
Salud
Cáncer de próstata y erección
Muchos hombres experimentan alteraciones en su función eréctil tras una prostatectomía, radioterapia o terapia hormonal

El diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata representan un gran avance en urología, pero traen consigo un reto funcional sustancial: la disfunción eréctil (DE) es una de las secuelas más frecuentes, con un impacto profundo en la calidad de vida y el bienestar emocional. La DE después del tratamiento no es una complicación rara. Muchos hombres experimentan alteraciones en su función eréctil tras una prostatectomía, radioterapia o terapia hormonal. Lamentablemente, una parte importante no accede a terapias de rehabilitación sexual o las abandona con el tiempo.
El origen de esta complicación es multifactorial. En primer lugar, la lesión del paquete neurovascular –incluso con técnicas de preservación de los nervios– puede producir daño nervioso irreversible. En segundo lugar, la radioterapia puede dañar vasos pequeños y el endotelio, causar fibrosis y deteriorar la perfusión peneana. Además, la ausencia prolongada de estímulo eréctil facilita la fibrosis en el tejido cavernoso. Si se aplica terapia hormonal de privación androgénica, se suman efectos sobre la libido, la función vascular y la musculatura del pene. A todo ello se agregan factores de riesgo previos como la edad, la diabetes, la hipertensión, el tabaquismo o componentes psicológicos como la ansiedad y la depresión.
Pese a este panorama, no todo está perdido. La rehabilitación eréctil temprana ofrece una auténtica posibilidad de recuperar función parcial o adaptarse funcionalmente. Por eso es fundamental que el paciente se informe desde el diagnóstico, que se elabore un plan individualizado y que exista un seguimiento persistente.
✕
Accede a tu cuenta para comentar