Opinión

Harta de que el cuento no termine

Carmen Montón es embajadora Observadora Permanente de España ante la OEA y la OPS y ex ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social

LIM01. MADRE DE DIOS (PERÚ) 16/02/2021. Una mujer embarazada recibe ayuda hoy, martes después de incidentes de las autoridades con un grupo de inmigrantes que cruzaron la frontera provenientes de Brasil, en la localidad de Iñapari, Madre de Dios, Perú. Aproximadamente 350 haitianos cruzaron el Puente de la Amistad desde Brasil, para ingresar a Perú, lo que produjo incidentes entre las autoridades peruanas y grupos de personas, entre ellas numerosas mujeres y niños que cruzaron irregularmente la frontera. EFE/Paolo Peña
" 8.400 mujeres que murieron durante el embarazo y el parto son sobre todo indígenas"Paolo PeñaAgencia EFE

Y… tras la pandemia y su crisis socioeconómica se ha producido el aumento de la mortalidad materna en América Latina y el Caribe. Que las que más y primero sufren las consecuencias de cualquier tipo de crisis son las mujeres ya lo sabemos. Que esta crisis pandémica no está siendo distinta, también. Y es que esta realidad recurrente, tan previsible como injusta no termina. El 2022, en esta zona, la Covid-19 provocó un retroceso de 20 años en los indicadores de salud materna. Para que podamos tener la verdadera dimensión de esta alarma, se puede decir que en la región debido a complicaciones en el embarazo, parto o puerperio, cada hora, una mujer pierde la vida.

Este dramático retroceso significa el incremento de un 15% entre 2016 y 2020. Los perfiles de las 8.400 mujeres que murieron durante el embarazo y el parto son sobre todo indígenas, afrodescendientes, migrantes, con bajos ingresos y menor escolaridad.

Y las causas de mortalidad más comunes, la gran mayoría de las cuales se pueden evitar, son la hipertensión en el embarazo, la hemorragia y las complicaciones por aborto inseguro. Si se quisiera con cuidados de calidad, acceso a métodos anticonceptivos y a la interrupción voluntaria del embarazo y reduciendo las desigualdades de acceso a la atención sanitaria, nueve de cada 10 de estas muertes se evitarían. Es decir, atajando las inequidades socioeconómicas, de género, etnia y educación; así como las leyes restrictivas con los derechos sexuales y reproductivos. Con estas líneas quiero sumarme a dar visibilidad a la campaña Cero Muertes Maternas. Evitar lo evitable, del Grupo de Trabajo para la Reducción de la Mortalidad Materna, en el que participa la OPS.