Salud

Científicos creen que esta dieta puede «matar de hambre» a los tumores del cáncer de páncreas

Afirman tener «pruebas firmes» sobre cómo utilizar la dieta —junto a las terapias oncológicas existentes— para eliminar con precisión un cáncer

La dieta cetogénica mejoró la terapia contra el cáncer pancreático en ratones
La dieta cetogénica mejoró la terapia contra el cáncer de páncreas en ratonesFreepik

El cáncer necesita combustible para sobrevivir y multiplicarse en nuestro organismo. La energía que necesitan suele proceder de la glucosa, el azúcar que se encuentra en la sangre. La glucosa, a su vez, puede provenir de los alimentos que comemos. Por lo tanto, cabe preguntarse ¿nuestra dieta podría ser la clave para parar el avance de un tumor? ¿Podríamos "matarlos de hambre" cambiando nuestra alimentación?

La respuesta no es fácil. Sin embargo, un equipo de científicos afirma haber demostrado que una dieta cetogénica puede potenciar los efectos de un fármaco experimental contra el cáncer y matar de hambre los tumores del cáncer más mortífero que existe, el de páncreas. Este avance podría sugiere que la dieta podría combinarse con fármacos para bloquear el crecimiento de ciertos tipos de tumores cancerosos.

Este equipo de científicos, que trabajan en la Universidad de California en San Francisco, quisieron estudiar mejor qué pasa si un organismo con cáncer ayuna o limita la cantidad de glucosa disponible, teniendo en cuenta que los tumores se "alimentan" de ella. En concreto, decidieron centrarse en seguir una dieta cetogénica, que es alta en grasas y baja en carbohidratos. Esto hace que el cuerpo tenga que descomponer la grasa para formar unas moléculas llamadas cetonas, que pasan a servir como principal fuente de energía del organismo en lugar de la glucosa.

La dieta cetogénica, nueva estrategia contra el cáncer

Generalmente utilizada para adelgazar, algunos estudios anteriores a este han demostrado que la dieta cetogénica o keto pueden ayudar a proteger contra el cáncer al limitar la cantidad de glucosa disponible para alimentar a las células cancerosas. El problema es que algunos tipos de cáncer, como el de páncreas, también pueden utilizar las cetonas como fuente de energía.

Los investigadores quisieron comprobar si seguir una dieta cetogénica puede ser útil para mejorar las terapias contra el cáncer incluso en estos tipos de tumores. Para ello, se centraron en observar una proteína llamada eIF4E e implicada en el metabolismo de las grasas, según explican en el estudio publicado en la revista Nature.

Su trabajo reveló que la eIF4E "decide" cómo procesamos las grasas para obtener energía. Cuando se sometió a un grupo de ratones a una dieta cetogénica en lugar de ayunar, esta proteína desencadenó un cambio hacia el uso de las grasas como fuente de energía. A continuación, los científicos combinaron una dieta cetogénica con un fármaco experimental contra el cáncer que bloquea la eIF4E.

El fármaco, que se llama eFT508 o tomivosertib, por sí solo no ralentizaba el crecimiento de tumores pancreáticos en ratones, probablemente porque los tumores podían sobrevivir con la energía de los hidratos de carbono. Pero cuando los ratones recibieron el fármaco mientras seguían una dieta cetogénica, las células cancerosas dejaban de tener acceso a la glucosa o la grasa como fuente de energía. Finalmente, las células se morían de hambre y su crecimiento disminuía.

«Nuestros hallazgos abren un punto de vulnerabilidad que podemos tratar con un inhibidor clínico que ya sabemos que es seguro en humanos», afirma el Dr. Davide Ruggero, que dirigió el experimento. «Ahora tenemos pruebas firmes de una forma en la que la dieta podría utilizarse junto a terapias oncológicas preexistentes para eliminar con precisión un cáncer».

La relación entre la dieta y el tratamiento del cáncer ha sido durante mucho tiempo objeto de estudio. Este trabajo proporciona una explicación a nivel molecular de cómo el ayuno o la dieta puede mejorar la salud e incluso influir en el desarrollo de enfermedades como el cáncer. Todavía queda mucho camino por recorrer hasta probar estos efectos en seres humanos, pero es un primer paso para mejorar las futuras intervenciones terapéuticas.