Salud

Qué es el cáncer de próstata y qué sabemos del estado de salud de Joe Biden: síntomas, tratamiento y pronóstico

El cáncer de próstata es el más común entre los hombres en España y el segundo en el mundo. Sus síntomas pueden confundirse con una patología urinaria

El cáncer de próstata es el segundo tipo de cáncer más común entre los varones después del colorrectal. Se calcula que afecta a uno de cada ocho hombres padecerá cáncer de próstata a lo largo de su vida. Para este 2025 se prevén 32.188 nuevos casos, según el último informe Las cifras del cáncer de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). El número de previsiones aumenta año tras año y, aunque puede desarrollarse lentamente, en algunos casos es más agresivo. Este es, precisamente, el caso del expresidente de Estados Unidos, Joe Biden.

La mayoría de los casos de cáncer prostático ocurren en varones de edad avanzada, siendo el 90% de los pacientes mayores de 65 años. Sin embargo, puede producirse a cualquier edad. La estipulada para realizar el primer diagnóstico es a los 45 años. En cuanto a sus expectativas, lo cierto es que el cáncer de próstata es uno de los más letales, y solo se encuentra por detrás del cáncer de pulmón en cuanto a mortalidad.

¿Qué tipo de cáncer tiene Joe Biden?

Biden, de 82 años, ha sido diagnosticado con un cáncer de próstata agresivo con metástasis en los huesos. Su puntuación en la escala de Gleason es de 9 (grado 5), lo que indica una forma avanzada y de rápido crecimiento. Este tipo de cáncer se ha extendido más allá de la próstata, lo que lo convierte en una enfermedad más difícil de tratar.

La Clínica Mayo explica que la metástasis ósea se produce cuando las células cancerosas se propagan desde su lugar original a un hueso. Esto puede causar dolor, fracturas y otros síntomas. Casi todos los tipos de cáncer pueden propagarse (hacer metástasis) a los huesos, pero algunos tipos, como el cáncer de mama o el cáncer de próstata son más propensos.

¿Cuáles fueron los síntomas?

El cáncer de próstata es un tumor maligno que se origina cuando las células se multiplican de forma descontrolada en la próstata. La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino que produce una parte del semen junto a los testículos y las vesículas seminales. Por su localización, los síntomas que produce suelen ser incontinencia urinaria o intestinal.

El diagnóstico de Joe Biden llegó tras semanas de pruebas debido a síntomas urinarios persistentes. Una vez detectado un pequeño nódulo prostático, se realizaron más estudios que confirmaron la presencia de cáncer con metástasis óseas.

Los síntomas de una metástasis ósea incluyen dolor de huesos, fractura, debilidad en las piernas o en los brazos, o un alto nivel de calcio en sangre. La hipercalcemia puede provocar náuseas, vómitos, estreñimiento y confusión.

Tratamientos recomendados

En casos como este, donde el cáncer es metastásico, el enfoque médico no suele incluir cirugía ni radioterapia. En su lugar, se recurre a tratamientos hormonales que disminuyen los niveles de testosterona —una hormona que alimenta el crecimiento del cáncer de próstata— o que impiden su entrada a las células tumorales. Según su equipo médico, la enfermedad de Biden «parece ser sensible a las hormonas», lo que permitiría una gestión efectiva.

¿Es curable?

No. Aunque el cáncer de próstata metastásico puede ser tratado, no existe una cura definitiva. El doctor Matthew Smith, del Hospital Massachusetts General Brigham, lo resume así: «Es muy tratable, pero no curable». La detección precoz sigue siendo la mejor herramienta para tratar eficazmente este tipo de cáncer. Por eso, se recomienda a los hombres mayores de 50 años realizarse revisiones periódicas con su urólogo. Gracias a los avances médicos, muchos pacientes pueden vivir entre 4 y 5 años tras el diagnóstico, con buena calidad de vida.

El diagnóstico de Biden llega en un momento en que su salud ya era un tema debatido públicamente. Aunque según las voces expertas, el nuevo diagnóstico no está relacionado con las acusaciones previas de deterioro físico y mental, sin duda ha reactivado la conversación en torno a la transparencia médica de figuras públicas.