Pediatría

Hallan más evidencias del daño cerebral que provocan las pantallas en los niños

Un nuevo estudio añade argumentos sobre el peligro de usar pantallas en niños menores de dos años

Niños y móviles, tabletas
Niños y móviles, tabletas.CLÍNICA LA LUZ (Foto de ARCHIVO)24/04/2013CLÍNICA LA LUZCLÍNICA LA LUZ

El abuso de las pantallas resulta perjudicial para cualquier persona, pero cuando ese consumo se realiza en niños muy pequeños, las consecuencias pueden resultar nefastas para la salud cerebral. De hecho, los bebés y los niños pequeños expuestos a la televisión o a ver vídeos pueden tener más probabilidades de exhibir conductas sensoriales atípicas, como estar desconectados y desinteresados ​​en actividades, buscar estimulación más intensa en un entorno o sentirse abrumados por sensaciones como sonidos fuertes o luces brillantes, tal y como confirman investigadores de la Facultad de Medicina de Drexel, publicados hoy en la revista JAMA Pediatrics.

En concreto, según los investigadores, los niños expuestos a ver más televisión o pantallas digitales al cumplir dos años tenían más probabilidades de ser menos sensibles o más lentos a la hora de responder a estímulos, como que los llamen por su nombre, a los 33 meses. Las habilidades de procesamiento sensorial reflejan la capacidad del cuerpo para responder de manera eficiente y apropiada a la información y los estímulos recibidos por sus sistemas sensoriales, como lo que el niño oye, ve, toca y saborea.

Detalles del estudio

El equipo de investigadores extrajo datos recopilados entre 2011 y 2014 sobre la televisión o el DVD que vieron bebés y niños pequeños de 12, 18 y 24 meses del Estudio Nacional Infantil de 1.471 niños (50% varones) en todo el país. Así, los resultados del procesamiento sensorial se evaluaron a los 33 meses utilizando el perfil sensorial infantil/niño pequeño (ITSP), un cuestionario completado por padres/cuidadores, diseñado para brindar información sobre cómo los niños procesan lo que ven, oyen y huelen, etc.

Las subescalas ITSP examinan los patrones de bajo registro y búsqueda de sensaciones de los niños, como tocar u oler objetos en exceso; sensibilidad sensorial, como estar demasiado molesto o irritado por las luces y el ruido; y evitar sensaciones: tratar activamente de controlar su entorno para evitar cosas como que les cepillen los dientes. Los niños se califican en grupos "típicos", "altos" o "bajos" según la frecuencia con la que muestran diversos comportamientos relacionados con los sentidos, mientras que las puntuaciones se consideraron “típicas” si estaban dentro de una desviación estándar del promedio de la norma ITSP.

En este contexto, los resultados no dejan lugar a dudas, ya que los hallazgos del equipo de investigadores sugieren que a los 12 meses, cualquier exposición a una pantalla en comparación con ninguna visualización de pantalla se asoció con una probabilidad 105% mayor de exhibir comportamientos sensoriales "altos" en lugar de comportamientos sensoriales "típicos" relacionados con un registro bajo a los 33 meses. Por su parte, a los 18 meses, cada hora adicional de tiempo diario frente a una pantalla se asoció con un 23% más de probabilidades de exhibir comportamientos sensoriales "altos" relacionados con una posterior evitación de sensaciones y un bajo registro, mientras que a los 24 meses, cada hora adicional de tiempo diario frente a una pantalla se asoció con un aumento del 20% en las probabilidades de búsqueda de sensaciones "altas", sensibilidad sensorial y evitación de sensaciones a los 33 meses.

Los investigadores ajustaron por edad, si el niño nació prematuramente, la educación del cuidador, raza/etnia y otros factores, como la frecuencia con la que el niño juega o camina con el cuidador.

Vinculado a trastornos

Este hallazgo no es nuevo y se suma a una lista cada vez mayor de resultados preocupantes para la salud y el desarrollo relacionados con el tiempo frente a una pantalla en bebés y niños pequeños, incluido el retraso en el lenguaje, el trastorno del espectro autista, problemas de conducta, dificultades para dormir, problemas de atención y retrasos en la resolución de problemas.

"Esta asociación podría tener implicaciones importantes para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y el autismo, ya que el procesamiento sensorial atípico es mucho más frecuente en estas poblaciones", asegura la autora principal Karen Heffler, MD, profesora asociada de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Drexel. “El comportamiento repetitivo, como el que se observa en el trastorno del espectro autista, está altamente correlacionado con un procesamiento sensorial atípico. El trabajo futuro puede determinar si el tiempo que pasamos frente a una pantalla en los primeros años de vida podría alimentar la hiperconectividad cerebral sensorial que se observa en los trastornos del espectro autista, como el aumento de las respuestas cerebrales a la estimulación sensorial”.

El procesamiento sensorial atípico en niños con trastorno del espectro autista (TEA) y TDAH se manifiesta en una variedad de comportamientos perjudiciales. En los niños con TEA, una mayor búsqueda o evitación de sensaciones, una mayor sensibilidad sensorial y un bajo registro se han asociado con irritabilidad, hiperactividad, dificultades para comer y dormir, así como con problemas sociales. En los niños con TDAH, el procesamiento sensorial atípico está relacionado con problemas con la función ejecutiva, ansiedad y una menor calidad de vida.

"Teniendo en cuenta este vínculo entre el tiempo elevado frente a la pantalla y una lista cada vez mayor de problemas de desarrollo y conducta, puede ser beneficioso para los niños pequeños que presentan estos síntomas someterse a un período de reducción del tiempo frente a la pantalla, junto con prácticas de procesamiento sensorial impartidas por terapeutas ocupacionales", recomienda Heffler.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) desaconseja el tiempo de pantalla para bebés menores de 18 a 24 meses. De hecho, la AAP considera que el chat de vídeo en vivo está bien, ya que puede resultar beneficioso la interacción que se lleva a cabo. La AAP recomienda limitaciones de tiempo en el uso de medios digitales para niños de 2 a 5 años a no más de 1 hora por día. "La capacitación y la educación de los padres son clave para minimizar, o con suerte incluso evitar, el tiempo que los niños menores de dos años pasan frente a una pantalla", explica el autor principal David Bennett, PhD, profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Drexel.