Caza
Matanza de 40 animales en el Parque Nacional de Monfragüe
Según denuncia la Federación Extremeña de Caza, la empresa pública Tragsa llevó a cabo la muerte de los animales sin ningún criterio selectivo.
La Federación Extremeña de Caza considera una aberración la acción llevada a cabo hace unos días por trabajadores de la empresa pública Tragsa en pleno corazón del Parque Nacional de Monfragüe. Esta Federación tuvo conocimiento de que el pasado 22 de abril se llevó a cabo en la finca Las Cansinas, propiedad de Parques Nacionales, la matanza de una cuarentena de animales de caza mayor a pesar de estar en plena fase de reproducción tanto las especies protegidas como cinegéticas.
El pasado 5 de diciembre llegó a su fin la moratoria de la Ley de Parques Nacionales y entró en funcionamiento la prohibición total de la caza deportiva o comercial en estos acotados. No obstante, en el Parque Nacional de Monfragüe sólo se venían realizando acciones de caza para un estricto control poblacional. Aunque la nueva planificación del Parque Nacional de Monfragüe sigue pendiente de los recursos planteados la matanza fue llevada a cabo sin seguir ningún criterio de conservación ni de gestión.
Según los datos recabados por la Federación Extremeña de Caza en base a los testimonios de los vecinos de los municipios afectados, esta matanza ejecutada por la empresa pública Tragsa se ha llevado a cabo en jaulas y capturaderos utilizando armas de fuego y pistola de bala cautiva.
Desde el sector cinegético declaran que éste es un ejemplo evidente de las consecuencias que tiene el cese de los controles poblacionales a través de acciones cinegéticas. En primer lugar, se atrajo a los animales a los cercones con alimentación suplementaria, un método que estaba prohibido para los propietarios que hacían esos controles. Y en segundo lugar se hace a costa de los recursos públicos y el dinero de todos los contribuyentes, sumado a la detracción del aprovechamiento económico que el anterior modelo de gestión ofrecía a la región.
Las capturas de estos animales se realizan como un plan de control de enfermedades, principalmente la tuberculosis, que afecta desde hace tiempo a los ungulados y suidos de la zona del Parque Nacional de Monfragüe. El operativo contó con diversos medios, desde veterinarios, trabajadores de Tragsa, agentes de Medio Ambiente, Guardia Civil e incluso una empresa cárnica para el aprovechamiento de la carne de los animales que resultaran sanos. No obstante, desde el sector cinegético denuncian dos circunstancias graves. La primera es la falta de aplicación de criterios de selectividad de los ejemplares, que sin duda debería ser uno de los principios básicos de cualquier planificación de control. La segunda es el hecho de que todo esto haya ocurrido en plena época de reproducción de varias de las especies protegidas presentes en el Parque Nacional de Monfragüe, como son la cigüeña negra (entre el 1 de marzo y el 31 de julio), el buitre negro (del 1 de febrero al 15 de septiembre) y del águila imperial ibérica (del 1 de febrero al 31 de julio). De esta forma, esta acción podría tener consecuencias en estas especies sensibles al no respetarse sus paradas biológicas, algo que en el caso de los controles poblaciones cinegéticos siempre se cumplía escrupulosamente.
El sector cinegético denuncia así la hipocresía que existe en torno a la prohibición de los controles cinegéticos en Monfragüe, ya que ahora se hacen sin ningún criterio selectivo, sin tener en cuenta las paradas biológicas de las especies protegidas y, además, causando un gasto a las arcas públicas en lugar de generar riqueza en la zona.
El silencio de los ecologistas que en su día apoyaban la prohibición de la caza hace pensar a los cazadores que lo único que pretendían los ecologistas era perjudicar al sector cinegético, y no de trabajar por la mejora de los ecosistemas y la conservación de las especies.
Desde La Federación de Caza de Extremadura afirman que esto es solo el principio de lo que ocurrirá en los próximos meses en el Parque Nacional de Monfragüe, y el mejor ejemplo de lo que ocurre cuando se decide excluir la caza de las estrategias de conservación. La Federación apunta que se evidencia, de nuevo, que la caza es una herramienta imprescindible cuando se trata de conservación y de gestión del medio ambiente.
La Asociación de Propietarios privados del Parque Nacional de Monfragüe ha interpuesto un recurso contra las resoluciones de la Consejería de Transición Ecológica y Sostenibilidad de la Junta que aprueban el plan y el programa de acción selectiva de ungulados en Monfragüe. Esta asociación entiende que esas resoluciones son nulas de pleno derecho, entre otras cosas, por vulnerar los procedimientos legalmente establecidos, por generar indefensión en los afectados y por vulnerar el Principio de Jerarquía Normativa regulado por la Constitución Española.
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