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Descubren qué el factor desencadente del parkinson no es el que se creía hasta ahora

El hallazgo abre nuevas vías de tratamiento que podrían prevenir la degeneración neuronal

Parkinson
Existen aún incognitas en la génesis de la enfermedad de Parkinson DreamstimeDreamstime

El parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva. Uno de los principales problemas en su detección es que no presenta un cuadro clínico identificable hasta haber afectado a diferentes funciones del cerebro. Por tanto, las estrategias terapéuticas disponibles en la actualidad están dirigidas únicamente a paliar los debastadores efectos en la capacidad motora, como temblor, rigidez y lentitud. Estos síntomas se deben, fundamentalmente, a la pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas en el mesencéfalo- la porción más corta del tronco encefálico-.

Se estima que en España hay unas 150.000 personas con párkinson, y cada año se detectan alrededor de 10.000 nuevos casos, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Ls previsines son que en 20 años, se duplicarán y, en 50, habrá que multiplicar por tres. Es una patología asociada al temblor en ancianos y no siempre es así: los pacientes no siempre tiemblan y, en un 10% de casos las personas afectadas son menores de 50.

Los mayores avances de investigación se centran en encontrar formas de acelerar el diagnóstico, tratando de adelantarse al daño neurológico por medio de pruebas como análisis de sangre o test de detección que utilizan herramientas de "deep learning"e inteligencia artificial. Pero, en la base de todas estas herramientas, y de la investigación de nuevos fármacos, está el comprender la génesis de la enfermedad, es decir, saber qué es lo que desencadena la afectación del cerebro.

La degeneración de las neuronas dopaminérgicas es ampliamente aceptada como el primer evento que conduce al parkinson. Sin embargo, un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, pone en entredicho esta creencia. Los científicos han conseguido demostrar que el daño comienza mucho antes de la muerte de estas neuronas, y que parte de una disfunción en las sinapsis -el mecanismo por el que se comunican entre si las neuronas- que conduce a déficits en la dopamina y precede a la neurodegeneración.

El hallazgo, publicado en la revista Neuron, abre nuevos horizontes de tratamiento. "Hemos demostrado que las sinapsis dopaminérgicas se vuelven disfuncionales antes de que se produzca la muerte neuronal", afirmó el Dimitri Krainc, autor principal, catedrático de neurología de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern y director del Centro Simpson Querrey de Neurogenética, según recoge Ep. "Basándonos en estos hallazgos, planteamos la hipótesis de que dirigirse a las sinapsis disfuncionales antes de que se degeneren las neuronas puede representar una mejor estrategia terapéutica", añadió.

El papel de dos genes

La investigación se realizó con neuronas del mesencéfalo derivadas de pacientes, ya que la morfología de las neuronas de ratón hace que los resultados no sea trasladables a los humanos. Los científicos descubrieron que las sinapsis dopaminérgicas no funcionan correctamente en varias formas genéticas de la enfermedad de parkinson, y analizaron cómo diferentes genes vinculados a la patología conducen a la degeneración de las neuronas dopaminérgicas humanas- un campo que se encuentra actualmente en estudio y del que se sabía poco-.

Para poder entender sus hallazgos es necesario citar un proceso que desarrolla nuestro cerebro y que se llama mitofagia. En el están implicados dos genes: Parkin y PINK1, que se encargan de "reciclar"- o limpiar y eliminar del cerebro las mitocondrias- orgánulos celulares que producen la energía de la célula- que están demasiado viejas o sobrecargadas. En condiciones normales, PINK1 activa a Parkin para que "mueva" las mitocondrias viejas hacia el camino para ser recicladas o eliminadas.

Sin embargo, en las personas con parkinson está ampliamente demostrado que son portadoras de mutaciones en ambos genes, y que eso es lo que provoca que el mecanismo de la mitofagia no funcione.

Los investigadores citaron un caso que investigaron hace años, y que sirvió para descubrir otro hallazgo que se había pasado por alto anteriormente. Es el de dos hermanas que nacieron sin el gen PINK1, porque a sus padres les faltaba una copia del gen crítico. Esto las puso en alto riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson, pero a una de ellas se la diagnosticaron a los 16 años, mientras que a la otra no se la diagnosticaron hasta que tuvo 48 años. La hermana que fue diagnosticada a los 16 también tenía pérdida parcial de Parkin, lo que, por sí mismo, no debería causar parkinson, pero aún así la tuvo.

"Debe haber una pérdida completa de Parkin para causar la enfermedad de Parkinson. Entonces, ¿por qué la hermana con sólo una pérdida parcial de Parkin contrajo la enfermedad más de 30 años antes?" se pregunta Krainc. Como resultado, los científicos se dieron cuenta de que Parkin también cumple otra función que se desconocía hasta entonces:controla la liberación de dopamina.

Con esta nueva comprensión de lo que fallaba en la hermana, los científicos de Northwestern vieron una nueva oportunidad para potenciar al gen Parkin y la posibilidad de prevenir la degeneración de las neuronas dopaminérgicas. "Descubrimos un nuevo mecanismo para activar Parkin en las neuronas del paciente -destacó Krainc-. Ahora, necesitamos desarrollar medicamentos que estimulen esta vía, corrijan la disfunción sináptica y, con suerte, prevengan la degeneración neuronal".