Psicología

El método de cuatro pasos para decir adiós a la ansiedad, según un profesor de Harvard

Un enfoque innovador propone dejar de temer a la ansiedad para empezar a comprenderla y transformarla en una aliada del bienestar

El método de cuatro pasos para decir adiós a la ansiedad, según un profesor de Harvard
El método de cuatro pasos para decir adiós a la ansiedad, según un profesor de HarvardFreepik

Se ha normalizado bastante en los últimos años pero, en una era que promueve la inmediatez, la perfección emocional y el bienestar constante, aún permanecen estigmas de que sentir ansiedad sea un síntoma de debilidad o un obstáculo que hay que eliminar a toda costa. Sin embargo, un profesor de la Universidad de Harvard propone una mirada radicalmente distinta: la ansiedad no es el enemigo, sino una herramienta que, si se gestiona adecuadamente, puede fortalecer nuestra salud mental.

David H. Rosmarin, profesor asociado en la Escuela de Medicina de Harvard y fundador del Center for Anxiety en Nueva York, ha desarrollado un método en cuatro pasos con el que ayuda a miles de personas a convivir con la ansiedad de forma saludable. Su propuesta no parte de la negación ni de la lucha, sino de la aceptación consciente y práctica de esta emoción como parte natural de la experiencia humana.

La ansiedad no es una falla, es una señal

Antes de adentrarse en el método, Rosmarin plantea una premisa clave: la ansiedad, en sí misma, no es un problema. Desde un punto de vista evolutivo, es una respuesta adaptativa que nos prepara para actuar ante lo incierto o potencialmente amenazante. El problema surge cuando la ansiedad se vuelve crónica, exagerada o se interpone en el funcionamiento cotidiano.

“Muchas veces interpretamos la ansiedad como un error de nuestro sistema emocional, pero en realidad es un aviso, una alarma útil si sabemos escucharla”, explica el profesor. Esta visión rompe con la tendencia actual a medicalizar emociones normales, algo que Rosmarin considera contraproducente, especialmente en niños y adolescentes, quienes están desarrollando su repertorio emocional y pueden recibir el mensaje erróneo de que cualquier malestar es patológico.

El método de los cuatro pasos para decir adiós a la ansiedad

El enfoque de Rosmarin propone cuatro pasos concretos y accesibles para transformar la ansiedad en una oportunidad de crecimiento personal. Este método no requiere medicación ni técnicas complejas, solo una actitud abierta, disposición al cambio y práctica constante.

  • 1. Identificar lo que experimentamos: El primer paso es ponerle nombre a lo que sentimos. Reconocer de forma consciente qué nos genera ansiedad, cómo se manifiesta en nuestro cuerpo y qué pensamientos la acompañan. Este ejercicio de observación ayuda a romper con la reacción automática y a ganar perspectiva.
  • 2. Compartir lo que se siente: La ansiedad tiende a amplificarse en el aislamiento. Por eso, Rosmarin recomienda verbalizar el malestar con alguien de confianza: un amigo, familiar o terapeuta. Hablar no sólo libera tensión, sino que reduce el estigma y permite recibir apoyo emocional y nuevas perspectivas.
  • 3. "Abrazar" lo que nos pasa: En lugar de evitar lo que tememos, una respuesta común cuando sentimos ansiedad, el método propone exponerse gradualmente a la fuente del miedo. Esta práctica, conocida como desensibilización progresiva, permite al cerebro aprender que aquello que teme no es necesariamente peligroso, reduciendo con el tiempo la intensidad de la respuesta ansiosa.
  • 4. Soltar lo que no está a nuestro alcance: Este último paso invita a aceptar que no todo está bajo nuestro control. A menudo, la ansiedad surge del intento de prever o controlar el futuro. Aprender a soltar, a vivir con cierta incertidumbre, es fundamental para reducir la carga emocional y reconectar con el presente.

Aceptar para evolucionar

Este método no promete una “cura milagrosa”, no sustituye una terapia psicológica ni lleva a una vida sin ansiedad. Pero, eso sí, es una propuesta realista y profunda: integrar la ansiedad como parte de la vida, en lugar de luchar contra ella constantemente. “Las personas que aprenden a convivir con la ansiedad, en lugar de reprimirla, desarrollan una fortaleza emocional superior”, sostiene Rosmarin.

Su visión ha comenzado a abrirse paso entre psicólogos y educadores que promueven una educación emocional más honesta, menos centrada en eliminar el malestar y más enfocada en entenderlo y transformarlo. Este método invita a detenerse, observar y construir una relación más sana con nuestras emociones. La verdadera calma no nace de evitar el caos, sino de aprender a estar en él sin perderse.