Huelga política
¿Dónde están los sanitarios y actores críticos con Ayuso?
Ya no hay sanitarios con pancartas en la Castellana ni en la Puerta del Sol aplaudidos por los actores del régimen socialcomunista
La victoria apabullante de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones autonómicas ha terminado por confirmar lo que la mayoría ya sabíamos: que las algaradas callejeras que se orquestaron antes de los comicios contra las políticas sanitarias desplegadas en Madrid no eran más que eso, fuegos de artificio, protestas políticas encubiertas de reivindicaciones profesionales, que en realidad fueron teledirigidas por sus rivales, con escaso o nulo éxito, a la vista de los resultados en las urnas.
Dejado atrás el 28-M, ya no hay sanitarios con pancartas en la Castellana ni en la Puerta del Sol aplaudidos por los actores del régimen socialcomunista. Ni Pedro Almodóvar ni Dani Rovira se ponen ya a la cabeza de manifestación alguna, ni Luis Tosar ni Juan Diego Botto lanzan arengas en vídeos contra la mercantilización sanitaria. La honda preocupación por el devenir de los hospitales y la atención primaria mostrada por organizaciones vecinales, asociaciones autodenominadas defensoras de lo público y especialistas en percibir subvenciones a cambio de vociferar en los Goya se ha desvanecido por completo.
En el ánimo de los ciudadanos no ha pesado tanta treta. Sabían, por ejemplo, que el Gobierno satanizó a esta comunidad durante la pandemia con la única intención de erosionar a Díaz Ayuso, y saben también que la gestión de la crisis en ese momento fue de las mejores de España. Auxiliada por Enrique Ruiz Escudero, Antonio Zapatero y Elena Andradas, la presidenta adoptaba con semanas de adelanto las medidas de Salud Pública que luego el Ejecutivo de Sánchez copiaba. Saben también que el tiempo de espera para operarse o ver al especialista es mucho menor que en el resto del país. Por eso, no se dejaron engañar con subterfugios y votaron en consecuencia.
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