Mascotas

P-Puss: la gata que viajó 2.500 kms

Se escapó de casa y acabó en un camión de mudanza. Su dueña hizo una llamada en Facebook para pedir a la gente que la ayudara a traer de vuelta a su mascota

Georgia Whip y su marido Toby posan con P-Puss en su casa de Longreach (Australia)
Georgia Whip y su marido Toby posan con P-Puss en su casa de Longreach (Australia)FacebookFacebook

Georgia Whip vive en la localidad de Longreach, en el estado australiano de Queensland, y es dueña de una bonita gata atigrada llamada P-Puss. La semana pasada, los vecinos de Georgia se mudaron de domicilio. Como en tantas otras ocasiones la gata salió a explorar, y a su dueña le pareció un poco extraño no verla esa noche, sobre todo porque era más fría de lo normal. Poco podía imaginar ella en ese momento el peculiar viaje que había emprendido su mascota, y cómo la buena voluntad de unos extraños a cientos de kilómetros de distancia le sería muy útil.

La señora Whip cuenta que sus vecinos se mudaron el viernes pasado, sobre las 21:00 horas. «A las 21:30 Toby, mi marido, fue a dar las buenas noches a los gatos y pensé que era un poco extraño que P-Puss no entrara porque hacía frío fuera». Pero fue cuando la gata no acudió el día siguiente a por su desayuno y su correspondiente achuchón cuando el corazón de la señora Whip se disparó. Entonces se preguntó «si se habría subido en el camión de mudanzas, porque suele hacerlo en los vehículos que están aparcados enfrente de casa cuando se dejan las ventanillas abiertas», declaró a «Australian Broadcasting Corp».

Después de que los responsables de la empresa de la mudanza la informaran de que no había señales de P-Puss en su camión, el domingo a mediodía recibió una llamada de que había sido localizada por los conductores. Sin embargo, la alegría por esa buena noticia duró poco. «Una hora después me volvieron a llamar para decirme que se había escapado del camión», afirma la señora Whip. «Estaba suelta en Brisbane, en su almacén». «Me asusté», confiesa.

Ciertamente estaba en ese almacén, porque activó los sensores de movimiento e hizo que saltara la alarma varias veces en el transcurso de esa noche. En la segunda que pasó allí la alarma saltó de nuevo y un vigilante de seguridad fue enviado al almacén con la misión de capturar a P-Puss. Después de pasar unas cuantas horas jugando «al gato y al ratón», la felina fugitiva fue atrapada, con la correspondiente alegría de la responsable del local, Agnes Stobie. «Estaba feliz de ir a trabajar el martes porque me encantan los animales», indica. «Había traído algo de comida especial para gatos, lo que fue una buena idea porque al animal no le gustaban las salchichas que le estábamos dando para comer». «Pensé que P-Puss había perdido una de sus vidas, pero para el miércoles ella ya se sentía como en casa», asegura.

Un largo camino de vuelta

Loz Batley es la presidenta de la Sociedad de Animales de Queensland central en Rockhampton. Cuando vio la publicación en Facebook en la que la señora Whip pedía ayuda para que alguien devolviera su mascota a casa se puso manos a la obra, y empezó a pensar en la manera en la que podría llevar a P-Puss en un viaje de vuelta a casa de 1.200 kilómetros (unas nueve horas en coche). «Conozco a muchas personas en Brisbane, así que pensé que podría ayudar con eso», dice la señora Batley. A través de su red de defensores de los animales, Batley pudo organizar la vuelta a casa. La primera parada fue en Emerald, donde fue entregada a un amigo para el último tramo del viaje, a través de la autopista Capricorn. «Pensé que no volvería a verla después de que se escapara de Brisbane», declara asombrada la señora Whip. «Estoy realmente feliz de que esté de vuelta y muy agradecida a todos los que han ayudado a traerla hasta Longreach». «Casi no me creo este final feliz», añade.