Pacientes

Día Mundial del Alzheimer: los casos de demencia en España subirán un 83% en 2050

«Algunos médicos opinan que para qué diagnosticar si no se puede evitar» el alzhéimer, denuncia Ceafa con motivo del Día Mundial

La Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (Ceafa) y Alzheimer & Disease International avisan: los casos de demencia se van a triplicar en 2050 a nivel mundial. El dato proviene del estudio «Global Burden of Disease», en el que los autores hacen un pronóstico para 204 países. En concreto, estiman que el número de adultos de 40 años o más que viven con demencia se va casi a triplicar, al pasar de 57 millones de afectados en 2019 a 153 millones en 2050.

En España, la estimación es que para mediados de siglo habrá un 83% más de afectados directos con demencia, al pasar de 826.686 casos en 2019 a 1.516.523.

Unos datos a priori ya bajos, ya que, según las estimaciones de Ceafa, en la actualidad hay 1,2 millones de personas afectadas por alguna demencia en nuestro país, de las cuales entre un 9-13% tiene menos de 65 años.

La razón de este crecimiento a nivel mundial se debe al aumento de la población y al envejecimiento. Y no solo. Se podría estar subestimando la verdadera magnitud del problema, ya que la Covid-19 aumenta el riesgo de desarrollar demencia, sobre todo en el caso de los que pasaron la enfermedad más grave, según un estudio publicado en «The Lancet Psychiatry».

Un panorama desolador. Por eso desde Ceafa piden a la OMS y a los gobiernos que pongan en marcha urgentemente el apoyo necesario para quienes viven con demencia (ellos y sus familiares).

«Resulta imposible evitar ese incremento de casos, porque no se conocen ni sus causas. Únicamente se puede luchar contra factores de riesgo modificables como la alimentación, el sedentarismo, etc. Y puede que el dato se quede hasta corto porque a la asociación están llegando cada vez más casos, ya que la covid supuso una ruptura de la rutina durante el aislamiento y porque estamos detectando pacientes que están sufriendo una evaluación más rápida de su enfermedad», explica Mariló Almagro, presidenta de Ceafa. ¿El motivo? «Que, pese a los esfuerzos, las terapias que han estado recibiendo no eran las de antes de la covid. No es lo mismo el trabajo virtual que el físico con los pacientes con alzhéimer», precisa.

La investigación para descubrir tratamientos efectivos contra la enfermedad también resulta crucial: «Es importante la apuesta por la investigación para detectar la enfermedad en fase asintomática y que los pacientes participen en programas no farmacológicos, como la terapia de reminiscencia, la fisioterapia, hacer actividades de la vida cotidiana, la musicoterapia, etc., ya que parece que ralentizan el desarrollo de la enfermedad», hace hincapié la experta.

Para ello resulta vital un diagnóstico precoz. Pero, ¿hemos recuperado las tasas que había antes de la covid? «No disponemos aún del dato. Parece que estamos volviendo a la situación previa, pero hay que tener en cuenta que las listas de espera para ser atendido por el neurólogo han aumentado notoriamente», incide Almagro.

A eso hay que añadir la inequidad según el Código Postal en el que uno viva. «En País Vasco y Navarra se diagnostica antes que en Andalucía o Canarias. Así, un paciente en Navarra puede tardar un par de meses en ser diagnosticado, mientras que en Andalucía hay provincias donde los pacientes esperan hasta dos años», asegura Almagro.

«Ese retraso se debe a que no siempre el médico de primaria deriva al especialista y se hace un embudo. Siguen faltando formación y herramientas porque algunos médicos siguen sosteniendo que ‘’para qué diagnosticar si no se puede hacer nada’'», denuncia la presidenta de Ceafa.

Lo que denota que quien lo dice no ha tenido un familiar con esta enfermedad porque la detección a tiempo permite al paciente recibir «tratamiento farmacológico, asistir a terapias y también planificar su vida familiar: quién me va a cuidar (que hasta ahora lo decidía el familiar) y en el caso de los pacientes que están cuidando a su nieto, por ejemplo, tener tiempo ayuda a afrontar la situación», incide.

«De no haberme diagnosticado pronto hoy estaría en una residencia»

Algo que sabe bien Joaquina García del Moral, de Granada: «Tuve suerte. Me diagnosticaron muy pronto. En dos semanas la neuróloga ya me estaba haciendo pruebas. Recuerdo que se me vino el mundo encima cuando me lo dijo. Al instante entré en un ensayo clínico con el que hoy es mi neurólogo. Para mí el diagnóstico temprano ha supuesto muchísimo. Sin él yo no estaría hablando contigo, estaría en una residencia. Para mí ha sido poder continuar con mi vida, poder ir a recoger a mis nietos al colegio... Hay que diagnosticar pronto para que podamos vivir y disfrutar de la vida».

También es necesaria una dotación presupuestaria contra el alzhéimer como mínimo digna. «Sabemos que según la OMS se invierte en alzhéimer la mitad que en alopecia. Se necesita una dotación en investigación adecuada, así como un presupuesto digno para el ámbito sanitario, social y de apoyo directo a las familias». Una cuantía que podría estar «como mínimo en 250-300 millones de euros anuales para estos cuatro ámbitos», afirma Almagro.

Y urge, porque cuidar a un paciente con alzhéimer cuesta 32.000 euros al año entre costes directos e indirectos, de los cuales la familia soporta el 85%.

«Tardaron un año y medio en diagnosticarme»

Ildefonso Fernández, de 63 años y de La Rioja, sabe lo importante que es recibir tratamiento: «Me diagnosticaron alzhéimer un año y medio después de que fuera al médico. Se me cayó el mundo encima. Pensaba que en dos días no iba a conocer a nadie. Poniendo medidas y cogiéndola a tiempo evoluciona más lentamente. Por eso los pacientes con alzhéimer necesitamos que los médicos de primaria hagan las pruebas que tengan que hacer a pacientes que acudan con síntomas como los míos, pérdidas de memoria en espacio y tiempo, y que se nos derive pronto al neurólogo. También pediría a los políticos que aquellos que queramos seguir trabajando nos dejen hacerlo porque es importante mantenerse activo».