Aniversario
El programa de donación de fármacos más antiguo del mundo
Este 2022 se cumplen 35 años de la iniciativa que busca erradicar la ceguera de los ríos y la elefantiasis
Es más que probable que el nombre de ivermectina no le diga nada, sin embargo la historia de este medicamento es apasionante. Comercializado por el laboratorio farmacéutico MDS bajo el nombre de Mectizan, este antiparasitario, descubierto en 1975, se empleó en un primer momento para uso veterinario. Sin embargo, el compuesto resultó especialmente útil contra las dos enfermedades humanas, ambas transmitidas por la picadura de insectos.
La primera de ellas, la oncocercosis, también es conocida como ceguera de los ríos, pues la dolencia acaba impidiendo la visión de los infectados, y una de las principales causas de ceguera prevenible en todo el mundo. Hoy en día, la enfermedad representa un riesgo para más de 220 millones de personas en áreas rurales de más de 30 países, principalmente en África, en dos países de América Latina y en Yemen. Transmitida a través de la picadura de moscas negras, la enfermedad puede causar picazón intensa, lesiones permanentes en la piel y los ojos y, con el tiempo, ceguera.
La segunda, la filariasis linfática, también conocida como elefantiasis, es otra enfermedad tropical desatendida. Se estima que más de 1.300 millones de personas están en riesgo de elefantiasis, una infección parasitaria que provoca hinchazón desfigurante en las extremidades y los genitales.
Fue por ello que, en 1987, para combatir la ceguera de los ríos y con el objetivo de ayudar a eliminar la enfermedad, MSD estableció el Programa de Donación de Mectizan (MDP), y, en 1998, amplió su compromiso para incluir la donación para la elefantiasis junto con la OMS.
La fábrica de Haarlem de MSD, cercana a Ámsterdam (Países Bajos), ha estado produciendo píldoras de Mectizan durante más de 35 años, desempeñando así un papel clave en lo que es «el programa de donación de medicamentos específicos para enfermedades más longevo de su tipo». Es por ello, al ser la única planta en el mundo que produce Mectizan, que Haarlem ocupa un lugar especial en el mapa médico mundial.
Y es que desde allí,el tratamiento se distribuye a más de 100 millones de personas anualmente en 35 países,evitando cada año que 40.000 personas queden ciegas y tratando a más de 130 millones de personas por elefantiasis. De esta forma, se ha ayudado a eliminar la ceguera de los ríos en cuatro países (Colombia, Ecuador, México y Guatemala) y la elefantiasis en tres, Togo, Yemen y Malawi. Por todo ello, en el año 2015 su descubridor, William Cecil Campbell, fuereconocido con el premio Nobel de Medicina.
Pero la historia de este fármaco no queda ahí, y durante los primeros meses de la pandemia se iniciaron algunos estudios para ver su utilidad frente al SARS-CoV-2 –como el ensayo clínico iniciado por la Clínica Universidad de Navarra y el Instituto de Salud Global de Barcelona para determinar la eficacia para disminuir la transmisión de la Covid-19– y aunque en algunos países, mayoritariamente de latinoamérica, llegó a usarse con este fin, se comprobó que no era eficaz contra el coronavirus.
Hoy, un pequeño equipo de 15 personas se hace cargo de este trabajo gracias a los avances introducidos en este tiempo, pasando de producir 530 millones en el año 2009 a 13.000 millones este 2022.
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