Salud

El cáncer de vejiga presenta un índice de recaída del 80%

El sangrado en la orina es el síntoma que pone sobre la pista de la enfermedad en el 80-90% de los casos

Cáncer de vejiga
El tumor se origina en una capa interna de la vegija, el urotelio, que la recubre por dentrolarazonArchivo

El cáncer de vejiga –del que, en este mes de mayo, tiene lugar su campaña de concienciación– es el quinto más diagnosticado en España. De los 60.000 nuevos casos de tumores urológicos que se prevén para 2023 – según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)– se estima que cerca de 23.000 sean vesicales, con cinco muertes por cada 100.000 habitantes al año.

El de vejiga es un tipo de tumor que se origina en una capa interna de este órgano, el urotelio, que la recubre por dentro. Tiene un índice de recaída muy alto, del 80%, y, además, puede progresar a estadios más avanzados –aunque con menos frecuencia. En el 80-90% de los casos la sintomatología que pone sobre la pista de la enfermedad es que aparezca sangre en la orina. También pueden surgir molestias como escozor, además de un aumento de la frecuencia miccional y urgencia para orinar.

Evitar el tabaco

Aunque se desconoce la causa exacta, se sabe que el factor de riesgo más elevado es el tabaquismo, así como la exposición a productos químicos. «La prevención del cáncer de vejiga pasa por mejorar la salud general, evitando el tabaco o la exposición a sustancias químicas como pinturas industriales y tintes», asegura Félix Guerrero, experto en uro-oncología y responsable de la Unidad de cáncer de vejiga de ROC Clinic.

Afortunadamente, entre el 75 y el 80% de los cánceres que se diagnostican no son invasivos, es decir, se trata de tumores cuya raíz no llega a afectar al músculo de la vejiga, lo que permite conservar este órgano en la mayoría de los pacientes gracias a la aplicación de una serie de tratamientos.

Las opciones terapéuticas dependen de las características del tumor, el grado y el estadio de la enfermedad, la edad del paciente y su estado de salud general, entre otras. «Existen dos entidades con pronósticos y tratamientos diferentes: el tumor vesical no músculoinvasivo, que respeta la capa muscular de la vejiga (75%) y el tumor vesical músculoinvasivo, que afecta a la capa muscular (25%)», explica Guerrero.

Cuando el tumor se encuentra en una etapa temprana, se puede tratar con una resección transuretral de vejiga (RTU), un procedimiento quirúrgico que permite la extirpación de la lesión tumoral, que puede ser analizado para valorar la necesidad de administrar quimioterapia o inmunoterapia a través de una sonda. En tumores más avanzados o músculoinvasivos, puede realizarse la extirpación de la vejiga (cistectomía) o, en casos únicos en los que el tumor tenga unas condiciones favorables o el paciente no sea apto para la cistectomía, se puede conservar la vejiga mediante tratamiento trimodal o multimodal (RTU vesical, quimioterapia y radioterapia), con la finalidad de evitar las recaídas.

Como en cualquier otro tipo de tumor, la detección precoz resulta clave, pues permite poder iniciar un tratamiento en estadio temprano que favorezca su pronóstico.