrovascular, tal y como confirma un estudio español publicado en la edición online de «Neurology», la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.

«Los estudios han demostrado que contraer la gripe aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, pero aún se están recopilando investigaciones sobre si vacunarse contra la gripe puede ayudar a proteger contra un accidente cerebrovascular», reconoce el autor del estudio, Francisco J. de Abajo, catedrático de Farmacología de la Universidad de Alcalá, en Madrid. «Este estudio observacional sugiere que aquellos que se vacunan contra la gripe tienen un menor riesgo de accidente cerebrovascular. Para determinar si esto se debe a un efecto protector de la vacuna en sí o a otros factores, se necesita más investigación», reconoce el investigador.

En concreto, el trabajo analizó el accidente cerebrovascular isquémico, que es causado por un bloqueo del flujo sanguíneo al cerebro y es el tipo de accidente cerebrovascular más común. Para el estudio, los investigadores observaron una base de datos de atención médica en nuestro país e identificaron a personas que tenían al menos 40 años y habían sufrido un primer accidente cerebrovascular durante un período de 14 años. Cada persona que sufrió un derrame cerebral se comparó con cinco personas de la misma edad y sexo. Así, Hubo un total de 14.322 personas que sufrieron un derrame cerebral y 71.610 personas que no tuvieron un derrame cerebral.

Posteriormente, los investigadores observaron si las personas habían recibido la vacuna contra la influenza al menos 14 días antes del accidente cerebrovascular o antes de esa misma fecha para aquellos que no sufrieron un accidente cerebrovascular. Y el análisis resultó de lo más revelador, ya que el 41,4 % de los que sufrieron un ictus se habían vacunado contra la gripe, frente al 40,5 % de los que no sufrieron un ictus. Sin embargo, las personas que recibieron la inyección frente al virus de la influenza tenían más probabilidades de ser mayores y tener otras afecciones, como presión arterial alta y colesterol alto, por lo que eran más propensas a sufrir un accidente cerebrovascular. Una vez que los investigadores ajustaron esos factores, encontraron que quienes recibieron una vacuna contra la gripe tenían un 12% menos de probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular que quienes no la recibieron.

¿Y con la neumonía?

Los investigadores también observaron si la vacuna contra la neumonía tenía algún efecto sobre el riesgo de accidente cerebrovascular y no encontraron ningún efecto protector. «Estos resultados son otra razón más para que las personas se vacunen contra la gripe cada año, especialmente si tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular», insiste de Abajo, quien hace hincapié en que «poder reducir el riesgo de accidente cerebrovascular al tomar una acción tan simple es muy convincente».

Dado que el estudio fue observacional, no prueba que vacunarse contra la gripe reduzca el riesgo de accidente cerebrovascular por sí mismo, pero sí muestra una asociación. Por ello, los investigadores, que han contado con el apoyo de la Fundación de Investigación Biomédica del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Madrid y el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, apuntan a que podría haber otros factores que no se midieron.