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Cáncer

¿Qué hay que preguntar al oncólogo? Ninguna pregunta es tonta ante un tumor metastásico

La confianza de la paciente y la empatía del oncólogo son claves para crear una relación cercana

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Cuando la palabra cáncer de mama se adentra en el vocabulario cotidiano de una persona, puede aparecer un apellido que lo cambia todo, ya que «metastásico» implica la aparición de un tumor que, por ahora, no tiene cura, lo que significa que la mujer convivirá con ello el resto de su vida, creando una vinculación muy estrecha con el equipo médico que la atiende.

«La asistencia a la paciente de cáncer de mama es un viaje, por suerte, cada vez más largo, porque se alcanzan tasas de supervivencia muy altas. Pero en ese viaje se atraviesa por diferentes etapas y, según cada una de ellas, surgen varias preguntas que siempre hay que intentar responder, creando una comunicación fluida y basada en la confianza entre paciente y oncólogo, ya que eso va a repercutir directamente en la calidad de vida de esa persona», asegura Juan de la Haba, oncólogo médico en los hospitales Reina Sofía y San Juan de Dios, en Córdoba.

En este contexto, Pfizer, con el aval de la Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma), ha lanzado la campaña «Preguntas Infrecuentes», una herramienta para que las mujeres con tumor de mama metastásico puedan localizar temas o cuestiones relevantes para ellas que no siempre se atreven a abordar en la consulta. En concreto, este material, con un centenar de tarjetas disponibles en formato físico y digital, aborda varios bloques temáticos: diagnóstico, asimilación, tratamiento, visita a la consulta, mi entorno cercano, el día a día, cosas a las que no quieres renunciar y salud emocional. Así, esta iniciativa busca servir de apoyo e inspiración para que estas mujeres se animen a preguntar a su oncólogo aquellas cuestiones que, por un motivo u otro, no se atreven, les cuesta o no las creen oportunas. Sin embargo, tal y como insiste De la Haba, «no hay ninguna pregunta incorrecta, pues todo aquello que preocupe a la mujer bien merece que sea planteado. Mi consejo para todas las pacientes es que se tomen su tiempo, durante los días previos a la consulta, para preparar el encuentro con su médico o enfermera, apuntando todas las cuestiones que les rondan por la cabeza, porque no hay preguntas inadecuadas ni tontas».

Un camino con varias fases

Según explica el oncólogo, durante el camino que vive la mujer con cáncer de mama metastásico existen diferentes fases. «La primera es la de su recaída, ya que, en muchas ocasiones, después de haber superado un cáncer de mama aparece la palabra metastásico. Ahí se producen muy pocas preguntas, porque les paraliza el shock, y las que hacen son sin respuesta: ‘’por qué a mí, cómo es posible’'... Nuestro papel ahí es el de escuchar con empatía», aconseja De la Haba, quien hace hincapié en que «las pacientes tienen que sentirse cómodas y con confianza para preguntar y hablar abiertamente de cualquier tema. Así, podremos acompañarlas en su tratamiento de una manera holística, consiguiendo que la parte clínica y la parte humana sean un todo, ayudándolas a que no pierdan esa calidad de vida a la que no quieren renunciar».

En visitas posteriores, lo habitual es que las pacientes traten de conocer las características de la enfermedad «y eso es bueno para tener un visión real de lo que ocurre», matiza De la Haba. El siguiente paso se da con cuestiones sobre el tratamiento, «pero no suelen consultar sobre la posible toxicidad. Una vez iniciada la medicación, lo más frecuente es que haya una buena respuesta y a partir de entonces empiezan a surgir preguntas de la vida cotidiana, sobre deporte, alimentación, relaciones sexuales... Y, por último, cuando las cosas van bien durante varios meses o incluso años, en ocasiones, hay pacientes que se atreven a preguntar el pronóstico de su vida. El profesional debe reconocer el momento adecuado para responder a estas cuestiones. La empatía es fundamental para dar una respuesta correcta y debemos utilizar muy bien las pausas de silencio, ya que cuando el oncólogo no sepa qué decir, es mejor callarse», aconseja De la Haba. En cualquier caso, tal y como insiste el oncólogo, «hay un lenguaje no verbal que resulta clave, como mirar a la cara cuando respondemos a todas esas preguntas. Salvar la barrera del ordenador es fundamental para lograr esa confianza tan necesaria».

Una iniciativa pionera para las afectadas

►El proyecto «Preguntas Infrecuentes» forma parte de la iniciativa «Más vida para tu vida» y surge de la experiencia de mujeres con cáncer de mama metastásico y de oncólogos especializados en esta patología; de las dudas y las inquietudes que se plantean en una consulta y en la relación que se establece entre ambos cuando se recibe un diagnóstico así. Más información acerca de «Preguntas Infrecuentes» disponible en https://www.cancerdemamametastasico.es/preguntas-infrecuentes

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