Investigación

La vacuna viva de la tuberculosis, eficaz para tratar el cáncer de pulmón en ratones

Combinada con un tipo de inmunoterapia, condujo a la curación de aproximadamente el 50% de los animales

El investigador Nacho Aguado y su equipo
El investigador Nacho Aguiló y su equipoUNIR UNIR

La vacuna viva atenuada BCG (vacuna de bacilo de Calmette-Guérin)- que cumplió un siglo de uso en 2021- es, en la actualidad, la única vacuna disponible frente a la tuberculosis. Además, desde hace más de cuatro décadas, BCG administrada por vía transuretral- a través de la uretra- sigue siendo un tratamiento de primera línea para el tratamiento de cáncer de vejiga no invasivo de alto riesgo, por su alta capacidad de estimular el sistema inmunitario frente a los tumores. A lo largo de su larga historia, BCG ha sido ensayada en repetidas ocasiones como inmunoterapia frente a distintos tipos de cáncer además del de vejiga, incluyendo leucemia, melanoma o pulmón, en todos los casos sin éxito.

Ahora, un trabajo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Zaragoza y publicado en la revista Nature Communications, evidencia que BCG logra retrasar el crecimiento tumoral en el pulmón y muestra una fuerte sinergia en combinación con otros tratamientos de inmunoterapia usados actualmente en clínica, que una modificación en la ruta de administración de BCG podría resultar clave para aumentar su eficacia frente a tumores de pulmón.

El investigador Nacho Aguiló y su equipo- que llevan años investigando el uso de vacunas de tuberculosis como inmunoterapia en modelos preclínicos de cáncer- mostraron que la inoculación intravenosa de BCG incrementaba la supervivencia de los ratones de manera muy significativa en diferentes modelos de cáncer de pulmón. Además, este efecto protector resultaba especialmente evidente cuando se combinaba el uso de BCG con inhibidores de punto de control- una de las inmunoterapias más utilizadas en la actualidad en oncología-. En este caso, en algunos modelos tumorales utilizados se observó que la combinación de ambos tratamientos condujo a la curación de aproximadamente el 50% de los animales, sin que estos mostraran rastro de tumor en los pulmones al final del experimento.

El cáncer de pulmón es uno de los más frecuentes a nivel mundial, y el que causa una mayor mortalidad asociada al cáncer, con aproximadamente el 25% de muertes. En España, más de 30.000 personas son diagnosticadas de este tumor cada año. Además, es uno de los cánceres con menor supervivencia- inferior al 30% a los 5 años tras el diagnóstico- en gran medida porque los tumores son o se vuelven resistentes a los tratamientos. Por ejemplo, es muy habitual que las células tumorales "aprendan" a inmunosuprimir la acción del sistema inmune, haciendo inefectiva la inmunoterapia basada en los inhibidores de punto de control que se usa en la actualidad.

Los resultados de este trabajo muestran que la administración de BCG de manera intravenosa evita precisamente estos mecanismos de resistencia tumoral, sensibilizando los tumores a la acción de los tratamientos de inmunoterapia que se usan hoy en día. Esto se debe a que el mecanismo a través del cual funciona la vacuna es complementario al de estas terapias actuales. BCG induce la activación de diferentes tipos de células inmunes implicadas en la inmunidad antitumoral, como células “asesinas naturales” (o comúnmente llamadas células NK) o linfocitos T citotóxicos. Estas dos ramas de la inmunidad son los principales tipos celulares citotóxicos encargados de la eliminación de células tumorales. El hecho de que los tumores se encuentren con células citotóxicas mucho más activadas en presencia de BCG, hace que les resulte mucho más difícil impedir su acción antes de ser eliminados.

"Partiendo del hecho de que este estudio plantea la inoculación de bacterias vivas (atenuadas) por vía endovenosa, resulta de vital importancia la demostración de que esta estrategia es segura. En este sentido, el trabajo muestra resultados específicos donde se describe que BCG intravenoso es bien tolerado, sin signo alguno que pudiera reflejar toxicidad aguda o crónica en los ratones. Como ocurre con cualquier tratamiento en biomedicina, la demostración de que BCG intravenoso es seguro en modelos preclínicos animales es un paso clave en su posible avance traslacional hacia un desarrollo clínico futuro", señalan los investigadores en un comunicado.