
Entrevista
Día Mundial: «Un 15% de jóvenes y al menos un 50% de mayores sufren dolor crónico»
"Los analgésicos que tenemos hoy actúan de una forma muy selectiva y con menos efectos secundarios", explica a la sección "10 preguntas" el doctor Alfonso Vidal, responsable de la Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud Sur y del Hospital Universitario La Luz

1. Hoy se celebra el Día Mundial del Dolor. Todos lo sentimos en algún momento. Pero, ¿qué se considera dolor crónico? ¿Cuánto tiempo tiene que durar?
Cuando el dolor se mantiene después de que la lesión que lo ha generado desaparece o cuando su duración en el tiempo se alarga tres o más meses hablamos de dolor crónico, aunque no es imprescindible que un dolor dure exactamente tres meses. Para que un dolor se considere crónico, no hace falta que se mantenga todo el tiempo activo, sino que puede ser algo que nos sucede de forma reiterada pero intermitente, por ejemplo, todas las mañanas, cuando nos incorporamos de la cama tenemos dolor en la espalda que después de un calentamiento conseguimos mitigar o soportar. O cuando hablamos o masticamos un dolor de nervio trigémino que no duele en reposo.
2. ¿Es continuo?
El dolor puede ser continuo y tener momentos de más y menos intensidad o puede ser intermitente teniendo momentos de desaparición; muchas personas nos dicen que cuando hacen determinado tipo de ejercicios (estiramientos, gimnasia, natación) o desde luego, cuando toman un analgésico el dolor se mitiga, y, por el contrario, cuando hacen esfuerzos extemporáneos, cuando mastican o se tocan el lado afectado, cuando pasan mucho tiempo en una postura mantenida o forzada, cuando tienen que afrontar situaciones excepcionales o de estrés ese dolor aumenta.
3. ¿Cuántas personas en nuestro país pueden sufrir dolor crónico? ¿Y qué porcentaje de nuestros mayores lo sufren?
Se considera que un 20-25% % de la población en nuestro país y en el entorno europeo sufre dolor crónico, aunque ese porcentaje se puede incrementar por encima del 50% en personas mayores, incluso ese porcentaje es mayor a medida que el rango de edad que estudiemos es más avanzado, dado que la edad es un elemento asociado a la pérdida de capacidad de regeneración y a la limitación progresiva de la actividad de las personas. El intestino, el hígado o el riñón envejecen y el resto del cuerpo también, la corriente nos lleva para un sitio y nosotros tenemos que nadar mucho más contracorriente con los años.
4. ¿El dolor crónico es para siempre o tiene cura?
Por definición, el dolor crónico es un dolor que persiste en el tiempo. A mí me gusta decir que en esta vida solo hay una cosa definitiva, que es la muerte, todo lo demás es persistente, mantenido, continuo, pero con una expectativa cierta de modificación, que intentamos que sea alivio, mejoría y si es posible curación.
5. ¿Qué porcentaje de pacientes logran eliminarlo?
Eliminar el dolor es realmente complejo, sin querer eludir la contestación. Diría que un muy amplio porcentaje de los pacientes que se tratan de una forma correcta mejoran y en muchos casos de una forma muy importante. Para eso es necesario actuar sobre el estilo de vida, sobre los factores que desencadenan o perpetúan el dolor y realizar un tratamiento enérgico, precoz y sostenido sobre el dolor con analgésicos con procedimientos intervencionistas o con mecanismos o dispositivos de neuromodulación.
6. ¿Qué medios tienen los pacientes para reducirlo?
Nuestro arsenal terapéutico no solo ha aumentado de forma muy importante en las últimas décadas, sino que se ha sofisticado. Los analgésicos que tenemos hoy actúan de una forma muy selectiva sobre el dolor, con unos efectos secundarios mucho menores que los analgésicos clásicos. Los nuevos analgésicos basados en medicamentos que ya existían en combinaciones novedosas, o en nuevas dianas terapéuticas, nos hacen pensar que el futuro será mejor, aunque aún queda mucho esfuerzo de investigación y paciencia por parte de los afectados.
7. Ser mayor se asocia con dolor crónico, pero ¿en ellos también puede desaparecer el dolor o lo hace en menor medida?
Con los años la capacidad de recuperación es menor; pero, regular nuestra actividad, alimentación, descanso, regular es clave y esto se puede hacer a cualquier edad, lo que pasa es que hay que adaptar todas estas capacidades a nuestras circunstancias. Con 80 años no se pueden hacer las mismas cosas ni del mismo modo que con 20, pero muchas se pueden seguir haciendo igual o mejor.
8. ¿Qué consejos daría a un mayor para que calme el dolor?
El mejor consejo no es mío, sino de Sócrates: «Conócete a ti mismo». El conocimiento y la cultura, en general, son analgésicos, nos permiten elegir la opción más adecuada para afrontar los retos de nuestra vida. Si una actividad o un esfuerzo nos resultan favorables debemos insistir en él y si nos perjudica, debemos reducir nuestra exposición o protegernos.
9. El dolor crónico también afecta a jóvenes. ¿En qué medida?
Hay muchos cuadros dolorosos que afectan en la infancia y en la juventud como el afloramiento de los dientes o los dolores articulares de crecimiento, que damos como normales y no los interpretamos como dolor crónico. El dolor crónico asociado a enfermedades también existe en los jóvenes, aunque el porcentaje es menor: podemos hablar de un 15-20% de pacientes, casi siempre relacionados con enfermedades graves.
10. ¿Y cuáles son los dolores crónicos más comunes en jóvenes?
Lumbalgias, dolores derivados de sobreesfuerzos, secuelas de cirugías o traumatismos son los que más afectan a los jóvenes; dolores articulares de rodillas y de hombros son los que más les sacuden, pero también la cefalea y los dolores relacionados con la articulación temporomandibular, y luego los cuadros que se asocian enfermedades graves como enfermedades congénitas o enfermedades oncológicas.
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