Alimentación
La verdad sobre el aceite de coco para adelgazar: esto es lo que le hace al metabolismo
Un estudio con ratones echa por tierra los beneficios de este producto para bajar de peso y rompe con todo. Sugiere que en realidad fomenta la obesidad y enfermedades como la diabetes
Seguro que has oído hablar del amplio abanico de beneficios del aceite de coco. Es famoso por sus ventajas para la piel, para el pelo o, incluso, para cocinar. De hecho, su ingesta se puso de moda hace algunos años. Por internet, pululan multitud de artículos que animan a consumirlo en ayunas, dadas sus propiedades milagrosas.
Algunas de las supuestas ventajas que se le adjudican al aceite de coco son el fortalecimiento del sistema inmunológico que ayuda a prevenir enfermedades; la reducción de la acidez estomacal; la estimulación de la circulación; la cura de enfermedades cardiovasculares o el cáncer y hasta el aumento del coeficiente intelectual. Pero, sin duda, este alimento es especialmente buscado por que podría ayudar a adelgazar y controlar el apetito.
Según estas noticias, la mayoría colgadas en las páginas web de fabricantes y distribuidores de aceite de coco, este producto mejora los niveles de azúcar en sangre y previene los picos de glucosa. Como los cambios drásticos en la cantidad de glucosa sanguínea provocan que a veces sintamos más hambre, es importante tenerlos controlados. Y ahí es donde, supuestamente, entraría en juego el aceite de coco.
Además, otras fuentes aseguran que el aceite de coco ayuda con la absorción de minerales, regula el colesterol y controla el metabolismo, lo que contribuiría a perder peso. Sin embargo, un nuevo estudio científico demuestra justo lo contrario. Dosis bajas de aceite de coco añadidas a la dieta de ratones durante ocho semanas provocaron alteraciones en su metabolismo que contribuyeron al desarrollo de obesidad y comorbilidades relacionadas, según esta investigación.
Desenmascarando al aceite de coco
Lo cierto es que no existe evidencia científica que demuestre lo saludable que es el aceite de coco. No solo para adelgazar, sino para todos los supuestos beneficios que hemos mencionado. Así lo aseguran la gran mayoría de fuentes fiables y expertos en nutrición.
El nuevo estudio viene a sumarse a las pruebas que desmienten los exagerados beneficios de este producto. Según sus resultados, el aceite de coco alteró la capacidad de los ratones para utilizar adecuadamente la leptina y la insulina, dos hormonas importantes para prevenir la diabetes, regular el gasto energético, el hambre y la forma en que el organismo maneja las grasas y los azúcares.
El estudio se basa en investigaciones anteriores en las que los autores observaron que el aceite de coco producía una respuesta inflamatoria central y periférica, aumento de peso, mayor porcentaje de grasa, menor gasto energético y comportamiento ansioso en los ratones, lo que sugiere un desequilibrio sistémico.
Los 60 ratones delestudio publicado en la revista Journal of Functional Foods se dividieron en tres grupos. Cada uno recibió un suplemento líquido. Un grupo, el de control, recibió agua, otro 100 microlitros de aceite de coco virgen extra comercial y otro 300 microlitros del mismo.
Las dosis diarias de aceite de coco eran calóricamente similares a lo que equivaldría a unos 13 gramos de grasa saturada o al 5% de las calorías de grasa saturada de un adulto humano sano. Al final de los experimentos, los ratones fueron anestesiados y decapitados para estudiar el hipotálamo.
Lo que los científicos encontraron fue un poco preocupante: el aceite de coco parecía alterar las vías de señalización normales en el cerebro y otros tejidos que las hormonas utilizan para comunicar sus mensajes. El aceite de coco producía estrés en el retículo endoplásmico, la zona de las células donde se hacen y procesan las proteínas se hacen.
"El estudio sugiere que el aceite de coco podría dificultar la respuesta adecuada del organismo a hormonas importantes que gestionan el hambre y el consumo de energía, al menos en ratones", afirma el doctor Taylor Wallace, científico de los alimentos y nutricionista de relevancia en Estados Unidos. "Esto podría contribuir potencialmente a problemas como la obesidad y la resistencia a la insulina, que es una cuestión clave en la diabetes".
Consultado por el medio MedicalNewsToday, el experto apunta que "aunque los estudios con roedores pueden proporcionar información muy valiosa y orientar futuras investigaciones, por lo general se consideran preliminares". Esto significa que "pueden destacar áreas potenciales de preocupación o beneficio que merecen un estudio más profundo en humanos".
No obstante, Wallace tiene una cosa clara: "No consumas aceite de coco para mejorar la salud, porque no es un superalimento". El doctor explica que, personalmente, no es "un gran fan del aceite de coco" porque "se ha comercializado y exagerado como un alimento saludable, cuando es peor que la mantequilla, la manteca de cerdo y otras grasas de origen animal".
¿Qué aceites pueden ser más saludables que el aceite de coco?
Aquí no hay duda. Cuando se hace referencia a los aceites dietéticos, las propiedades más beneficiosos suelen encontrarse en el aceite de oliva virgen extra, así como en los aceites de aguacate, sésamo, linaza o nuez.
Estudios realizados en humanos muestran beneficios en la gestión del azúcar en sangre, el almacenamiento de grasa, la disminución de la inflamación, etc. cuando se consumen grasas dietéticas monoinsaturadas y poliinsaturadas, similares a las que contiene el aceite de oliva y el patrón mediterráneo.
Por su parte, el aceite de coco es un enemigo de las arterias, ya que tiene el mayor porcentaje de grasas saturadas. En este sentido, la Asociación Americana del Corazón coincide en que las grasas insaturadas tienen un mayor valor para la salud, señalando que se ha visto que el aceite de coco aumenta los niveles de colesterol malo o LDL.
En el caso de las personas con problemas cardiacos o en riesgo de padecerlos, la organización sugiere no consumir más del 6% de las calorías diarias de grasas saturadas. Esto equivale a unos 13 gramos en una dieta de 2.000 calorías, y sólo una cucharada de aceite de coco se acerca a ese límite.
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