Salud

Un estudio desvela por fin la conexión entre el pescado azul y el cáncer de próstata

¿El atún, las sardinas o el salmón aumentan el riesgo de tumores prostáticos o lo disminuye? Hay estudios que apuntan que sí, otros que no, pero un último análisis pone fin al debate

Una lata de conservas de anchoa | Gonzalo Pérez
Una lata de conservas de anchoa | Gonzalo Pérezlarazon

El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones. Se estima que uno de cada ocho hombres padecerá cáncer de próstata durante el transcurso de su vida. En España, este tumor es el segundo más diagnosticado entre ellos: se prevén 29.002 nuevos casos en 2023, según el último informe Las cifras del cáncer presentado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Además, es la tercera causa de muerte por cáncer entre hombres y la cifra de defunciones que produce en España quintuplica a la de los accidentes de tráfico.

La mayoría de los casos ocurren en varones de edad avanzada, siendo el 90% de los pacientes mayores de 65 años. Los protocolos de detección temprana, así como la adopción de un estilo de vida saludable contribuyen a mejorar el diagnóstico. "Evitar hábitos dietéticos poco saludables podría ser la mejor estrategia nutricional para prevenir el cáncer de próstata agresivo", apunta un estudio del Instituto de Salud Carlos III, de 2017.

Sin embargo, hay un alimento que ha traído a los médicos de cabeza por su extraña relación con el cáncer de próstata: el pescado azul. ¿El problema? Hay casi tantos estudios que apuntan que aumenta el riesgo de padecerlo como los que aseguran que comerlo lo reduce. Lo mismo ocurre en el caso de la mortalidad o la progresión del cáncer de próstata. Pero ¿por qué?

Para responder hay que tener en cuenta que el pescado azul contiene una gran cantidad de omega-3, una serie de ácidos grasos conocidos por prevenir numerosas enfermedades y por ser anticancerígenos. Por lo tanto, también se le ha atribuido el poder de proteger la próstata. Sin embargo, otros científicos apuntan que el consumo de ácido α-linolénico (ALA), un ácido graso específico de la serie omega-3, aumenta el riesgo de cáncer prostático. El debate está servido.

Ahora, un nuevo y extenso análisis publicado en la revista Frontiers in Nutrition ha pretendido sentar cátedra respecto al tema y finalizar el debate, decidiendo si el pescado es determinante en el cáncer de próstata y, si lo es, si tiene efectos positivos o negativos sobre la enfermedad.

¿Qué dice el último análisis sobre pescado y cáncer de próstata?

Los investigadores apuntan que, desde la publicación del último metaanálisis sobre la asociación entre el consumo de pescado y el riesgo de cáncer de próstata, se han publicado varios estudios científicos sobre el tema. "Por lo tanto, el metaanálisis dosis-respuesta actual se realizó para resumir los hallazgos disponibles sobre las asociaciones de la ingesta de pescado con el riesgo de cáncer de próstata en los hombres".

Pescado azul
Pescado azulLa RazónLa Razón

Para ello, se realizó una extensa búsqueda en las bases de datos científicas hasta lo publicado en septiembre de 2022. La investigación incluyó estudios que examinaron las asociaciones de la ingesta de pescado con el riesgo de cáncer de próstata, su mortalidad y la progresión del cáncer. En total, se incluyeron en la revisión sistemática 25 estudios prospectivos de cohortes, que reclutaron a 1.216.474 hombres, y 22 estudios en el metaanálisis.

Durante los periodos de seguimiento de estos estudios, que oscilaron entre 6 y 33 años, se registraron un total de 44.722 casos de cáncer de próstata. La comparación entre las ingestas más altas y más bajas de pescado total reveló una asociación inversa entre la ingesta de pescado y la mortalidad por cáncer de próstata. Además, en los análisis dosis-respuesta, cada aumento de 20 gramos/día en la ingesta total de pescado se asoció con un riesgo un 12% menor de mortalidad por cáncer de próstata.

"Nuestros hallazgos apoyan la asociación protectora entre la ingesta total de pescado y el riesgo de mortalidad por cáncer de próstata", concluyen los investigadores de la Universidad de Ciencias Médicas de Isfahan, en Irán.

Otros estudios que otorgan poder al pescado azul

Todo comenzó en 2013, cuando un estudio publicado en la revista del Instituto Nacional del Cáncer británico, halló que "los hombres que consumen altos volúmenes de peces, como el salmón y/o suplementos de aceite de pescado, tienen un 43% más de riesgo de desarrollar un cáncer de próstata". Además, sugería un aumento del 71% en la mortalidad. Sin embargo, "uno de los mayores inconvenientes de este estudio, es que es retrospectivo. En otras palabras, que mira hacia atrás en los datos", señaló entonces el portal Examiner.

Existen muchos otros estudios más novedosos que apoyan los beneficios que otorga al ser humano, la ingesta de ácidos grasos omega-3. Investigadores que estudiaron los efectos de la ingesta de pescado en la dieta de 6.272 hombres suecos, que fueron seguidos durante 30 años, informaron que quienes no comían pescado, tuvieron un incremento de dos a tres veces, del riesgo de desarrollar cáncer de próstata, en comparación con los que consumían cantidades de pescado en su dieta.

En España tenemos nuestro propio gran estudio sobre el tema que, como se ha mencionado, fue llevado a cabo por el Instituto de Salud Carlos III. En aquella investigación, en la que participaron 733 pacientes con cáncer de próstata y 1.229 hombres sanos de siete provincias españolas, se exploró la relación entre el riesgo de tener un cáncer de próstata y tres patrones de dieta que caracterizan los hábitos alimentarios de la población española.

Los resultados de esta investigación evidenciaron entonces que los hombres con mayor grado de adherencia al patrón Mediterráneo, caracterizada por un elevado consumo de pescado (además de aceite de oliva, patatas hervidas, frutas, verduras y legumbres), tenían menos riesgo de tener cánceres de próstata agresivos.

Los otros dos grupos, con más riesgo, habían seguido un patrón Occidental (gran cantidad de productos lácteos grasos, granos refinados, carne procesada, bebidas calóricas, dulces, comida rápida y salsas) y Prudente, característico de hombres que consumen productos lácteos bajos en grasas, granos integrales, frutas, verduras y zumos.