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Claves para dejar de fumar

En España hay cinco medicamentos aprobados y financiados para conseguirlo

Las ganas de volver a coger el cigarrillo puedesn prolongarse durante las seis primeras semanas
Las ganas de volver a coger el cigarrillo puedesn prolongarse durante las seis primeras semanasDREAMSTIMEDREAMSTIME

Dejar de fumar es el propósito de año nuevo de muchas personas. La Organización Mundial de la Salud define el tabaquismo como una enfermedad adictiva crónica que evoluciona con recaídas, que se inicia en el 80% de los casos antes de los 18 años y que ocasiona la muerte prematura en más del 50% de los fumadores, afectando a los sistemas respiratorio y cardiovascular, pudiendo originar diversas neoplasias en el organismo. Además, es la primera causa evitable de enfermedad y muerte en nuestra sociedad.

1. ¿Cuál es el primer paso para dejar de fumar?

Que el fumador esté convencido de querer dejarlo. La persona fumadora debe fijar un día para dejar el tabaco definitivamente y es deseable que no lo retrase por mucho tiempo, no más de una semana o dos, ya que elegir una fecha muy lejana le da tiempo para cambiar de opinión o estar menos motivado. Se debería elegir una fecha en la que el fumador encuentre más facilidades que inconvenientes para dejar de fumar.

2. ¿Es mejor dejarlo de golpe o poco a poco?

La forma estándar en que se les aconseja a los pacientes que dejen de fumar es de golpe, pero es verdad que algunos fumadores prefieren hacerlo poco a poco. En este caso se debe ir reduciendo la cantidad de cigarrillos que consumen estableciendo –en consenso con el paciente siempre– cual es el número de cigarrillos diarios al que debe llegarse en un periodo determinado de tiempo, pero con el fin en mente de alcanzar la abstinencia completa.

3. ¿Qué medicamentos existen para dejar de fumar?

En España hay cinco medicamentos aprobados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para lograrlo. Son fármacos considerados de primera línea, funcionan de diferentes formas y se ha demostrado que todos son seguros y eficaces. No se deben utilizar sin consultar con un profesional sanitario. Estos medicamentos son: bupropión, vareniclina, citisina y citisiniclina. Todos ellos están financiados por el Sistema Nacional de Salud (SNS). La otra medicación que tenemos es la Terapia Sustitutiva con Nicotina (TSN) en la que se emplean parches, comprimidos, chicles y espray bucal en diferentes concentraciones que podemos utilizar según las necesidades. Esta alternativa es la que lleva más tiempo en el mercado y, sin embargo, no está financiada por el SNS, lo que yo creo que es un error dado que se trata de un fármaco básico en el abordaje del tabaquismo, con pruebas disponibles tanto sobre su eficacia como su eficiencia.

4. ¿Cuándo desaparecen las ganas de fumar?

Normalmente, el síndrome de abstinencia suele producirse entre las dos y las 12 primeras horas de dejar de fumar, aunque alcanza el punto más elevado de intensidad el segundo o tercer día y puede llegar a durar entre cuatro y 12 semanas. Los síntomas están presentes tanto en número como en intensidad durante las primeras seis u ocho semanas, y es a partir de entonces cuando comienzan a disminuir. Sus manifestaciones son psíquicas, somáticas y, además, individuales, es decir, cada persona está predispuesta a padecer unos determinados efectos.

5. ¿Y qué manifestaciones o síntomas produce la abstinencia del tabaco?

El «craving» es uno de los principales síntomas y es de los más molestos para el fumador. Se puede definir como «las intensas ganas de volver a fumar» y tiene una duración de dos a tres minutos. Pasado este momento, desaparece durante unos diez minutos más, y de nuevo vuelve a repetirse. Este síntoma se prolonga durante las seis primeras semanas y, a partir de entonces, va disminuyendo de manera progresiva. Otras de las manifestaciones psicológicas son la ansiedad y la irritabilidad, que aparecen generalmente unidas y tienen una misma evolución. Ambos síntomas son muy intensos hasta la quinta semana. A partir de ese momento la ansiedad disminuye y la irritabilidad se mantiene. Esta última es muy molesta, ya que puede durar hasta 12 semanas. Es posible que, tras seis meses sin fumar, la persona tenga ganas de hacerlo de manera esporádica, aunque nunca serán tan intensas como las iniciales.