Alimentación

¿Cómo hacer torrijas saludables aptas para personas con diabetes y obesidad? Los expertos responden

Usar pan integral, reducir el azúcar refinado y eliminar la fritura mejora el valor nutricional del clásico postre de Pascua

Torrijas
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La Semana Santa ya está aquí y, con ella, una de las recetas más típicas de nuestra gastronomía. Hablamos de las torrijas, un clásico postre de «aprovechamiento» del que cada vez existen más variaciones, incluidas las versiones saludables o menos calóricas. Y es que, aunque deliciosas, las torrijas son un dulce para ocasiones especiales, por lo que conviene cocinarlas de la manera más sana posible.

La torrija está elaborada a partir de una rebanada de pan, que se baña en leche, almíbar o vino, se reboza en huevo, se fríe y, finalmente, se presenta recubierta de azúcar espolvoreada o miel y canela. «Como productos de pastelería/repostería que son, se recomienda que su consumo sea muy moderado y siempre en el contexto de unos hábitos de vida saludables», aconseja la doctora Samara Palma Milla, médico especialista en Endocrinología y Nutrición, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Algo esporádico

El valor nutricional de las torrijas clásicas va a ser heterogéneo y va a depender de la calidad del pan, de la leche, el huevo, el aceite y del azúcar, así como de las proporciones en las que estén presentes cada uno de ellos. «En cualquier caso, han de considerarse productos de pastelería», insiste Palma Milla.

Puestos a hacer unas torrijas saludables, debemos «reducir la cantidad de azúcares o sustituirlos por edulcorantes acalóricos, además de utilizar panes integrales o evitar el proceso de fritura. Así podemos reducir el aporte calórico de las torrijas», asegura la portavoz de la SEEN.

En este sentido, María Jiménez Latorre, chef y vicepresidenta de la Asociación Mujeres en Gastronomía, recuerda que «las torrijas, de toda la vida, se han hecho con el pan que nos sobra del día anterior. Ahora bien, hablamos de pan, pan, es decir, de panadería de masa madre. Siempre hay que usar materias primas de alta calidad y sin conservantes, pues cuanto menos azúcar demos al cuerpo menos nos pedirá». Así, tal y como recomienda la doctora Palma Milla, «podrían hacerse con pan integral y con ello incrementaríamos el aporte de fibra, entre otras cosas, aunque su consumo debería seguir siendo muy moderado».

Mejor al horno que fritas

Las torrijas clásicas son fritas. «Una buena fritura a 180º encapsula la materia prima y la hace más saludable, siempre con aceite de oliva virgen extra. Pero si no se es partidario de frituras, puede hacerse al horno. Para ello hay que quitar el sobrante de leche y ponerlas sobre papel de horno. Precalentamos a 200º y se pincelan las torrijas con huevo, las metemos al horno diez minutos y le damos la vuelta otros diez minutos más tras volver a pincelarlas», detalla la chef Jiménez Latorre, quien aconseja que «el rebozado clásico es con huevo batido, pero puede sustituirse por clara de huevo para acumular menos calorías».

Sin embargo, «incluso con estas modificaciones, su consumo debería de ser moderado, sin desplazar otros alimentos o grupos alimentarios de mayor interés nutricional (por ejemplo, tomar la torrija de postre en lugar de fruta). De otro lado, el hecho de que logremos bajar el aporte energético puede inducir a un mayor consumo de estas asumiendo que son “más saludables”», advierte la portavoz de la SEEN, quien insiste en que «en pacientes con diabetes, su consumo también ha de ser muy moderado. Adicionalmente, y, aprovechando los días festivos de la Semana Santa, puede incrementarse la actividad física y la realización de ejercicio físico con el objetivo de mejorar la composición corporal y mantener un peso saludable».