Opinión
La búsqueda de la inmortalidad
Los ratones tratados durante ocho semanas con un fármaco usado para prevenir el rechazo de trasplantes de órganos experimentaron un nuevo crecimiento en los huesos de la mandíbula que soportaban los dientes
La ciencia de la longevidad ha experimentado un crecimiento impresionante en los últimos años. Cada vez se escucha más el evangelio de los promotores de la longevidad, como el multimillonario Bryan Johnson, quien afirma que las 111 pastillas que toma a diario le ayudarán a vivir eternamente.
Jonathan An, profesor adjunto de ciencias orales en la Universidad de Washington, se ha visto involucrado en el fervor del antienvejecimiento por sus investigaciones. Ha estudiado ratones que sufren de enfermedad periodontal, una infección inflamatoria de las encías causada por bacterias que puede llevar a la pérdida de dientes. Esta enfermedad también afecta a más del 60% de los adultos mayores de 65 años.
Cuando las personas pierden los dientes, los dentistas los reemplazan, pero él prefiere evitar tantas extracciones.
Durante su estancia en Odontología en la Universidad de Washington, realizó un doctorado conjunto investigando medidas preventivas dentales. Experimentó con ratones a los que alimentaba a diario con rapamicina para ver si mejoraba su salud bucal.
Y funcionó. Los ratones tratados durante ocho semanas con este fármaco, usado para prevenir el rechazo de trasplantes de órganos, no solo mostraron un retraso en los síntomas de la enfermedad periodontal, sino que también experimentaron un nuevo crecimiento en los huesos de la mandíbula que soportaban los dientes.
Su investigación sugiere que la rapamicina podría tener aplicaciones más amplias en la medicina preventiva. Este hallazgo es solo un ejemplo del vasto potencial que la ciencia de la longevidad tiene para ofrecer, abriendo nuevas puertas en la búsqueda de una vida más larga y saludable.
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