
Entrevista
«Hay que adaptar los modelos de atención a los mayores con VIH»
►Jordi Puig es director de CTU en ScienHub de la Fundación Lucha Contra las Infecciones

Marcar la diferencia en la atención a las personas mayores que viven con VIH. Eso es lo que pretende el proyecto pionero «Optimizing HIV+ aging care with short geriatric assessments», una investigación puesta en marcha en el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, de Barcelona, que trata de mejorar la calidad de vida y detectar precozmente los problemas asociados al VIH y sus comorbilidades. A TU SALUD habla con Jordi Puig, director de CTU en ScienceHub de la Fundación lucha contra las Infecciones (FLS).
¿Podría explicar, brevemente, qué hace especial este proyecto y por qué es pionero?
Esta iniciativa es pionera porque trata uno de los grandes retos actuales en el ámbito del VIH: el envejecimiento prematuro. A medida que la población con VIH envejece, se vuelve indispensable adaptar los modelos de atención. Desde la Fundación Lucha contra las Infecciones, proponemos una evaluación geriátrica abreviada, que permite valorar rápidamente el estado de salud de la persona mayor con la misma eficacia, pero con menor tiempo. Actualmente, la evaluación geriátrica supone más de una hora. Con este proyecto, reducimos significativamente ese tiempo, aproximadamente menos de 10 minutos, y mantenemos la misma precisión en los resultados. Esta innovación optimiza recursos, mejora la detección de problemas y pone a la persona en el centro del cuidado.
¿Qué ventajas aporta, qué áreas busca mejorar?
El proyecto busca mejorar áreas clave en mayores de 50 años con VIH, como la fragilidad física, el deterioro cognitivo, el estado emocional, el soporte social y la calidad de vida. Por ello, sus ventajas son múltiples: por un lado, aligera significativamente la carga de trabajo del personal sanitario al reducir el tiempo de evaluación; por otro, permite llegar a más pacientes en menos tiempo, favoreciendo un diagnóstico e intervención más tempranos. Además, potencia un enfoque multidisciplinar que integra medicina, enfermería, psicología, dietética, trabajo social y geriatría.
¿Qué impacto real tiene este proyecto en la salud?
Desde la Fundación Lucha contra las Infecciones, vemos cómo esta iniciativa tiene un impacto directo y significativo: permite un abordaje integral y temprano de los problemas del envejecimiento en personas con VIH, lo que se traduce en una mejor calidad de vida, menor riesgo de hospitalizaciones y un envejecimiento más saludable. Además, reduce la carga asistencial del sistema sanitario al facilitar la priorización de intervenciones en quienes más lo necesitan.
«La evaluación geriátrica supone más de una hora. Con este proyecto, 10 minutos»
¿Cómo está cambiando la forma de atender el VIH?
Propuestas como esta reflejan cómo la atención al VIH evoluciona hacia un modelo integral, donde el paciente está en el centro y los equipos son multidisciplinares. De esta manera, cada profesional aporta una mirada complementaria. En este sentido, disponer de enfermeras expertas en VIH es clave para garantizar una atención continua, cercana y especializada que mejore la calidad de vida de las personas.
¿Por qué es necesario humanizar y digitalizar la medicina?
Humanizar la medicina es esencial para devolverle al paciente su rol activo, escuchando su voz y respetando sus tiempos, emociones y vivencias. Digitalizar es necesario para mejorar la eficiencia, reducir tiempos y facilitar el seguimiento continuo. No se trata de elegir entre tecnología o cercanía, sino de integrarlas: una medicina más humana es más empática e igual de técnica. Una medicina digital, bien diseñada, puede acercarnos más a las personas y permitirnos focalizarnos en donde realmente podemos aportar valor al paciente.
Ha recibido una beca Gilead PRO. ¿Qué supone este hecho?
Un reconocimiento a la relevancia, al valor científico y social del programa. Nos permite llevar a cabo esta validación de forma rigurosa, con recursos suficientes para formar equipos multidisciplinares, involucrar a pacientes y garantizar una implementación eficaz. Al mismo tiempo, supone también una oportunidad de visibilidad y que esta iniciativa pueda inspirar a otros equipos y centros a replicarla. En definitiva, es una apuesta por una atención más inteligente, sensible, empática y adaptada al nuevo perfil de las personas con VIH.
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