Entrevista
Carl H. June: "El tumor sólido en el que primero va a funcionar la CAR-T es el cerebral"
"Hemos probado también esta terapia en modelos de ratón con fallos cardiacos y es increíble lo bien que responde"
Su nombre pasará a la historia por ser responsable del descubrimiento de la terapia con células CAR-T, un hito que se compara al que en su día supuso el de los antibióticos o la quimioterapia. Gracias a ella, hoy en día, pacientes con cáncer en los que han fallado todos los tratamientos disponibles, consiguen curarse. Pero su potencial va mucho más allá. Acaba de recibir el Abarca Prize en reconocimiento a su gran aportación.
Se le considera el padre de la terapia CAR-T. Cuando la investigaba, ¿era consciente de lo que iba a suponer, de su gran potencial?
No. Trabajé en hacer crecer las células T 10 años en ciencia básica y, cuando descubrimos cómo se hacía la primera aplicación fue en VIH, porque no había transfusiones de sangre de células T a no ser que tuvieras un gemelo idéntico. En 2010 dijimos: ¿podemos usar estas células T en humanos y, si lo hiciéramos, se dirigirían a los anticuerpos con CD19? Y resultó que funcionó muchísimo mejor en humanos que en ratones, ¡fue muy sorprendente! La primera paciente ya se curó, no nos lo esperábamos. Entonces no había ninguna industria farmacéutica detrás, solo recibía el apoyo de la filantropía. En 2011 reportamos los tres primeros pacientes (que fue portada del NY Times), eran hombres con leucemia de 70 años y dos vivieron 10 años. Se curaron completamente. Después de leer el NY Times me llamaron de Novartis, que les gustaría hablar conmigo sobre cómo hacer estas células CAR-T y usar la tecnología de la Universidad de Pensilvania. Fue la primera vez que un laboratorio quiso invertir en esta terapia. Ahora hay unos 500 que solo hacen CAR-T. Es increíble. Nunca pensé que esto fuera a ocurrir. Funcionó mucho mejor de lo que nunca nos imaginamos.
¿Qué se siente al encontrar un avance tan importante?
Fui el primero porque no había ningún otro laboratorio. Estaba mi grupo y era muy difícil conseguir dinero para hacer la investigación y, de repente, tuvimos un éxito que superó todos nuestros sueños. Fui un pionero pero ahora tengo muchos «hijos» por todas partes porque vienen muchos investigadores a mi laboratorio a aprender. Eso es lo que más me gusta: formar a la próxima generación de científicos porque esta investigación va a continuar durante décadas, va a mejorar más y más. Ya hemos hecho cosas, pero esto es solo el principio. Todavía queda mucho por hacer.
"Esta terapia va a hacer muchísimas cosas más allá del cáncer. Esto es solo el principio"
Su principal aplicación hoy es en cánceres de la sangre, pero está costando más en los sólidos. ¿Cuál cree que será el primero en beneficiarse de esta terapia?
La respuesta este año es completamente diferente de la que hubiera sido el año pasado. Ahora creo que el tumor sólido en el que va a funcionar primero es en el cerebral, el glioblastoma. Hemos hecho tres ensayos en la Universidad de Pensilvania y el tercero está funcionando. Los dos primeros fallaron, hicimos dos cambios y en este último conseguimos una mejor CAR-T. Publicamos un primer artículo en marzo con seis pacientes, ya hemos tratado 14 y todos tienen alguna respuesta, lo que es muy emocionante Podríamos decir que es un acierto estadístico, pero el Mass General Cancer Center, de Harvard publicó tres pacientes con CAR-T con glioblastoma y todos respondieron bien, y el City of Hope, en Los Ángeles, también reportó resultados muy prometedores en glioblastoma. Es decir, tres centros académicos diferentes están viendo buenos resultados. Estoy muy seguro de que la industria farmacéutica ahora va a invertir muchísimo dinero en tumores sólidos y en las CAR-T. Recordar que, cuando estudiaba Medicina en los 70, nadie sobrevivía a un cáncer cerebral, y no ha mejorado mucho en 40 años. Ahora tenemos esperanza de que eso va a cambiar.
Además de en cáncer se investiga en otras patologías, pero aún no está aprobada en ninguna. ¿En cuál cree que será relevante?
Hace cinco años subiendo en el ascensor con un cardiólogo de mi universidad me contó que habían descubierto una proteína, llamada h-FABP, que se expresa en el corazón tras un fallo cardiaco. Me dijo ¿puedes hacer una CAR-T contra esto? Le dije «ya lo hemos hecho» porque está en el cáncer de páncreas, por ejemplo, y hemos estado trabajando en este tipo de células en el laboratorio mucho tiempo. Así que lo probó en modelos de ratón con fallos cardiacos y es increíble lo bien que funciona. Esto nos llevó a empezar una biotecnología para tratar las cardiopatías con CAR-T. Hubo dos artículos muy importantes al respecto. Para esto quizás tardemos todavía cinco años, y aún no sabemos si va a funcionar, pero estoy bastante seguro de que sí lo hace en el cerebro y en las enfermedades autoinmunes. Tengo una estudiante que está trabajando con ellas para el envejecimiento, en células senescentes. Esta terapia va a hacer muchísimas cosas más allá del cáncer.
"El problema con los cánceres secundarios a su uso es un tema de sesgo al observar los resultados»
Actualmente, hay seis terapias diferentes CAR-T aprobadas en Estados Unidos para diversos cánceres de la sangre. ¿Cuál será el próximo?
La leucemia mieloide aguda, que actualmente se trata con trasplante de médula ósea y quimioterapia. Decir que todavía hay que hacer mucha investigación para que la CAR-T funcione para la LM. Pero hay una gran necesidad de investigación en tumores sólidos como el glioblastoma, el cáncer de mama, el de páncreas. Hay ensayos en todo eso ahora mismo pero es difícil predecir cuáles van a ser los primeros.
Dado lo reciente de su descubrimiento no hay mucho tiempo de seguimiento. En EE UU se investiga si puede producir cáncer secundario a su uso. ¿Qué opina?
Sabemos que tienen buenos efectos que duran hasta una década. Los pacientes, por ejemplo, tratados con CAR-T en las CD19 tenían más problemas con la Covid-19. Lo descubrimos y ahora estas personas no pueden vacunarse contra la covid. Nuestro primer paciente se le curó la leucemia pero murió de ello en 2021. Esto se va a arreglar, al cambiar las células CAR-T para que, digamos, se puedan encender y apagar y así poder vacunar a estas personas. Otro tema es el de los linfomas que algunas personas están teniendo tras haber sido tratadas con esta terapia que reportó la FDA, y resulta que las CAR-T no son la principal causa. En primer lugar, la leucemia de células T es una enfermedad rara. Y las personas cuando sufren un cáncer hematológico tienen riesgo de desarrollar otro cáncer hematológico. Decir que antes quienes tenía este cáncer la primera vez morían y no vivían lo suficiente como para poder desarrollar un segundo. Ahora, como viven más tiempo, sí pueden desarrollar ese cáncer que habrían tenido por su genética. Es decir, es un riesgo hereditario que no tiene nada que ver con las CAR-T. Esta terapia recibe más atención de los medios porque es génica, pero durante 20 años la FDA ha sabido que la quimioterapia provoca cáncer, pero nunca habla de eso. Con las CAR-T lo diferente es que tenemos que reportar todos los años durante 15. Es decir, se están recopilando más datos tras el tratamiento, pero con quimioterapia nadie reporta a la FDA cómo ha evolucionado el paciente tres años después. Por tanto es un tema de sesgo a la hora de observar los resultados.
¿Para cuándo el Nobel?
(Risas) No sé, ya veremos...
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