Salud mental
La esquizofrenia rebaja 20 años la esperanza de vida
Los pacientes presentan una mayor prevalencia del síndrome metabólico, con un mayor riesgo de sufrir enfermedad cardíaca o diabetes, entre otras.
La esperanza de vida de las personas con esquizofrenia es 20 años menor, aproximadamente, que la de la población general. Además, el 60% de las causas de muerte prematura en estos pacientes se relaciona con enfermedades cardiovasculares, según ha quedado patente en la última edición del encuentro de profesionales «Meet The Expert», celebrado en Madrid la semana pasada.
Este foro ha puesto de manifiesto la mayor prevalencia del síndrome metabólico (grupo de factores de riesgo de sufrir enfermedad cardíaca o diabetes, entre otras) en personas con esquizofrenia. Incluso en pacientes con un primer episodio de psicosis sin tratamiento previo esta se sitúa en el 13,2%, según recientes estudios. Un porcentaje que aumenta durante el año posterior al del diagnóstico.
«Un trastorno mental es también un trastorno físico. Por ejemplo, la esquizofrenia es una enfermedad sistémica, donde enferma todo el cuerpo», señala Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
Y es que tal y como explicó «las patologías psiquiátricas se relacionan con otras. Sabemos que la esquizofrenia aumenta el riesgo de diabetes, incluso cuando no se toman tratamientos farmacológicos que aumenten ese peligro».
Por otro lado, en el encuentro se puso de manifiesto que el deterioro cognitivo afecta a la gran mayoría de las personas con trastornos psicóticos, estando presente en aproximadamente el 80% de los casos, incluso antes del inicio de la enfermedad psicótica.
Dificultades funcionales
Como detalló Benedicto Crespo-Facorro, director de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y coordinador de esquizofrenia del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), «las personas con psicosis presentan un funcionamiento cognitivo por debajo de la media, pero en los primeros años de evolución de la enfermedad se van a mantener estables en la mayoría de los casos».
Aquellos pacientes en los que se produce un mayor deterioro cognitivo se observará también mayores dificultades funcionales, «si bien la pérdida de funcionalidad es multifactorial», apuntó. Por todo esto, resulta crucial elegir el tratamiento farmacológico más adecuado para cada persona. «En todo paciente con esquizofrenia debemos elegir aquellos fármacos e intervenciones con menos efectos secundarios. Los fármacos no solo son eficaces para reducir los síntomas positivos y las recaídas, sino que disminuyen el riesgo de suicidio y, por tanto, aumentan la esperanza de vida», aseguró Arango.
Para Crespo-Facorro, «los antipsicóticos inyectables de liberación prolongada, como aripiprazol, tienen un perfil metabólico muy bueno, pueden contribuir a mejorar la adherencia y en la balanza de efectividad-seguridad salen muy bien reforzados». «Es muy importante controlar los posibles efectos metabólicos de los fármacos y la interferencia en el funcionamiento cognitivo de los jóvenes porque esos factores son determinantes para el pronóstico de la enfermedad», concluyó.
Por último, durante este encuentro, organizado por la Alianza Otsuka-Lundbeck, se incidió en que las intervenciones preventivas –psicoterapéuticas, farmacológicas o combinadas– pueden retrasar un primer episodio psicótico y reducir el porcentaje de personas que acaban transicionando a la psicosis.
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