Nueva erupción

El volcán Etna vuelve a entrar en erupción arrojando una enorme columna de vapor y cenizas

El volcán de la isla de Sicilia es el más alto y activo de Europa y sus erupciones son frecuentes, aunque no suele causar daños ni pone en riesgo a la población local

Un montañero ante el Etna durante una erupción a principios de 2021
Un montañero ante el Etna durante una erupción a principios de 2021Salvatore AllegraAgencia AP

El volcán Etna, en la isla italiana de Sicilia, experimentó este sábado una nueva erupción en su cráter sureste que provocó una lluvia de cenizas sobre campos y municipios de las inmediaciones.

El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV) informó de que a primera hora se registró un flujo adicional de material piroclástico procedente del cráter sureste del volcán. “El flujo se dividió en dos tramos, el primero se dirigió hacia el sur, deteniéndose a unos cientos de metros, mientras que el segundo lo hizo hacia el Valle del Bove”.

La emisión de lava generó una lluvia de cenizas que se extendió hacia la zona noreste y que cayó sobre las localidades de Piedimonte y Linguaglossa, pero también sobre un tramo de la autopista Catania-Messina.

Aumenta su tamaño

El Etna volvió a despertar el pasado 16 de febrero y desde entonces ha entrado en erupción más de 52 veces este año. Es el volcán más alto y activo de Europa y sus erupciones son frecuentes, aunque no suele causar daños ni pone en riesgo a la población local.

Las últimas erupciones en el cráter sureste han llevado al volcán Etna a aumentar su altitud en 33 metros. Ahora, su nueva cumbre se sitúa a 3.357 metros sobre el nivel del mar.

Hasta ahora, el cráter noreste estaba considerado el más alto del volcán siciliano, con 3.324 metros, que llegaron a alcanzar una cota máxima de 3.350 metros en el año 1981.

Desde entonces, sin embargo, su altura había ido disminuyendo a causa de los continuos derrumbamientos y la erosión de sus bordes, hasta llegar a los 3.326 metros de altura sobre el nivel del mar.

El Etna es un volcán activo con erupciones históricas que datan de 3.500 años. Es conocido como Mongibello en el idioma siciliano, y como Aetna en el latín. Cubre un área aproximada 1.600 kilómetros cuadrados y su circunferencia es de 140-150 kilómetros.

Tiene 4 cráteres en su cono, que han sido nombrados como  la Vorágine, la Bocca Nuova, el Cráter Noreste y el Cráter Sureste Complejo, así como varios respiraderos pequeños. Como todo estratovolcán, suele producir erupciones explosivas y lanzar abundante material piroclástico mediante erupciones, en su mayoría, estrombolianas.

Aunque en ocasiones puede ser muy destructivo, no está contemplado como un volcán particularmente peligroso, y miles de personas viven en sus alrededores e incluso en sus faldas. La fertilidad de la tierra volcánica hace que la agricultura extensiva, con viñas y huertos, se extienda a lo largo de las laderas de la montaña.

Debido a la reciente actividad volcánica y a su población, el Etna ha sido designado como uno de los 16 Volcanes de la Década por las Naciones Unidas. En junio de 2013 el Etna fue declarado Patrimonio de la Humanidad por resolución del Comité de la UNESCO.

Se cree que el proceso de formación del Etna comenzó hace más de 500.000 años con violentas erupciones submarinas que transformaron el terreno y por efecto de las cuales se levantó la tierra donde hoy encontramos la ciudad de Catania. En 1669, una erupción del volcán destruyó al completo la ciudad de Catania, ubicada en la costa este de la isla de Sicilia. Según se estima, se emitieron 830.000.000 de metros cúbicos de lava. La última gran erupción del Etna se produjo en 1992.