Investigación
Lo que puede esconder la cistitis
Los riesgos son especialmente altos dentro de los 3 meses posteriores a la infección de orina, pero duran varios años. Y son peores en hombres que en mujeres
La cistitis o infección de orina es una inflamación de la vejiga urinaria, generalmente provocada por una infección bacteriana. También puede originarse por irritación química, el uso de ciertos productos de higiene, tratamientos médicos o condiciones subyacentes como la radioterapia.
La cistitis es una condición médica importante que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen. Y no solo. Un episodio puede indicar la presencia de un cáncer urogenital en adultos de mediana edad, según un estudio publicado en "BMJ Public Health".
Los riesgos parecen ser especialmente altos dentro de los 3 meses posteriores a la infección, lo que sugiere que la cistitis aguda podría ser un marcador clínico útil para el cáncer urogenital, según los investigadores.
Aunque puede afectar a personas de todas las edades, es más frecuente en mujeres debido a su anatomía. Sin embargo, son los hombres los que tienen más riesgo de sufrir un cáncer urogenital, según este estudio.
En concreto, la prevalencia de una infección del tracto urinario (ITU) a lo largo de la vida es del 50 al 60% en mujeres y del 13 al 14% en hombres. Con la excepción de un pico en mujeres jóvenes, las tasas de incidencia de ITU aumentan con la edad tanto en hombres como en mujeres, señalan los investigadores en un comunicado.
Investigaciones publicadas previamente han demostrado que un episodio de cistitis podría estar relacionado con un mayor riesgo de cánceres urogenitales, pero solo se han publicado unos pocos estudios de este tipo y no incluyeron datos de centros de atención primaria, que es donde se diagnostican la mayoría de los casos de cistitis aguda, explican.
Para intentar llenar este vacío de conocimiento, los investigadores analizaron varios registros nacionales completos de población y salud y fuentes de datos de atención primaria que contenían información a nivel individual sobre todas las personas que vivieron en Suecia desde 1997 hasta fines de 2018.
Durante este período, se disponía de datos de 1.668.371 (47%) hombres y 1.889.211 (53%) mujeres, de los cuales 605.557 (17%) personas fueron diagnosticadas con cistitis aguda por primera vez.
La mayoría de estos diagnósticos (91%) se realizaron en centros de atención primaria y la mayoría de los casos fueron mujeres (71%).
Durante un período promedio de seguimiento de 15 años, un total de 257.026 (poco más del 7%) personas fueron diagnosticadas con cáncer urogenital, la mayoría de las cuales eran hombres (77,5%).
La edad promedio en el momento del diagnóstico de cáncer fue de 73 años, siendo el cáncer de próstata el tipo de cáncer más común (62%), seguido por el cáncer de vejiga (16,5%) y el cáncer de endometrio (revestimiento del útero) (10%).
La cistitis precedió al diagnóstico de cáncer en 24.137 personas, lo que representa casi el 9,5% del total de personas diagnosticadas con cáncer durante el período de estudio. La edad promedio en el momento del diagnóstico fue de 76 años: el cáncer de próstata fue el diagnóstico más común (39,5%), seguido del cáncer de vejiga (32%) y el cáncer de endometrio (14%).
Los riesgos de un diagnóstico de cáncer urogenital fueron mayores en todos los grupos de edad entre aquellos que habían tenido un episodio de cistitis, y alcanzaron su punto máximo dentro de los tres meses siguientes a la infección, especialmente en el caso de los cánceres de próstata y vejiga, pero persistieron durante varios años en el caso de la mayoría de los cánceres.
En el caso del cáncer de próstata, el riesgo, medido como razón de incidencia estandarizada dentro de los tres meses siguientes a la infección, fue siete veces mayor en quienes habían tenido la infección que en quienes no la habían tenido.
Esto corresponde a una tasa de cáncer excesiva de casi 551 por cada 10.000 personas-año, una unidad de medida que combina el número de personas y el tiempo de observación.
De igual manera, el riesgo de cáncer de vejiga fue 3,5 veces mayor en hombres y más de 3 veces mayor en mujeres que habían tenido cistitis que en quienes no la tuvieron durante el período de seguimiento. Es decir, una tasa de aproximadamente 40 y casi 8 casos de cáncer más, respectivamente, de lo esperado por cada 10.000 personas al año.
En el caso de los cánceres ginecológicos, fueron entre 4 y 8 veces mayores entre las mujeres que habían tenido cistitis.
En general, el riesgo de cáncer urogenital fue casi 34 veces mayor en los hombres y 30 veces mayor en las mujeres, dentro de los tres meses posteriores a la infección, lo que corresponde a casi 484 y 96 tasas de cáncer excedentes por cada 10.000 personas al año, respectivamente.
Si bien los riesgos disminuyeron con el tiempo, persistieron durante todos los períodos de seguimiento para ambos sexos. Por ejemplo, entre 3 y 12 meses después de la infección, las tasas de cáncer por cada 10.000 personas al año fueron superiores a 79 en hombres y superiores a 19 en mujeres. Y después de 5 años, estas tasas eran de aproximadamente 9 en hombres y 2,5 en mujeres.
En general, los hombres que habían tenido cistitis parecían tener mayor riesgo de cáncer urogenital que las mujeres: por ejemplo, su riesgo de cáncer de vejiga era el doble para los de 50 años, un 57 % más alto para los de 60 años y un 23 % más alto para los de 70 años.
Pese a lo asombroso de las cifras, se trata de un estudio observacional y, por lo tanto, no se pueden extraer conclusiones firmes sobre la relación causa-efecto. Además, los investigadores reconocen que carecían de confirmación microbiológica de la infección por cistitis o de información sobre factores potencialmente influyentes, como el tabaquismo y las enfermedades subyacentes, como la obesidad y la diabetes no diagnosticada.
Ahora bien, como precisan los investigadores, «el presente estudio refuerza la evidencia acumulada de que las infecciones son marcadores de un mayor riesgo de cáncer. Para los médicos, los hallazgos indican que la cistitis aguda podría ser un marcador clínico de cáncer urogenital (al menos cuando no hay otra causa evidente), y en particular de cáncer urogenital oculto, ya que el riesgo de cáncer alcanzó su máximo en los 3 meses posteriores al diagnóstico de cistitis».
“Es plausible que el cáncer urogenital, y quizás incluso los cambios precancerosos en los órganos urogenitales, puedan aumentar el riesgo de cistitis debido al compromiso del tracto urinario y de las defensas del huésped”, añaden.