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Asesinada una cooperante española de Médicos Sin Fronteras en Etiopía

María Hernández, de 35 años, era natural de Madrid

La cooperante española de la ONG Médicos Sin FronterasMaría Hernández murió este viernes asesinada junto a otros dos compañeros mientras trabajaba en la región etíope de Tigray, una zona especialmente castigada por el conflicto. María Hernández era madrileña, tenía 35 años y era una de las coordinadora de emergencia de MSF en Tigray. Comenzó su labor en la entidad en 2015 en la República Centroafricana y desde entonces había trabajado en Yemen, México y Nigeria.

“Perdimos contacto con ellos y el coche en el que viajaban ayer por la tarde y esta mañana el vehículo ha sido hallado vacío y, a unos metros de distancia, sus cuerpos sin vida”, informaba MSF, en un comunicado en el que condenaba “con dureza” el ataque. “Hoy es un día terrible de duelo”, lamentaba la organización, que también perdió a los etíopes Yohannes Halefom Reda, de 31 años y asistente de coordinación, y Tedros Gebremariam, conductor de 31 años.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español aseguraba estar trabajando con las autoridades del país africano para esclarecer las circunstancias de lo sucedido.

“Gran tristeza por el asesinato de tres cooperantes de MSF, entre ellos la española María Hernández en Tigray”, escribía en su perfil de Twitter la ministra de Exteriores Arancha González Laya. Según fuentes diplomáticas, desde la Embajada de España en Etiopía “se están haciendo todas las gestiones administrativas necesarias para agilizar al máximo la repatriación del cuerpo”.

Tigray, sumida en la violencia

La región septentrional de Tigray se halla sumida en la violencia desde el pasado mes de noviembre. Gobernada por el Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT), el territorio dispone de su propio ejército regional a pesar de contar con el 6% de la población de un Estado de diez 110 millones de habitantes.

El desencadenante de la actual situación fue la ofensiva militar contra el FLPT ordenada por el primer ministro etíope Abiy Ahmed Ali a comienzos de noviembre del año pasado en respuesta a un supuesto ataque del grupo contra la principal base del Ejército en Mekele, la capital de Tigray. Las tensiones habían escalado cuando el Gobierno etíope posponía las elecciones como consecuencia de la pandemia en marzo de 2020. El FLPT celebró, desafiando a Adís Abeba, sus propios comicios regionales en Tigray en septiembre.

A raíz de la convocatoria, el Gobierno federal recortó los fondos destinados a la región, lo que el Frente consideró como “equivalente a un acto de guerra”. Este lunes Etiopía celebraba finalmente los comicios en pleno conflicto armado, sextos con la actual Constitución y las primeras desde la llegada al poder de Abiy Ahmed Ali en abril de 2018.

El conflicto ha causado la muerte de miles de personas, en una violencia indiscriminada, y desplazado a casi dos millones en el interior de la región. Al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según cifras oficiales. La ONU estima que más de 5 millones de personas necesitan asistencia humanitaria y calcula que hay más de 1,8 millones de personas en niveles alimentarios de emergencia, y más de 350.000 en el peor umbral del hambre en Tigray y regiones cercanas.