La infusión quemagrasas que acaba con los michelines y regula la presión arterial

Para recuperar la figura se requiere disciplina, un cierto orden, planificación y elegir bien los alimentos y las bebidas que mejor se adaptan a nuestras necesidades. En primer lugar, es básico planificar un menú saludable hipocalórico. Si consumimos menos calorías de las que tomamos, será más fácil cumplir con nuestros objetivos. Dentro de ese menú, es fundamental que las frutas y verduras abunden y que desaparezcan los alimentos procesados, azucarados y las bebidas alcohólicas. La dieta debe ser equilibrada y el pescado debe tener también una presencia importante, sin dejar de tomar legumbres al menos una vez por semana y carnes magras. Los frutos secos y el aceite de oliva, en pequeñas dosis, también pueden ser nuestros grandes aliados. Una de las claves para perder peso está en la proteína, que debe estar presente en cada una de las comidas por varias razones:

Saciedad: Las proteínas son altamente saciantes y pueden ayudar a reducir el apetito, lo que a su vez puede ayudar a reducir la ingesta de calorías. Al consumir alimentos ricos en proteínas, es más probable que te sientas lleno y satisfecho durante más tiempo, lo que puede ayudarte a evitar los atracones de comida.

Aumento del metabolismo: El proceso de digestión de las proteínas requiere más energía que la digestión de las grasas o los carbohidratos, lo que significa que el cuerpo quema más calorías al procesar las proteínas. Además, las proteínas pueden ayudar a aumentar la masa muscular, lo que a su vez aumenta el metabolismo y ayuda a quemar más calorías en reposo.

Mantenimiento de la masa muscular: Durante la pérdida de peso, es importante no perder masa muscular, ya que esto puede ralentizar el metabolismo y dificultar la pérdida de peso. Las proteínas son esenciales para mantener la masa muscular, lo que a su vez puede ayudar a mantener un metabolismo saludable.

Regulación de la insulina: Las proteínas pueden ayudar a regular la producción de insulina, una hormona que regula los niveles de azúcar en la sangre. Al mantener los niveles de insulina estables, las proteínas pueden ayudar a evitar los picos y caídas en los niveles de azúcar en la sangre que pueden causar antojos y atracones de comida.

Reducción de la grasa abdominal: Varios estudios han demostrado que las dietas ricas en proteínas pueden ayudar a reducir la grasa abdominal, que es una forma peligrosa de grasa que se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.

Otro aspecto a tener en cuenta es que para perder peso es fundamental dormir bien. Si no descansamos, el cuerpo segrega la grelina, una hormona producida principalmente en el estómago y el páncreas que desempeña un papel importante en la regulación del apetito y el metabolismo. La grelina se libera en el torrente sanguíneo cuando el estómago está vacío y estimula el hambre y la ingesta de alimentos. También se ha demostrado que la grelina tiene un efecto sobre la regulación del metabolismo energético, el balance de energía y la regulación del peso corporal. Cuando los niveles de grelina aumentan, el cerebro recibe una señal de hambre y se estimula el apetito. La grelina también puede afectar el metabolismo energético al estimular la liberación de la hormona del crecimiento y aumentar la absorción de glucosa en el músculo esquelético y otros tejidos. Además, la grelina también puede influir en la regulación del metabolismo de las grasas, ya que se ha demostrado que aumenta la síntesis de lípidos en el hígado y estimula la liberación de ácidos grasos del tejido adiposo.

En cambio, si se duerme entre 6 y 8 horas se estimula la producción de leptina, una hormona producida por las células adiposas (tejido graso) del cuerpo que actúa como un regulador clave del metabolismo, el apetito y el peso corporal. La leptina actúa en el cerebro para controlar el apetito y el gasto de energía, y se considera una de las principales hormonas que regulan la homeostasis energética. La leptina se libera en el torrente sanguíneo y viaja al cerebro, donde se une a los receptores de leptina en el hipotálamo, una parte del cerebro que controla el apetito y el gasto de energía. Cuando la leptina se une a estos receptores, envía una señal al cerebro de que el cuerpo está satisfecho y ha consumido suficiente energía, lo que reduce el apetito y aumenta el gasto de energía.

Otro de los factores que influyen y que muchas veces descuidamos es la hidratación. A menudo, la sed se confunde con el hambre, lo que puede llevar a comer más de lo necesario. Beber suficiente agua y mantenerse hidratado puede ayudar a controlar el apetito y reducir la ingesta de alimentos innecesarios. Asimismo, una hidratación adecuada puede mejorar el metabolismo del cuerpo, lo que ayuda a quemar más calorías durante el día. Además, beber agua fría puede aumentar temporalmente el gasto de energía del cuerpo al esforzarse para mantener la temperatura corporal adecuada. En tercer lugar, el agua es esencial para la eliminación de toxinas del cuerpo. Beber suficiente agua ayuda a mantener los riñones y el hígado en buen estado, permitiéndoles eliminar las sustancias tóxicas del cuerpo. También ayuda a reducir la retención de líquidos y la hinchazón. Cuando el cuerpo no está adecuadamente hidratado, puede retener agua para compensar la falta de agua, lo que puede conducir a la hinchazón y el aumento de peso. Finalmente, una de las principales consecuencias de la deshidratación puede conducir a la fatiga y la disminución del rendimiento físico y mental. Mantenerse hidratado puede ayudar a aumentar los niveles de energía y mejorar el rendimiento durante el ejercicio y las actividades diarias.

Además de tratar de beber al menos ocho vasos de agua al día, se puede recurrir a otras formas de hidratación, como pueden ser las infusiones. Entre todas, el té puede ser un gran aliado porque contiene antioxidantes naturales que ayudan a proteger las células del cuerpo de los daños causados por los radicales libres, pueden mejorar la función cerebral, incluyendo la concentración, el estado de alerta y la memoria a corto plazo. Además, puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. El té puede mejorar la digestión al reducir la inflamación en el tracto gastrointestinal y alentar el movimiento intestinal. Sus aminoácidos relajantes, como la teanina, pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, y algunos estudios sugieren que beber té puede aumentar la densidad ósea y reducir el riesgo de fracturas óseas.

Además de todo ello, algunos tipos de té, como el té verde, el té oolong y el té rojo, pueden aumentar el metabolismo y ayudar en la pérdida de peso.

Una de las infusiones que mejor nos pueden ayudar a adelgazar es la de té rojo con canela, fácil y rápida de preparar y que podemos tomar a largo del todo el día, pero media hora antes de las comidas además ayudará a quitarnos el hambre. Esta infusión que tiene un potente poder quemagrasas gracias a sus propiedades para acelerar el metabolismo y que evita la acumulación de calorías en la zona abdominal , es de fácil preparación. Para ello, basta con poner medio litro de agua a cocer con una bolsita o hojas de té rojo, cuando comience a hervir hay apagar que el fuego e incorporar la canela y esperar a que repose durante unos minutos. Después sólo queda filtrarlo, disfrutar de la bebida y ver los resultados en nuestro cuerpo.

Además de adelgazar, tanto el té rojo como la canela son conocidos por sus propiedades para mejorar la circulación sanguínea, lo que puede ayudar a reducir la presión arterial y prevenir enfermedades cardiovasculares. El té rojo es conocido por sus propiedades estimulantes y puede ayudar a aumentar la energía y mejorar el estado de ánimo. Asimismo, la canela puede ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre, lo que es beneficioso para las personas con diabetes.