Infecciones

Proponen un cambio de paradigma en el uso de antibióticos

Un consenso sobre infecciones incide en la importancia de diferenciar entre curación clínica y erradicación microbiológica

bacterias
Cultivos de bacterias en placas de PetriSylvia Suter, University Hospital Basel

Hoy en día, ante una infección bacteriana la forma de proceder consiste en escalar el tratamiento seleccionando el antibiótico más adecuado frente a cada patógeno. Dado el aumento de resistencias de estos microorganismos a esos medicamentos y la dificultad para encontrar nuevos que añadir al arsenal terapéutico, la idea es usar el de espectro mas reducido para limitar la presión de resistencias.

Ahora, expertos españoles proponen un cambio de paradigma y defiende que hacer justo lo contrario, es decir, emplear los antibióticos más potentes en cada caso, reduciría el riesgo de recaídas. Para ello inciden en la importancia de diferenciar entre curación y erradicación.

Tal y como explica Francisco Javier Membrillo, infectólogo y vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), «una aparente recuperación clínica suele interpretarse como un signo de éxito terapéutico, sin considerar la posible presencia residual de bacterias resistentes». Sin embargo, continua, «la recurrencia de infecciones tardías evidencia que estos microorganismos, aunque en cantidades bajas o sin síntomas inmediatos, en algunos casos específicos podrían sobrevivir al tratamiento inicial y propagarse posteriormente, ocasionando una nueva manifestación de la enfermedad».

Un reciente análisis de 13 estudios fase 3 para analizar estos dos conceptos descubrió que el 88,7% de participantes en los ensayos presentaban curación clínica, pero de estos solo el 75% erradicación microbiológica, por lo que la curación no siempre relacionada con la erradicación. Otro dato significativo fue que en el 23% de casos había discordancia entre criterios clínicos y microbiológicos, y en esos casos, los curados con resistencia el riesgo de recaída aumentaba 5,5%.

Ante estos datos el grupo de expertos ha desarrollado un consenso (con el apoyo de Advanz Pharma) en el que sostienen que la erradicación microbiológica o eliminación completa del microorganismo responsable de una infección puede ser un factor clave a la hora de evitar la recaída en las infecciones y de reducir el riesgo de desarrollo de resistencias antibióticas, un grave problema de salud pública.

El documento, publicado en la revista «European Urology», se centra en las infecciones del tracto urinario complicadas (ITUc). En él se diferencia entre la curación clínica, entendida como la resolución completa de los síntomas y signos de infección presentes en el momento del diagnóstico, de la erradicación microbiológica, es decir, que el patógeno responsable identificado en el urocultivo diagnóstico se encuentra en una concentración determinada en un urocultivo obtenido en la visita de seguimiento realizada entre siete y 14 días tras el final del tratamiento.

Debido a la tendencia a la recaída en estas infecciones, los autores proponen priorizar el uso de antibióticos con mayor evidencia en la eliminación de los patógenos concretos y hacer un seguimiento de aquellos pacientes con más riesgo de volver a sufrir la infección según la evidencia científica. En este punto, José Medina Polo, del Servicio de Urología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, puntualiza que, «además de estos factores de riesgo se debe tener también en cuenta la clínica del paciente".

Grupos de riesgo

En concreto, han identificado que los pacientes con mayor riesgo de recaída en el caso de ITUc son los inmunodeprimidos (con VIH, oncohematológicos, en tratamiento con productos biológicos o corticosteroides); embarazadas; pacientes sometidos a manipulaciones de las vías urinarias; aquellos con infección previa y presencia de cuerpo extraño en las vías urinarias que vuelven a consulta y pacientes con diabetes mal controlada o afectación de órganos diana.

Según el análisis, estos grupos se podrían beneficiar de aquellos antibióticos que fueran más efectivos a la hora de erradicar los agentes bacterianos para reducir ese riesgo de recaída. Además de disminuir el riesgo de desarrollo de resistencias antimicrobianas, esto sería positivo para el paciente, pues estos casos suelen estar vinculados a más complicaciones, y para el sistema, al reducir los gastos. El resto de pacientes, a juicio de los autores, deben ser tratados según lo indicado en las guías clínicas actuales, estableciendo la curación clínica como objetivo terapéutico sin ninguna consideración especial tras la resolución del proceso infeccioso.

Asimismo, desaconsejan repetir los cultivos urinarios en personas asintomáticas tras el tratamiento para detectar posibles recaídas. Además de no ser eficiente y retrasar el alta del paciente, tratar la mera presencia de bacterias en orina expondría innecesariamente a esas personas al uso de antibióticos, con el consecuente riesgo de aparición de efectos adversos y, además, la generación de resistencias a estos fármacos.