Salud respiratoria

Por qué no se deben quemar ni velas perfumadas ni varillas de incienso en casa

La inhalación de los gases y partículas que producen puede ser perjudicial para la salud

Prender velas de diferentes colores es una costumbre muy extendida en algunos países hispanoamericanos | Fotografía: Imagen de archivo
Encender velas perfumadas en el hogar es una práctica muy habitual La Razón

El mercado de los aromas para el hogar en forma de velas perfumadas ha crecido mucho en los últimos años. Además de crear una atmosfera agradable y ayudar a relajar cuerpo y mente, son una alternativa menos dañina para el medio ambiente que los sprays aromáticos. El mercado se ha diversificado mucho y, además de que existen velas de todos los olores imaginables, también hay una amplia gama de precios que van desde las más asequibles a auténticos objetos de lujo.

En 2014, se llevo a cabo un estudio para comprobrar los niveles de toxicidad de dos productos químicos potencialmente cancerígenos -el benceno y el formaldehído- que emitían las velas de parafina en habitaciones de distinto tamaño, y las conclusiones, a grandes rasgos, fueron que los niveles más altos medidos después de cuatro horas de combustión continua no llegaban a la mitad de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud para la calidad del aire en recintos interiores (esto se comprobó incluso en los baños pequeños). Los niveles más altos también estaban dentro del rango de lo que se considera como concentraciones típicas de los productos químicos en el aire de espacios interiores.

Sin embargo, hay otra sustancia que se libera que si puede tener efectos perjuduciales para el asma o los síntomas alérgicos. "Las fragancias sintéticas que se utilizan para hacer aromas de velas suelen contener ftalatos. A medida que las velas se queman, los ftalatos se liberan en el aire y pueden inhalarse o absorberse a través de la piel. Cuando los ftalatos ingresan al torrente sanguíneo, pueden exacerbar los síntomas alérgicos y el asma y alterar los niveles hormonales", señala Francisco J. Roig, neumólogo del Hospital HM Monteprincipe". "Varios estudios han informado que la mayoría de los productos de fragancias como velas perfumadas, productos de limpieza, desodorantes, aromas de productos de lavandería, ambientadores están asociados con dolores de cabeza generalizados, tos, dificultad para respirar, migraña, ataques de asma, dermatitis o rinitis alérgica", añade.

De hecho, las autoridades de salud pública de EE UU han alertado que la quema regular de varias velas perfumadas en el interior puede exponer a las personas del hogar a cantidades perjudiciales de productos químicos orgánicos. La respiración de compuestos orgánicos volátiles (COV) está relacionada con la irritación de los ojos, la nariz y la garganta, dificultad respiratoria náuseas, y también puede dañar el sistema nervioso central y otros órganos.

Además, la quema de velas perfumadas también da como resultado la liberación de partículas (PM), que es uno de los factores que contribuyen al desarrollo de efectos adversos para la salud y la contaminación del aire interior. Según el informe del proyecto danés CISBO, la exposición a altos niveles de PM puede tener un efecto negativo en el sistema pulmonar y cardiovascular. "El PM liberado por las velas es muy pequeño y, cuando estas partículas ingresan al sistema respiratorio, se depositan en los alvéolos pulmonares. La acumulación a nivel alveolar de las partículas insolubles de las PM puede ser responsable de problemas respiratorios y cardiovasculares", explica el experto.

Toxicidad de la quema de incienso

Por otro lado, hay otra práctica que puede parecer inocua pero que también conlleva riesgo de problemas respiratorios. Se trata de la quema de varillas de incienso en interiores, como hogares y centros de práctica de yoga, meditación o otras disciplinas cuerpo-mente con fines de relajación. Existen al menos 23 tipos diferentes de incienso (varitas, conos, polvo, paquete de sahumerio, bobina, cuerda y rocas)

"A diferencia de fumar, la quema de incienso no tiene regulaciones y este tipo de actividad en espacios cerrados puede suponer problemas para la salud", explica Roig. "La quema de incienso produce una mezcla de partículas y una amplia gama de gases, que incluye, entre otros, CO, CO2 , NOx,SO, HAP, COV (incluidos benceno, tolueno, terpinoles y xilenos), formaldehído (HCHO), BTEX y metales pesados, por lo que puede ser un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades respiratorias", destaca.

Una varilla de incienso de unos 20 cms de longitud puede producir al quemarse, altas concentraciones de partículas finas especialmente aquellas en el rango de tamaño de partículas ultrafinas (es decir, UFP, diámetro < 0,1 µm). El deposito de partículas a nivel pulmonar aumenta cuando estamos inhalando incienso y estamos realizando al mismo tiempo ejercicio o una caminata equivalente a 4 Km /h. "Los niveles de exposición a partículas ultrafinas pueden ser casi similares a los aerosoles generados al fumar cigarrillos, teniendo en cuenta que la duración de la quema de una varilla de incienso es similar a la quema de un cigarrillo.Por tanto, mi recomendación seria que eviten exponerse al humo de la quema de incienso ya sea en iglesias, domicilios o centros de relajación. Las autoridades religiosas y de otros centros deberían tener en cuenta que quemar incienso de forma repetida puede afectar a la salud respiratoria", destaca el neumólogo.