Entrevista

García-Foncillas: «La Medicina Personalizada supone un punto de inflexión en Oncología»

Entrevista al doctor Jesús García-Foncillas, catedrático de Oncología y director del Oncohealth Institute de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid

Entrevista con el doctor Jesús García-Foncillas, jefe del Servicio de Oncología Médica de la Fundación Jiménez Díaz
Entrevista con el doctor Jesús García-Foncillas, jefe del Servicio de Oncología Médica de la Fundación Jiménez DíazAlberto R. RoldánLa Razón

El doctor Jesús García-Foncillas lleva toda su vida dedicada a la Oncología. Esta entrega incondicional le ha permitido conocer al milímetro los entresijos del cáncer, una enfermedad cuyo abordaje mira con ilusión y con una templanza que resulta esperanzadora.

¿Cómo ha cambiado la Oncología en los últimos años?

La investigación básica nos permite conocer los procesos por los que las células tumorales adquieren transformaciones que afectan a su código genético. Esa biología hoy podemos estudiarla a través del análisis molecular y del genoma del tumor para conocer cuáles son los factores específicos que diferencian ese crecimiento tumoral y en base a esa información poner en marcha estrategias terapéuticas dirigidas. Se trata de la llamada Medicina Personalizada o Medicina de Precisión, que ha supuesto un punto de inflexión, pues logramos que el tumor alcance niveles de respuesta al tratamiento muy altos.

¿Qué significa el concepto de tumor agnóstico?

Tumor agnóstico es un concepto que se refiere a cuando el tratamiento no lo fundamenta el origen del tumor, sino el análisis molecular y la identificación de alteraciones genéticas concretas. En este caso el foco se pone en el mecanismo biológico, independientemente de la ubicación del mismo. El tumor no queda definido por dónde está.

¿Qué implicaciones tiene todo esto en el diagnóstico de cualquier tipo de cáncer?

Muchísimas. Hoy sabemos que dentro de estructuras parecidas hay entidades totalmente distintas. No podemos quedarnos con decir cáncer de colon, sino qué tipo de mutaciones tiene. Sin esta información no deberíamos iniciar ningún tratamiento hoy en día. Además, ya incorporamos el análisis de la imagen a través de la Tomografía Axial Computerizada (TAC) y de la Tomografía por Emisión de Protones (PET) en una modalidad de estudio que se llama radiómica, que consiste en crear una imagen poliédrica en la que juntamos todas las piezas del puzle para elaborar planteamientos que son más ricos en matices y que pueden hacer que las opciones terapéuticas sean mucho más efectivas. Además, gracias a técnicas como la biopsia líquida, podemos monitorizar en tiempo real los cambios que se producen en el tumor. Hacemos un análisis en tiempo real que hace que el diagnóstico cambie radicalmente porque es en continuidad, es decir, el tumor se va diagnosticando continuamente a lo largo de todo el transcurso de la enfermedad y no solo al inicio de la misma.

¿También está cambiando la forma de hacer investigación?

Ese torrente de información ha llevado a replantearnos cómo hacemos la investigación clínica, porque los parámetros que marcaban el éxito o fracaso de un tratamiento, hoy no siempre son válidos. Estamos en un escenario distinto.

¿Cómo se traduce todo eso en el beneficio del paciente?

Ahora alguien con algunos tumores muy agresivos que hace dos años tenía una supervivencia muy corta, puede superar los cinco años y con buena calidad de vida. Eso significa que lo que más percibe el paciente es precisamente eso, vida. Es algo que hace poco solo podíamos soñar, pero hoy ya es una realidad. El horizonte es esperanzador... Totalmente. Hemos cambiado el horizonte de los pacientes porque la evaluación continua en tiempo real nos permite anticiparnos y plantear estrategias terapéuticas personalizadas de mayor eficacia.

En este innovador escenario, ¿qué papel juega España?

Está en una posición privilegiada en la investigación clínica. Hemos asentado un rol de primer nivel en la investigación clínica. Debemos estar tremendamente orgullosos del tejido investigador del cáncer en España.

¿En qué hemos avanzado?

Hay una labor encomiable de los equipos de Oncología, que han entendido que esto es un nuevo tren al que hay que subirse sin mirar atrás y llevan el estudio genómico al día a día de los pacientes. Pero esos esfuerzos que a veces son heroicos deben apoyarse por parte del sistema. El análisis genómico no debería ser algo excepcional, sino una herramienta más de la que dispongamos en la práctica clínica, así como incluir a sus profesionales en los comités multidisciplinares.

¿Y en qué aspectos podríamos seguir mejorando?

Existen muchas palancas que podrían facilitar la llegada de la Medicina de Precisión a la Oncología. Algunas de estas podrían ser el facilitar el acceso a los ensayos clínicos en todos los hospitales; mejorar la financiación de los fármacos; incidir en el aspecto psicológico y social del paciente; abrir canales de comunicación entre la atención primaria y los servicios de Oncología con un plan para los largos supervivientes y facilitarles su reincorporación laboral.

¿Cómo vislumbra el futuro?

Muy esperanzador porque vemos avances que se traducen en una mayor supervivencia con tratamientos más selectivos y a la par más eficaces frente a las resistencias tumorales.

Entrevista elaborada en colaboración con Roche Farma