
Opinión
No ayuno para analíticas
Para la mayoría de las pruebas ya no es necesario ayunar

Durante décadas, pedir una analítica de sangre significaba renunciar al desayuno. Todos recordamos esas colas interminables a primera hora de la mañana, pacientes en ayunas esperando su turno y laboratorios saturados. Sin embargo, esta costumbre tan arraigada se ha quedado obsoleta.
Como explica el cardiólogo Christopher Labos en Medscape (julio 2025), para la mayoría de las pruebas ya no es necesario ayunar. La evidencia actual muestra que los análisis más habituales –hemograma, electrolitos, función renal y hepática, hormonas y pruebas generales de salud– no se ven afectados por haber comido. Esto permite realizar la extracción a cualquier hora del día, sin restricciones y sin el malestar de presentarse en ayunas. Una mejora sencilla que favorece la adherencia y evita las saturaciones matutinas.
¿Qué ocurre con la glucosa? Antes, la glucemia en ayunas era fundamental para diagnosticar diabetes. Hoy, el marcador de referencia es la hemoglobina glicosilada (HbA1c), que refleja el promedio de glucosa de los últimos tres meses y no cambia por haber desayunado. Solo en casos específicos –como la prueba de sobrecarga oral de glucosa– se sigue pidiendo ayuno.
¿Y el colesterol? Aunque los triglicéridos pueden variar tras las comidas, la diferencia es mínima en la mayoría de las personas. Además, los marcadores más fiables para evaluar riesgo cardiovascular –ApoB y lipoproteína(a)x- no dependen del ayuno.
En resumen: salvo situaciones muy concretas, ya no hace falta pasar hambre para hacerse una analítica. Un cambio pequeño, pero que mejora la experiencia del paciente y facilita la prevención, especialmente en salud masculina.
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