
Día mundial cáncer de mama
La mejor opción en el cáncer de mama triple negativo metastásico
Las pacientes tratadas con un fármaco tipo "caballo de Troya" responden más tiempo al tratamiento, durante más tiempo y, además, están un 40% más sin que la enfermedad progrese

Los llamados fármacos conjugados anticuerpo-fármaco (ADCs, por sus siglas en inglés), más conocidos como “caballos de Troya”, son más eficaces que la quimioterapia convencional para tratar el cáncer de mama metastásico. Por primera vez, se han convertido en el nuevo estándar de tratamiento en primera línea en el cáncer de mama triple negativo metastásico en lugar de la quimioterapia, hasta ahora tratamiento de primera elección, según concluye el ensayo clínico internacional Ascent-03.
El estudio ha sido liderado por investigadores españoles, se publica hoy en la revista científica "The New England Journal of Medicine" y, además, se presenta en una sesión oral en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO 2025) también este 19 de octubre.
“Este estudio pone de manifiesto cómo los caballos de Troya son la mejor opción en el cáncer de mama triple negativo metastásico recién diagnosticado, lo que confirma que, cuando estos fármacos estén aprobados por las agencias reguladoras, habrán de valorarse como primera elección en estos pacientes”, destaca Javier Cortés, director del IBCC-Pangaea Oncology, primer firmante del trabajo, y ponente en el ESMO 2025.
“Es el estudio definitivo que ahora, sí, confirma que, en todos los tipos de tumores de mama metastásicos, incluido el triple negativo, los caballos de Troya deben utilizarse en primera línea, es decir, una vez que aparece la metástasis, estos fármacos se posicionan como tratamiento estándar de primera línea. Por supuesto, debemos seguir estudiando la importancia de estos caballos de Troya en otros tumores que no sean de mama y en otras líneas”, añade el Dr. Cortés.
El cáncer de mama es el cáncer más común en la mujer, aunque también afecta a los hombres. El 10-15% de los diagnósticos son del tipo triple negativo, uno de los subtipos más agresivos y con opciones terapéuticas más limitadas. Puede aparecer a cualquier edad, pero es de alta frecuencia en mujeres jóvenes, lo que tiene un gran impacto para las pacientes y su entorno.
Los investigadores se afanan por encontrar nuevas opciones terapéuticas para estas pacientes; entre ellas figuran los ADCs, que actúan como un caballo de Troya, ya que esta droga-anticuerpo se dirige a los receptores -una especie de “antenas”- situados en la superficie de las células, para unirse a ellos, transportando una carga oculta de quimioterapia; una vez se une al receptor, libera la quimioterapia dentro de la célula tumoral y la destruye selectivamente.
Estudio Ascent-03
El Ascent-03 es un ensayo clínico internacional de fase 3, en abierto, randomizado, en pacientes con cáncer de mama triple negativo previamente no tratadas y localmente avanzado, no operable o metastásico en el momento del diagnóstico. Además, las pacientes incluidas tienen como otra de sus características que no podían ser candidatas a otros tratamientos, los inhibidores de PD-1 o los de PD-L1, porque no sobreexpresaban estas proteínas o biomarcadores.
En total, para este estudio, se ha reclutado a 558 pacientes de 229 centros de 30 países, incluyendo a Estados Unidos, Canadá, nueve países de Europa occidental y 19 de otras regiones del mundo, que han sido asignadas a una de sus dos ramas: unas, para el caballo de Troya sacituzumab govitecán y otras, para el régimen de quimioterapia convencional. Respecto al primer objetivo del estudio, la supervivencia libre de progresión de la enfermedad fue de 9,7 meses en las pacientes tratadas con sacituzumab govitecán, frente a los 6,9 meses en el grupo de pacientes que recibió quimioterapia.
La tasa de respuesta objetiva fue del 48% en las pacientes tratadas con sacituzumab govitecán, destacando que la duración de la respuesta fue muy superior, de 12,2 meses, en las pacientes de la rama de sacituzumab govitecán, frente a la de 7,2 meses, en las pacientes tratadas con quimioterapia.
“Hemos conseguido aumentar un 38% el control de la enfermedad, casi un 40% de mejoría, con el caballo de Troya en las pacientes con cáncer de mama triple negativo metastásico, lo que es muy importante. También hemos mejorado la mediana de tiempo hasta la progresión de la enfermedad en casi tres meses. Además, el tiempo de respuesta de las pacientes es mucho más prolongado, es decir, una paciente que responda a este tratamiento va a estar mucho más tiempo tratándose con el caballo de Troya que con la quimioterapia: con la quimioterapia está respondiendo unos 7 meses, con el caballo de Troya por encima de un año”, destaca el Dr. Cortés.
Respecto a la toxicidad de ambos tratamientos, hubo episodios adversos en el 66% de las pacientes tratadas con sacituzumab govitecán (neutropenia en el 43% de los casos, diarrea en el 9% y leucopenia en el 7%) y en el 62% de las que recibieron quimioterapia (neutropenia en el 41%, anemia en el 16% y leucopenia en el 13%). Pero la discontinuación del tratamiento fue menor, del 4% en las pacientes de la rama de sacituzumab govitecán, frente al 12% en las de la rama de quimioterapia.
Los investigadores concluyen que “sacituzumab govitecán condujo a una supervivencia libre de progresión de la enfermedad significativamente más larga entre las pacientes con cáncer de mama triple negativo avanzado que no fueron candidatas al tratamiento con inhibidores de PD-1 y PD-L1”.
El futuro de la investigación
Las conclusiones del Ascent-03 suponen un importante avance para las pacientes que reciben un diagnóstico de cáncer de mama triple negativo metastásico. “En estos cánceres tenemos dos grupos de pacientes. En uno de ellos, el 35-40% de las pacientes expresan la proteína PD-L1 y, en el otro, no la expresan. Ahora, sabemos que ambos grupos de pacientes, los dos, deben ser tratados con los caballos de Troya. Además, en los pacientes PD-L1 añadiremos la inmunoterapia, de manera que recibirán un caballo de Troya + inmunoterapia. En cambio, en los PD-L1 negativos, administraremos un caballo de Troya sin inmunoterapia”, explica el Dr. Cortés.
“Este estudio viene a dar otra vuelta de tuerca y a mejorar el pronóstico de estas pacientes, poco a poco avanzamos con pasos lentos, pero firmes. Hasta ahora, cuando aparecía la metástasis, el tratamiento de elección era la quimioterapia. Ahora, hemos visto que, en todos los cánceres de mama triple negativos metastásicos, el tratamiento de elección debería ser con los caballos de Troya”, remarca el Dr. Cortés. En cuanto a su toxicidad, expone que “concretamente, hay que destacar que pueden dar diarrea y bajar las defensas, pero son efectos secundarios que conocemos bien. Tienen que manejarlos equipos expertos en este tipo de medicación, pues, efectivamente, estos fármacos no están exentos de efectos secundarios y hay que controlarlos”.
Los nuevos resultados abren la puerta a proseguir investigando. “Hay tres aspectos importantes que queremos investigar. El primer punto es cómo combinarlo con otros fármacos, por ejemplo, con fármacos de inmunoterapia, en todos los tipos de cáncer triple negativo, tengan o no la expresión de PD-L1; el segundo punto es que estamos intentando buscar cómo combinar distintos caballos de Troya entre sí; y el tercer punto es que también estamos intentando ver si estos caballos de Troya pueden aplicarse en el contexto de cáncer de mama temprano triple negativo y, por tanto, para poder curar a más pacientes”, concluye el Dr. Cortés.
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